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“El medio de comunicación más importante, al menos en mi caso personal, es Twitter. Yo hago radio, televisión, dirijo una página web y escribo libros. Y el lugar donde convergen todos es Twitter. No existe hoy en día una plataforma con más posibilidades de mezclar todo tipo de lenguajes”, dice Martel.

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El rey del pop

Frédéric Martel, reconocido investigador francés, recorrió durante siete años más de 30 países para descifrar los secretos de la cultura de masas. ¿Por qué nacen fenómenos como Shakira, 'Los Simpson' o 'Avatar'? El autor le dio la respuesta a SEMANA.

28 de abril de 2012

Cuando se piensa en un sociólogo francés sale a la imaginación un hombre neurótico de boina y bigotes que pasa sus días fumando mientras lee textos incomprensibles en alguna biblioteca oscura. Frédéric Martel no podría ser más diferente. Es un hombre joven -nació en 1967-, vestido de jeans y camiseta, que pasa sus días viajando por el mundo, que no puede vivir sin su iPad y que puede hablar -con el mismo interés y conocimiento- de la música de Lady Gaga o de la obra de Jean Baudrillard.

Martel vino a Colombia a presentar Cultura Mainstream: Cómo nacen los fenómenos de masas, un ensayo de sociología que, aunque parezca extraño, se convirtió en un bestseller mundial. Fue publicado en Francia en 2010 con gran éxito y, desde entonces, se ha traducido a diez idiomas y se ha publicado en 20 países. Martel había escrito antes cinco libros -Le Rose et le Noir (2000, una historia del homosexualismo en Francia durante el siglo XX) y Theater (2006, un estudio sobre el declive del teatro), entre otros- pero fue Cultura Mainstream el que lo lanzó a la fama. Hoy en día, este doctor en Sociología es uno de los intelectuales más mediáticos de su país: escribe regularmente en los diarios L'Express y Le Point y la revista Marianne, presenta el programa de radio Soft Power todos los domingos en la cadena France Culture y es editor de nonfiction.fr, un portal de periodismo narrativo. Es investigador invitado en las universidades de Nueva York y Harvard y profesor del prestigioso Instituto de Estudios Políticos de París. También ha tenido una destacada carrera en el sector público como agregado cultural en la Embajada de Francia en Washington y consejero del Ministerio de Educación.

El éxito del libro de Martel es fácil de explicar. Durante siete años se dedicó a recorrer el mundo para responder una pregunta: ¿cómo nacen los fenómenos de masas? Fue a más de 30 países y entrevistó a más de 1.000 personas involucradas en la industria de la cultura y el entretenimiento. Martel se declara admirador de la metodología de investigación académica estadounidense y del valor que esta le atribuye a la observación rigurosa del terreno y a las entrevistas. Sin embargo, para este libro prefirió utilizar un estilo periodístico: mezcló la metodología académica clásica con los recursos del periodismo narrativo.

Un proyecto de esta magnitud, por supuesto, lleva tiempo y es muy costoso. El francés logró que una editorial le financiara una tercera parte de sus gastos. La otra parte del dinero provino de su propia cuenta bancaria: confiesa que se gastó gran parte de sus ahorros en este libro. Pero, sin duda, valió la pena.

La cuna del 'mainstream'

La primera parte de su investigación se centró en Estados Unidos. Martel pasó casi cuatro años en el país donde se originó la cultura popular. Según él, los estadounidenses fueron los primeros en darle un estatus a las manifestaciones pop y en darle la misma categoría del arte 'culto'.

Estaba fascinado por el país del norte. Algo que no es muy común entre los intelectuales franceses, que miran con cierto desdén a la cultura estadounidense. "Es cierto que en Francia hay un rechazo casi tradicional por los productos extranjeros y, sobre todo, si vienen de Estados Unidos. Pero tiene dos caras: al lado de este rechazo también hay un encantamiento -creciente- por el cine, la televisión y la música estadounidense", le dijo a SEMANA durante su visita a Bogotá.

Su trabajo de campo se dividió en varios capítulos. Primero entrevistó a los propietarios y directores de los grandes estudios cinematográficos. Habló con los responsables de Disney, Pixar, Sony, Miramax y DreamWorks en busca de las claves para producir grandes éxitos de taquilla, conocidos como blockbusters. Allí encontró que los grandes estudios ya no existen: que son empresas que subcontratan pequeñas productoras, dependiendo de cada película. También visitó a las principales disqueras de música country y rap, las que más venden en Estados Unidos. Y, finalmente, a los grupos que editan libros y revistas que circulan por todo el país.

Fue durante su estadía en Estados Unidos que acuñó el termino que resume toda su búsqueda: mainstream. La palabra es difícil de traducir, pero hace referencia a la producción cultural y de entretenimiento que está dirigida a las grandes masas de consumidores. Martel confiesa que todavía hoy no logra explicar exactamente de qué se trata: "El entretenimiento hace parte de la cultura. La cultura es a la vez global y local, rentable y no rentable, arte y divertimiento. No se puede concebir como un dogma, como una jerarquía inamovible. La cultura es todas las formas de cultura a la vez: Montaigne y Avatar, Tony Kushner y Lady Gaga, César Vallejo y Juanes. ¿Por qué escoger entre los dos? Uno puede amar el arte y el entretenimiento al mismo tiempo."?

Un mundo de posibilidades

Para la segunda parte de su trabajo el autor francés visitó los otros continentes. Fue a Asia en busca de las expresiones como el J-pop y el K-pop: enormes industrias en Japón y Corea que comercializan música para adolescentes y venden millones de discos cada año. Viajó a India para identificar las razones del éxito de las películas que se hacen en Bollywood. Fue a Qatar y a Arabia Saudita para entender el éxito de la cadena televisiva Al Jazeera. Fue a México para estudiar cómo se arman las telenovelas en la multinacional Televisa. Y, desde luego, pasó por China donde, dice, se está gestando el nuevo gran mercado del entretenimiento.

Estuvo igualmente en Latinoamérica. De ahí sacó una conclusión poco alentadora: "Para un artista latinoamericano es muy difícil entrar en los otros mercados latinos. Es decir: es muy complicado pasar de Colombia a Argentina o de Uruguay a México. En cambio es más fácil llegar a través de Miami. Una vez se ha triunfado en Miami se pueden atravesar todas las fronteras de Latinoamérica. En ese sentido, la capital cultural latinoamericana está en Florida". Curiosamente, el lugar del que menos habla Martel en su libro es Europa. Por supuesto recibió muchas críticas por esta omisión, pero dice que fue una decisión consciente: "Hoy en día no hay una producción cultural europea como tal. Hay 27 diferentes producciones culturales en cada uno de los países europeos".

Después de su largo recorrido, Martel identificó varios puntos en común en todos los países. El primero es que las fronteras entre cultura y entretenimiento están desapareciendo. La cultura es la gran literatura, el teatro y las artes plásticas, pero también es las telenovelas, los juegos de video y las animaciones. Así mismo, encontró que los fenómenos de masas, a pesar de estar dirigidos a un gran público, se generan en medios marginales. "El mainstream se alimenta constantemente de sus márgenes. Necesita de la contracultura y de la diversidad: de los gays, los latinos y los negros. Es la única manera que tiene para renovarse, innovar y tomar riesgos. El mainstream debe cambiar constantemente para durar. Los productos independientes luchan contra esa corriente, pero al mismo tiempo la alimentan sin parar", dice. Martel no se aventura a concluir y dice que estos siete años de trabajo solo generaron más preguntas, por eso sigue alimentando su página web: la extensión natural de su abrumadora investigación.