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EL RIMULERO

Por cuenta de un sonsonete, no hay un colombiano que no conozca algo tan poco comercial como un aceite para tractomula.

13 de noviembre de 1989

Se comenzó a oír en radio en el mes de abril y a ver en televisión en junio. Desde el primer momento gustó. La música era pegajosa, la letra simpática y las imágenes agradables. Con el correr de los días la respuesta del público al comercial sorprendió. No se podría asegurar que el producto se agotó, pero lo que sí se puede afirmar es que a pesar de oirse y verse todos los días, la canción aún no ha agotado a la audiencia.

"Soy rimulero No voy a parar más kilómetros sin reparar y no me pongan peros que yo soy rimulero soy trabajador y este motor lo necesito entero". Después de que suena la primera parte de la canción el locutor dice hay una tradición en los caminos de Colombia: ser rimulero. Ese hombre que recorre muchos kilómetros sin detenerse a reparar". Y sigue la canción: "Echado p'lante recorriendo caminos llenando mi carga donde la gente me espera soy rimulero no voy a parar más kilómetros sin reparar soy rimulero". Y el locutor remata el comercial así:
"Rimula, de Shell, una inversión que se mide en kilómetros".

Lo que más ha llamado la atención de esta propaganda es que volvió popular un producto que no lo es y logró imponer una nueva palabra para una vieja profesión. El aceite para las mulas o camiones no es de consumo masivo. Y convertir el término "camionero" (casi siempre utilizado peyorativamente) por "rimulero" ha sido beneficioso para estos hombres que-se recorren todo el país llevando productos de un departamento a otro.

Para el comercial de televisión se le hicieron pruebas a más de medio centenar de mecánicos de tractomulas y finalmente se escogió a uno porque era el que registraba mejor. La música la compuso Jaime Acosta y la letra es producto del departamento creativo de la agencia de publicidad Leo Burnett. El costo total del comercial fue de más o menos 20 millones de pesos, precio alto para comerciales de este tipo, pero que se explica por el recorrido que se hizo por diferentes sitios de Colombia durante dos semanas.

"A pesar de ser este aceite el lider en el mercado, le dijo a SEMANA Jaime Córdoba, de Leo Burnett, lo que nuestro cliente nos encargó fue vender simultáneamente una buena imagen de los 'rimuleros', una agradable visión del país y, obviamente, el aceite".

El resultado ha salido a pedir de boca. Las encuestas de aceptación así lo dicen. El cien por ciento de entrevistados en diferentes aportunidades no sólo han oído el comercial sino que lo recitan de memoria, con pequeños errorcitos en la tonada o en la letra.
Aunque no es la primera en su género, ya antes las letras de El Colorado otro aceite para trabajo pesado - habían causado sensación, la del Rimulero es la que más duro ha golpeado. A partir de este comercial, los otros productores de aceites cogieron la nota y han sacado propagandas musicales para anunciar su producto. Pero la canción del "rimulero" se ha colocado en el primer lugar, no sólo por haber sido la primera en oírse, sino por haber tocado el alma y la sensibilidad de los colombianos.