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EL SELLO DE THOMAS MANN

El pasado se desdobla sobre el presente para revelar el auge y la decadencia de la cultura alemana

26 de diciembre de 1983

"Mario y el mago", Thomas Mann. Editorial Plaza & Janes. Barcelona 1983, 127 páginas.
Leer hoy a Tomas Mann constituye por dos aspectos una experiencia radicalmente distinta a la que tuvieron sus contemporáneos ante su gran obra literaria. En primer lugar porque con su imagen pública y con sus opiniones contundentes se proyectaba todo un trasfondo histórico y cultural del cual él quizás fue su último representante; y en segundo lugar porque desde la cima de su literatura podían percibirse los trágicos fulgores de una época crepuscular.
Leer a Thomas Mann (1875-1955) corresponde a releer la historia de la cultura occidental, ("El doctor Faustus", "José y sus hermanos") y a la vez leer en la obra de arte del presente toda una síntesis histórica: el pasado se desdobla sobre el presente revelando el auge y la decadencia de la cultura alemana y con ésta el proceso de derrumbamiento de la conciencia burguesa europea. Precisamente los dos cuentos que presenta Plaza & Janes en este volumen reflejan esos dos aspectos de la obra de Thomas Mann: en "Mario y el mago" y en "La sangre de los Welsas". En el primer cuento narra la situación de una familia alemana que pasa una temporada de vacaciones en un pequeño pueblo del mediterráneo y los incidentes con que ha de tropezar van a revelar un acentuado contraste entre la cultura nórdica y la cultura mediterránea, contrastes que irónicamente años más tarde el fascismo va a absorber en una sola ideología de dominación: esa que transmitió el siniestro eje Berlin-Roma. En "Mario y el mago" Thomas Mann advierte en la figura del mago los peligros de la fuerza avasallante que un hombre puede ejercer sobre los demás. El mago, un hombre deforme, siniestro y jorobado, viene a ser una parodia de lo que fue el Duce en Italia. El relato de Mann avanza hacia su dramático final con la precisión y la tensión de un mecanismo mortal. El lector en este cuento no tiene respiro; en cambio, "Sangre de los Welsas" propone una tensión íntima y revela aquella síntesis cultural a la que hemos aludido y que también resulta altamente dramática. Es éste el retrato de una familia que vive aún bajo los viejos esquemas y los hábitos consagrados por la tradición, en donde, sin embargo, los hijos van a impugnar los sentimientos que representan la tradición de sus padres. A ellos oponen el poder, la eficiencia, el éxito en la competencia. Pero bajo las discrepancias verbales, en la transmisión ciega de la herencia, se prolonga el instinto de pervivencia de una época que ya está clausurada. Sigmundo y su hermana Sieglinde van a ser bruscamente separados por la boda de ésta última con un representante de la burguesía administrativa.
Aunque estos cuentos pertenecen a la producción menor de Mann, llevan desde luego su sello inconfundible, la templada y fina ironía de su estilo y esa duplicación paródica de la realidad que hace de esa realidad algo más real en tanto que está intensificada con lijeras pero definitivas distorsiones, presentadas siempre bajo una luz trágica. -
Enrique Pulecio Mariño -