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En blanco y negro

Todo el drama de la segregación racial en Suráfrica en "La gente de July".

12 de febrero de 1990


"La gente de July"
Nadine Gordimer - Novela -
Grijalbo - 210 páginas
Ahora, cuando el tema de las sangrientas batallas raciales en Suráfrica ha cobrado nueva vigencia a través de libros y películas que reconstruyen dolorosos sucesos y personajes, Grijalbo reedita la que se considera la más popular de las novelas de la Gordimer, aspirante eterna al Nobel y testigo insobornable del desangre al cual ha estado sometido durante largos años su pueblo.
A diferencia de las historias relacionadas con las segregación racial con la intolerancia, " La gente de July" evita caer en las acostumbradas trampas ideológicas, morales y sentimentales que una historia sobre blancos y negros, destrozándose en grandes ciudades y caseríos perdidos, podría provocar. Gordimer ha preferido un lenguaje seco, directo y apoyado en diálogos escuetos para que el dramatismo de la situación sea más efectivo, más útil a ese lector que no puede olvidar, mientras devora esta crónica traducida a numerosos idiomas, que la situación sigue siendo la misma y que Nelson Mandela lleve 25 años en la cárcel y que su mujer es seguida de cerca por los policías del régimen blanco.
La historia comienza con una situación desesperada. Preocupados por las revueltas que sacuden el país, la familia compuesta por Maureen y Bam Smales con sus tres hijos pequeños ha abandonado su casa, ha viajado durante tres desesperantes e interminables días hasta llegar a la aldea miserable de July, el sirviente negro que los acoge en esa cabaña donde duermen en el suelo y en los asientos arrancados al vehículo. Los Smales son blancos, han convivido con los negros tranquilamente y a medida que la violencia racial crece, comienzan a salir del estado de inocencia en que han permanecido, oyendo rumores sobre masacres, leyendo noticias en los periódicos mientras siguen creyendo que los demás blancos tratan a los negros como ellos lo hacen con July. A través de los ojos asustados del empleado, quien poco a poco se va transformando en un ser más agresivo y más confiado, el lector entenderá mejor el fenómeno de la segregación, sobre todo cuando los papeles se invierten. Cuando la violencia sea la única solución, cuando en medio de ancianos, niños y mujeres desvalidos, los blancos aprendan a amarlos más.

"Diario"
Joe Orton - Memorias-
Grijalbo - 396 páginas.
El 9 de agosto de 1967 el mundo literario británico quedó espantado con esta noticia: uno de sus dramaturgos más originales, irreverentes y obscenos, Joe Orton, había sido asesinado a martillazos por su amante Kenneth Halliwell, quien se suicidó después. Culminaba así la vida de un excelente escritor, quien a través de sus piezas de teatro supo retratar la soledad, el vacío, la desesperación, el humor negro de quien, siendo homosexual, convirtió esa condición en una agresión continua contra ese mundo que, asustado, asistía a sus obras y repetía sus textos y memorizaba sus diálogos como un homenaje a quien se burlaba de todos y les restregaba sus perversiones. Cuando la policía entró al apartamento de Orton y Halliwell encontró una nota escrita por este último: "Si leen su diario, todo quedará explicado". Terminaba de manera sangrienta una relación conyugal de 16 años.
Orton, víctima de una serie de traumas incurables, aficionado a la cacería de muchachos en los baños públicos de Londres y las playas de Tánger, descarado ante el escándalo que su procacidad producía en las personas normales, inseguro del enorme talento que la naturaleza le había proporcionado, vengativo con quienes lo rechazaban -escritor segregado durante largos años hasta cuando críticos y espectadores aceptaron encontrarse ante un auténtico genio (él mismo se sentía al lado de otros homosexuales famosos como Wilde, Tennesse Williams, William Burroughs y por supuesto, Truman Capote)- en este Diario vuelca todas sus ansiedades y fantasmas. Reconstruye sus conquistas sexuales, da rienda suelta al humor repelente que pocos le perdonaban (es capaz de bailar ante el cadáver de la madre, usando los dientes postizos de la anciana como si fueran castañuelas). Se confiesa impúdicamente y amarra algunos de los cabos sueltos que los admiradores habían encontrado en sus escritos teatrales y entrevistas con la prensa.
Los interesados en seguir de cerca ese extraño proceso que es la creación artística, empujado por toda clase de problemas emocionales, se topará con una obra brillante, descarada cargada de cinismo y sexualidad, abierta y desvergonzada, típica de esos años sesenta dominados por la marihuana y Los Beatles. Las estampas cotidianas y ridículas de todo un genio, mezcladas con el doloroso inventario de sus frustraciones sexuales, hacen de este Diario una experiencia curiosa. Después hay que mirar "Abrete de orejas", la película de Stephen Frear (el mismo de "Relaciones peligrosas"), sobre la vida de Orton, o asistir a la representación de algunas de sus piezas, comenzando por Sloane, montada varias veces en Colombia.