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Claudia Hakim es diseñadora textil de la Universidad de los Andes, donde ha sido profesora, y formada en cerámica y escultura en el Oxford College. | Foto: Álvaro Tavera

MUSEO

El Mambo necesita donaciones, pasantes y voluntarios

Semana.com habló con la directora del Museo de Arte Moderno de Bogotá, Claudia Hakim. Estos son algunos de los proyectos a los que usted se puede vincular.

9 de septiembre de 2016

Hace seis meses la artista plástica Claudia Hakim recibió de manos de Gloria Zea la dirección del Museo de Arte Moderno de Bogotá (Mambo).  Semana.com habló con la directora, quien tiene varios proyectos para “revitalizar” el museo de tal manera que vuelva a sus épocas doradas.

Semana.com: ¿Cómo está el museo en este momento?

Claudia Hakim (C.H.): Todavía estoy arreglando la casa. En la parte administrativa hay bastantes cosas por hacer, y para eso estoy buscando maneras para aliviar los problemas económicos que el Mambo siempre ha tenido. Hasta que no tengamos apoyo de la empresa privada nacional e internacional, el Mambo siempre tendrá problemas económicos, porque el Mambo es una empresa privada sin ánimo de lucro. El Ministerio de Cultura y la Secretaría de Cultura de Bogotá nos dan aportes pero para proyectos puntuales. Nosotros tenemos que conseguirnos el dinero para que funcione día a día y lo único que tenemos hasta el momento es la taquilla. Es muy duro, está muy difícil la situación.

Semana.com ¿Hay proyectos con los que usted cree que se pueda recuperar este Museo?

C.H.: Todo se está recuperando. Estamos en charlas con personas que nos ayuden recuperar el teatro para proyectar películas. Espero que antes de finalizar el año lo tengamos funcionando. Estamos buscando la manera de reactivar la cafetería, y ya hay gente interesada. El programa de educación ya lo reactivamos, desde las vacaciones en junio se empezaron a inscribir niños de la zona para recibir clases y talleres. Queremos retomar las visitas guiadas. Estamos haciendo que la información del museo llegue a través de las comunicaciones; queremos que la información de las actividades le llegue a muchas más personas. Vamos a retomar las membresías para diferentes públicos; desde estudiantes hasta benefactores corporativos. Estamos haciendo alianzas con universidades porque necesitamos pasantes y voluntarios que tienen una gran capacidad y pueden aportarle al museo desde diferentes áreas. Ya que tenemos sobre la calle 26 el Parque Bicentenario, la idea es hacer por allí un acceso nuevo al museo.

Semana.com: ¿Cómo se pueden vincular los jóvenes para ayudar al Mambo?

C.H.: Necesitamos pasantes de bibliotecología, personas que puedan hacer visitas guiadas, pasantes de fotografía, de prensa y colaboradores que nos ayuden para hacer los talleres de educación. También queremos que compren pases anuales por ejemplo porque la idea a futuro es cobrar más por la entrada a las exposiciones, pero si tienen ese pase que puede valer aproximadamente 40.000 pesos, podrán entrar durante todo el año.

Semana.com: ¿Cuál es la forma para que la empresa privada se vincule?

C.H.: A través de las membresías quien haga una gran donación aparecerá como miembro benefactor. Además, puede tener un día una sala para hacer un evento corporativo, por ejemplo. O le damos 100 pases para que sus empleados entren gratis, estará invitado a todas las presentaciones de gala…

Semana.com: ¿Cómo hará que aumente el número de asistentes al museo y la frecuencia con que lo visitan?

C.H.: Yo pienso que hace falta cambiar los programas para que el museo permita que la gente pueda participar más de las actividades. La idea es que el Mambo vuelva a ser un lugar de encuentro, que la gente venga a la biblioteca, que se pueda tomar un café y socialice. Quiero que vuelva a ser como antes que la gente se encontraba para conversar y charlar. El objetivo es activarlo, que tenga vida. Aunque muchas exposiciones serán contemplativas, es necesario que otras permitan mayor participación del público.

Por lo menos cuatro o cinco veces al año buscaremos hacer proyectos donde la gente pueda intervenir el espacio. Vamos a proyectar películas en la fachada del museo por ejemplo. Queremos que aun en las paredes la gente sienta que el museo está vivo.  

Semana.com: ¿Cuáles son las películas y los artistas soñados que quisiera traer?

C.H.: Yo quiero que el museo esté de moda (risas). No puede ser Hollywood porque el presupuesto no nos alcanza, pero sí será cine arte, cine independiente. Y la primera artista soñada que quisiera que viniera es nuestra maestra Doris Salcedo. Ojalá me oiga porque además su visita creo que catapultaría el museo.

Semana.com: ¿Va a haber otros momentos para exhibir las piezas de la colección del museo?

C.H.: En Octubre viene una exposición que se llama Madre Tierra. La idea es tener un salón de la colección del museo. Pero este museo es muy pequeño entonces no hay cómo exhibir constantemente sus piezas. Esperamos que el próximo año podamos hacer una sala donde se exhiban piezas del museo permanentemente. La idea es mover la colección, prestarla y que la gente se entere de lo que tiene el Mambo.

Semana.com: ¿Tiene algún plan para la biblioteca?

C.H.: Esta biblioteca tiene una gran riqueza en libros de historia del arte y archivos de fotografías. Pero necesitamos digitalizarla, por eso requerimos pasantes y voluntarios. Ya tenemos especialistas de fotografía, pero hay muchos libros sin catalogar. Estamos buscando personas que tengan bibliotecas o libros que quieran donar.

Semana.com: ¿Cómo les ha ido con la venta del libro de lujo La colección, que lanzó el Mambo para recaudar fondos?

C.H.: Davivienda nos dio este libro y todo lo que se venda será para el museo. En este libro de dos tomos se encuentran 3.633 obras originales de la colección del Mambo. El libro cuesta 1 millón de pesos. Sabemos que para muchos representa un dinero importante, pero creemos que hay personas que pueden hacer esta donación. El día del lanzamiento del libro asistieron más de mil personas y los artistas estaban muy contentos, la gente sintió que el Mambo estaba vivo, pero la venta del libro no fue tan exitosa. El libro ahí va. Vamos vendiendo de vos a vos. La gente está comprando.

En la Feria Internacional de Arte de Bogotá (ArtBo) lo vamos a presentar. Queremos que el museo esté presente. Estoy pidiendo un local más grande donde podamos hacer la presentación del libro y ofrecer las membresías nuevas.

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Semana.com: ¿Cuál es el inconveniente con el mercado de las pulgas?

C.H.: No es con el mercado en sí mismo, sino con todo lo que se genera alrededor de éste; se ubican muchos vendedores ambulantes, la calle queda sucia por las envolturas de comida y esto daña el ambiente del museo.

Semana.com: Con respecto a otros museos de arte moderno, ¿a qué nivel le gustaría llegar?

C.H.: Para mí el indicador de que el museo se posicionó es que se haga fila para entrar. Me encantaría que la fila para entrar llegara hasta cruzar la otra cuadra.

*Información sobre la programación del museo en este enlace.