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¿Es arte o es moda?

Con la Casa Inexmoda a reventar, comenzó en Medellín El café de la moda. Serán cuatro tertulias a lo largo del año que discutirán el impacto que ella ha tenido en la cultura.

27 de junio de 2009

Las directivas de Inexmoda en Medellín han salido de los figurines y las pasarelas para discutir acerca de la moda y su relación con el arte, la política, la historia y los medios. En un espacio que han llamado 'El café de la moda' se realizara una serie de tertulias que buscan generar un espacio de discusión para que personalidades de la opinión pública hablen sobre moda. ¿La intención? Liberar la moda de la esclavitud del cuerpo, hablar sobre ella más allá de los desfiles, las vitrinas y las mujeres esculturales.

Para Paula Trujillo, directora de competitividad e internacionalización de Inexmoda: "Nos inquietaba percibir que el debate sobre la moda en Colombia estaba en un terreno infértil y banal, cuando nosotros creemos que ella es una disciplina que se asocia a una expresión y a una identidad cultural. Si Colombia es un país de moda, debe tener discusiones que tengan altura".

Ahora, gracias a estas tertulias, durante todo el año la discusión sobre la moda estará sobre la mesa. Como dice Trujillo: "Buscamos crear espacios públicos de debate abierto para reivindicar la moda como construcción social y cultural, no como tema 'light'".De esta forma, en el mes de agosto el empresario Nicanor Restrepo y el ex ministro de Cultura Juan Luis Mejía discutirán el tema de la historia textil en Colombia. En octubre el turno será para Jorge Orlando Melo, historiador, quien hablará sobre las relaciones de la moda y la democracia. Y en noviembre el Café vendrá a Bogotá, en donde se realizará una tertulia con Fabián Sanabria, decano de la facultad de ciencias humanas de la Universidad Nacional, para debatir sobre la importancia de la moda en la opinión pública.
El pasado martes, en el primer Café, se discutió sobre el arte en la moda, un tema que parecería no haber sido tratado más allá de las facultades de diseño, pero que sigue convocando público. Los invitados en el panel -los críticos de arte Jaime Cerón y Alberto Sierra, la diseñadora Isabel Henao y la periodista de El Espectador Angélica Gallón, especialista en temas de moda- hablaron de las extravagancias que diseñadores japoneses y europeos hacen en las pasarelas, de mesas que se convierten en faldas, mientras en dos pantallas gigantes se proyectaban las imágenes de modelos de alta costura. Ninguno de los asistentes podía diferenciar las imágenes de la pasarela de piezas de museo o de productos en una vitrina de una tienda exclusiva de diseño. Y, tal vez, esa era la intención: demostrar que una prenda que un diseñador elabora con el esmero de un escultor deja de ser arte cuando se produce en serie.

Entre los 300 asistentes -que permanecieron atentos durante las dos horas del debate- había más diseñadores de moda que artistas, más estudiantes que curadores, más empresarios que galeristas... incluso el bogotano Jaime Cerón se atrevió a decir que la única forma de que el tema del arte convoque a las masas es que lo crucen con algo tan popular como la moda. Al final, no hubo conclusiones. O tal vez sí. Una: la moda y el arte han caminado de la mano desde hace siglos, pero nunca se han casado.