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"FINALMENTE ME RESIGNE A SER BORGES"

El escritor argentino recibió de Mitterrand la más alta distinción francesa y habló para la prensa con extraordinaria lucidez.

28 de febrero de 1983

Jorge Luis Borges recibió de manos del presidente Mitterrand, la más alta distinción francesa: Comendador de la Legión de Honor.
Esta condecoración hacía parte de una serie de actos celebrados en honor del escritor y poeta argentino.
Desde su llegada a París el 10 de enero, Borges dictó una conferencia en el "Colegio de Francia", ante la crema de la intelectualidad francesa. Y fue recibido por la "Academia de Ciencias Morales y Políticas", de la cual es miembro desde el 11 de mayo del año pasado.
La casa editora "Gallimard" anunció, por su lado, la edición de las obras completas de Borges en la célebre colección "La Pleiade" .
Así, el escritor argentino será, entre trescientos tomos, el primer latinoamericano y el cuarto autor de habla hispana en gozar de este homenaje, después de Miguel de Cervantes, de Quevedo, de Mateo Alemán y de Federico García Lorca.
De 83 años, ciego desde 1955, Borges sorprendió en París por su vitalidad, su lucidez y por un extraordinario sentido del humor del que dio amplias pruebas durante la conferencia -debate sobre la "creación poética".
"Estoy seguro", dijo Borges aludiendo a la relación entre la creación poética, la memoria y la lengua, que la palabra luna en latín (...) no corresponde a lune, en francés, o moon en inglés. Las tres pertenecen a una tradición literaria y poética anterior, lo que implica tener conciencia de que esa palabra pasó, en latín, por Virgilio, en francés por Verlaine y, en inglés, por Shakespeare".
Sobre la "creación poética", el escritor argentino reconoció haber leído "algunos" libros de estética pero confesó haber preferido las "reflexiones de los escritores sobre sus propios textos". Refiriéndose a las teorías que han tratado de explicar el fenómeno poético, citó la del poeta romántico Edgar Allan Poe "al cual todos debemos algo, como a Whitman".
Después de analizar la técnica utilizada por Poe para escribir "El Cuervo", "un poema mediocre mejorado por sus traductores, Baudelaire y Mallarmé" Borges afirmó: "la teoría de Poe, según la cual la creación poética es un acto intelectual, una serie de raciocinios y silogismos, me parece errónea". "Hay otras ideas", agregó el escritor. La teoría de la inspiración que vé en cada poeta una especie de secretario que recibe un dictado de una fuerza desconocida; los griegos pensaban en las musas y los hebreos en el espíritu. Existe, igualmente, la teoría de un gran poeta irlandés según la cual "yace en nosotros la memoria de todos nuestros antepasados". Borges no escoge, prefiriendo hablar de su "modesta experiencia".
"Desde niño sabía que mi destino sería literario, sabía que pasaría toda mi vida leyendo, soñando, escribiendo y quizá publicando aunque esto no es lo más importante".
"En literatura, comencé siendo barroco, como todos los jóvenes.
Era, creo, una manera de mostrar mi timidez. Comencé siendo un genio pero luego me dí cuenta de que no lo era. Decidí ser alguien como Quevedo o tantos otros. Pero, finalmente me resigné a ser Borges. ¿Que otra cosa podía hacer? Pensé: si puedo ser Borges sin correr ningún peligro...".
Borges provocó otro festival de carcajadas al exponer parafraseando a Alfonso Reyes la razón que lo incitó a publicar sus escritos únicamente después de haber terminado su quinto libro: "Nosotros publicamos para no pasar nuestra vida corrigiendo los manuscritos".
Explicando de dónde ha nacido su propia creación, el escritor argentino mencionó cuatro ejemplares: la simple lectura de un texto "La poesía nace de la poesía", cualquier reflexión ("la admirable invención teológica sobre la eternidad"), un sueño o una palabra: inolvidable, por ejemplo, que "me llevó a escribir una "nouvelle" bastante corta, dijo, porque el personaje que no lograba olvidar una moneda de veinte centavos se volvió loco al cabo de unas páginas".
Cada escritor sabe, según Borges, que todas sus experiencias están hechas para el arte, sobre todo las que causan infelicidad y nostalgia desde luego. Los hombres conocen la felicidad y el infortunio. Pero mientras el primero es un fin en sí, que no exige ningún esfuerzo, el segundo nos obliga a transformarlo en algo.
Como quiera que sea, Borges indicó que sólo Jorge Guillén había logrado cantarle a la felicidad presente, como si estuviera en un verdadero paraíso. "Whitman hizo lo que pudo para cantarle a la felicidad, pero era un hombre triste, solo y su felicidad era un puro deber que se había impuesto".
Cada escritor siente, por otro lado, la forma como sus experiencias deben ser tratadas. Unas se convierten en versos, otras en cuentos, ensayos o novelas. Cada una requiere una estética y de todas Borges prefiere, rápida y claramente, el comienzo y el fin. "Luego, hay que inventar lo que ocurre entre esas dos partes". Hoy, Borges ya no forja las palabras, como en la juventud, sino que trata de ser "lo más simple posible, permaneciendo, sin embargo, complejo pero complejo de una manera secreta y modesta".
Respondiendo a una pregunta, Borges confirmó que sigue prefiriendo los cuentos, las "nouvelles" y la poesía a las novelas.
"Las novelas son, en general, demasiado largas. Hay siempre páginas que han sido escritas con el único fin de alargar el libro. La novela como el teatro, añadió, podrían desaparecer de la historia pero el cuento y la poesía permanecerán con nosotros".
Interrogado sobre el premio Nobel, Borges declaró: "Ese jurado es muy inteligente y muy razonable. La mejor prueba es que nunca me ha atribuido el premio. Su política ha cambiado. Antes el Nobel consagraba la reputación de un escritor, hoy es atribuido para descubrir a un escritor". Por otra parte, el poeta argentino negó estar encerrado en una torre de marfil.
"Yo soy muy sensible a todo lo que ocurre y lo he probado, manifestó antes de agregar: "Hablé contra la dictadura de Perón, hablé contra los actuales militares y, durante el conflicto de las Malvinas yo fui el único que denunció la confusión entre el derecho sobre un territorio y la invasión de este territorio".
Ante la Academia de Ciencias Morales y Políticas, el poeta Borges definió, en fin, el destino del escritor al afirmar: "El escritor vive la curiosa necesidad de transformar los sentimientos y las ideas en mitos, fábulas, metáforas, poesía y cadencias. Creo que la música de las palabras es esencial".