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LAS PIRAMIDES DE LOUVRE

Un proyecto arquitectónico para recuperar 2.8 hectáreas en medio del Museo de Louvre desata polémica en Francia.

9 de abril de 1984

Repitiendo lo sucedido hace una decena de años ante la maqueta del Centro George Pompidou, el mundo cultural francés desató, en los últimos meses, una importante polémica en torno a un proyecto arquitectónico que modificará, sensiblemente, un histórico sector de París.
Se trata de la construcción en la "Cour Napoleón" -inmenso patio de 2.8 hectáreas que se encuentra en medio del Museo del Louvre- de una pirámide de 19 metros de alta y treinta de base, rodeada de otras tres de cinco metros de altura.
Presentado por el arquitecto norteamericano de origen chino Ieoh Ming Pei, célebre por haber realizado el ala izquierda de la National Gallery de Washington, ese proyecto responde al deseo, expresado por el Presidente francés en 1981, de crear un "Gran Louvre". En 1986, en efecto, esa catedral del arte recuperaría cerca de cincuenta y cinco mil metros cuadrados, ocupados actualmente por el ministerio de Finanzas, convirtiéndose así, con más de 150 mil metros cuadrados de salas de exposición en el museo más vasto del mundo.
Las pirámides concebidas por Ming Pei son, pues, la parte visible de un programa de renovación que cubre un terreno subterráneo de doscientos metros de largo, ciento diez de ancho y siete de profundidad. Enteramente transparentes -gracias a un vidrio que está siendo experimentado y a una estructura casi invisible elaborada con un material más sólido que el acero- las pirámides permitirán, aseguró el arquitecto, escapar a los efectos lúgubres que producen los corredores del metro.
¿Por qué haber utilizado esa "tecnología del siglo XXI" para construir formas empleadas por los faraones, veintiocho siglos antes de nuestra era? "Las pirámides, respondio Ming Pei al diario Liberation, no hacen referencia a Egipto sino a la experiencia de los hombres (...) es una forma ideal fuera del tiempo. Si se debe agregar algo al Louvre deben ser formas actuales que contrasten con las formas del pasado". "A pesar de todo -prosiguió- el Louvre seguirá siendo el "Gran Dios" aunque la pirámide le dará un aspecto totalmente diferente".
De hecho, la pirámide central se convertirá en un símbolo, en un punto de referencia, pues albergará la entrada al museo y la escalera que llevará al subterráneo. Los visitantes encontrarán además una gigantesca plaza climatizada, la biblioteca, la librería, las salas de proyección, una sala de exposición destinada a los niños, el laboratorio y demás servicios técnicos del museo, así como un restaurante, diversos almacenes y un garaje para mil vehículos y unos cincuenta buses.
Esta innovación en la distribución de su superficie (60% será adjudicada a las salas de exposición y el resto a los equipos) permitirá que el Louvre se equipare a los museos más importantes del mundo y acabe con la fama, ampliamente justificada, de ser una institución rica en colecciones pero mal dotada para atender al público.
Sólo así, afirman los defensores del proyecto, el museo podrá rivalizar con el centro George Pompidou -que recibe tres veces más visitantes por año- y reconciliarse con los franceses que representan apenas un 25% de los 2.7 millones de personas que lo frecuentan anualmente.
Todo ha sido previsto en ese sentido. La pirámide dividirá el museo en tres salas a las cuales se podrá acceder por medio de las escaleras situadas debajo de las "pirámides-bebés". De esa manera, el visitante no se verá forzado a recorrer, como ocurre hoy, un kilómetro y medio si quiere volver, por ejemplo, del pabellón Flore al pabellón Richelieu.
La pirámide permitirá, por otro lado, organizar el espacio en función de "giras didácticas". Cualquier persona podrá, en esas circunstancias, ver partes del museo en lapsos extremadamente breves, placer que es imposible en la actualidad.
La realización del "Gran Louvre" se basa, igualmente, en la introducción al museo de las técnicas modernas y de un tipo de gestión de cara al siglo XXI, cuyos detalles no han sido revelados.
El nuevo Louvre, concebido por Ming Pei, que ya ha sido aprobado por el Presidente Mitterrand y el alcalde de París, Jacques Chirac, será una realidad dentro de 10 años y costará entre 20 y 30 mil millones de pesos colombianos. Las excavaciones, que durarán 18 meses, se iniciarán este mes y las pirámides serán instaladas en la "Cour Napoleón" del Louvre, hacia 1987.