LE SONO LA FLAUTA

Cuando en 1991 Ana Milena de Gaviria tomó la iniciativa de crear Batuta, inspirada en el exitoso programa de orquestas juveniles de Venezuela, en el medio musical local hubo mucho escepticismo porque muy pocos le apostaban a la supervivencia del experimento. Sin embargo, seis años después, cuando Batuta se prepara para inaugurar el 4 de diciembre su VI encuentro nacional de orquestas infantiles y juveniles en el teatro Colón, es un hecho que al proyecto le sonó la flauta.
Y funciona por muchos motivos. Primero, porque la señora de Gaviria se cuidó se crear una fundación cuya supervivencia no requiriera exclusivamente los buenos oficios de una primera dama, lo que en otras palabras significa que se trabaja con una misión precisa, en asocio estrecho con los gobiernos locales y el concurso decidido de las comunidades educativas donde funciona. Segundo, porque los directores de Colcultura de estos años _léase Ramiro Osorio, Juan Luis Mejía, Isadora de Norden y ahora Osorio de nuevo como ministro de Cultura_ han atendido cuidadosamente su compromiso con la entidad.
Además, Batuta hoy en día cubre en términos reales el país, desde La Guajira hasta el Amazonas y desde Caquetá hasta Nariño, "todavía no la totalidad de los departamentos, pero es nuestro objetivo", dice María Errázuriz, la gerente.
El VI encuentro nacional va del 4 al 9 de diciembre. Reúne a 21 agrupaciones de todo Colombia y la Orquesta Simón Bolívar de Venezuela como invitada especial: "La presencia de una orquesta extranjera es un referente necesario", dice Errázuriz.
El Encuentro habla bien del balance, con 7.000 niños trabajando en 57 centros orquestales. Además de los 50 conciertos que se llevarán a cabo en Bogotá en estos seis días, está el programa didáctico y académico que se desarrollará en la Universidad Javeriana.
El balance habla bien del programa y demuestra que Batuta es algo más que el embeleco de una primera dama.