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Maestro del cuerpo

Alvaro Restrepo, pionero de la danza contemporánea en Colombia, celebra en Bogotá 20 años de actividades.

11 de diciembre de 1980

Movimientos corporales y escultura. Un clamor que implora misericordia por Colombia. Es Miserere, el espectáculo que los bogotanos podrán apreciar el 31 de agosto en la plaza ceremonial del Parque Simón Bolívar. Los intérpretes, 100 integrantes del Colegio del Cuerpo de Cartagena que utilizan el Ch'unaeng mu (danza del ruiseñor cantando en la primavera), técnica coreana en la que se desarrolla una especie de meditación en movimiento a partir del uso de la respiración.

Los bailarines tendrán como marco la instalación El bosque re-implantado, del escultor Alberto Riaño, que en sus palabras es "una representación geométrica del bosque como metáfora que se teje en el arte para sembrar actitudes positivas y constructivas".

Detrás de este grupo está Alvaro Restrepo, codirector del Colegio del Cuerpo, cargo que comparte con Marie France Delieuvin.

Esta ceremonia marcará el punto culminante de la gira que adelanta en Bogotá y con la cual Alvaro Restrepo celebra 20 años dedicado a aprender, promover y hacer trascender la danza contemporánea en Colombia.

Alvaro Restrepo descubrió la danza a los 24 años. No es una edad habitual para iniciarse en una disciplina tan exigente, más cuando se arrastran varios años de malos hábitos que entiesan los cuerpos hasta niveles indecibles. Pero se la jugó entera y dejó atrás su etapa de estudiante de música (nueve años de piano), filosofía y letras y teatro. En 1981 recibió una beca para estudiar en Nueva York con maestros como Jennifer Muller, Martha Graham y Merce Cunningham, y allí trabajó con los coreógrafos Remy Charlip, Cho Kyoo-Hyun y Tammar Rogoff. En 1986 estrenó en Nueva York Desde la huerta de los mudos, homenaje a Federico García Lorca, y luego comenzó su carrera como coreógrafo e intérprete de sus propias creaciones, que ha presentado con su grupo Athanor Danza en escenarios de más de 30 países de Europa, Asia, Africa y América.

En 1993 dirigió la Academia Superior de Artes de Bogotá (Asab), donde creó la primera escuela de danza contemporánea del país de nivel superior. Desde 1994 vive y trabaja en Cartagena, la ciudad de sus ancestros, donde fundó en 1997, junto con Marie France Delieuvin, el Colegio del Cuerpo, un proyecto al que le ha dedicado cuerpo y alma y que le ha permitido trabajar con jóvenes marginados de esa ciudad. "Buscamos el despertar oportuno de las vocaciones y las pasiones, y de paso permitir la inclusión social de jóvenes marginados en una ciudad fragmentada y desgarrada".

Además de aprovechar las aptitudes naturales de los jóvenes cartageneros, la danza es una herramienta básica para desarrollar la autoestima y fortalecer la educación sexual. "Además forma valores a través del trabajo en equipo, los enseña a respetar y también a respetarse".

Ha desarrollado diversos proyectos como, por ejemplo, Mi casa, mi cuerpo, en colaboración con la Red de Solidaridad, que involucró en 2001 a 100 niños del barrio Nelson Mandela.

A él le interesa integrar a niños y jóvenes de todos los estratos y hacer que el Colegio del Cuerpo sirva como punto de encuentro de las muchas Cartagenas. "Quiero llegar al estrato T, es decir, el estrato talento, que lo componen las aptitudes, la voluntad y la disciplina. Si se unen voluntad y talento nada lo detiene a uno".

Los bogotanos, que a lo largo del mes de agosto han asistido a las presentaciones del Colegio del Cuerpo, lo han comprobado. Pero ahí no termina esta celebración. Del 18 al 29 de noviembre se presentarán algunas de las obras más emblemáticas del repertorio de Athanor Danza.