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MAS - CARAS LARGAS

En "Corre, corre Carigueta" el grupo La Candelaria rompe con algunos de sus elementos tradicionales.

29 de julio de 1985

Al terminar una función de "Corre, corre Carigueta" un buen número de los espectadores ni siquiera repara en frotarse los brazos para combatir el frío, tan tradicional en el teatro La Candelaria como el humor; es como si éstos salieran de un acto religioso y todavía flotara en el ambiente el "rito" que el grupo deseaba mostrarles. Pero también queda entre muchos la añoranza del humorismo candelario, que apenas irrumpe en pequeños pasajes de la historia violentando el carácter ritual con que Santiago García, el director presenta la obra al público asistente.
Dentro de la trilogía sobre el teatro de la Colonia que el grupo viene trabajando desde el año pasado, a la cual pertenecen " La Trasescena" y una más actualmente en montaje, aún sin títulos, "Corre, corre Carigueta" es la adaptación que Santiago García hace sobre la "Tragedia del fin de Atha-Walpan" de autor anónimo del siglo XVI traducida al español a principios de nuestro siglo. A la trama original le incorpora el chasque -correo inca- quien narra la historia mientras bebe, dándole a la trama la movilidad que le quita la actuacion de los demás personajes con máscaras.
No se trata de que La Candelaria haya perdido su humor, pero sí es un hecho que el último montaje se atreve a mostrar una forma diferente de teatro a aquella con que el grupo ha conquistado su público en veintiun años de existencia. Las innovaciones de este rompimiento se deben en gran medida a la participación del francés Jaen Marie Binoch, experto trabajador del teatro de máscaras y conocedor del teatro "NO" japonés que conserva el uso de éstas desde su origen en el siglo XII. Si bien en Colombia se había presentado antes el intento de incorporar la máscara a la escena, jamás se dieron propuestas serias en la búsqueda de una actuación diferente con la máscara, la cual sí posee el teatro oriental conocido y estudiado para el montaje de "Carigueta" .
El rompimiento de estilo en el trabajo de La Candelaria era esperado por el público, pues a través de los últimos montajes, en donde el humor recargaba de risas el espectáculo, se planteaba la recuperación del silencio y la "seriedad" en la sala. Y en es te campo los mayores logros son en la elaboración de máscaras y la asimilación de la actuación especial del teatro "NO", que se caracteriza por la quietud de los personajes representados en contraste con la movilidad de los actores en escena que se veía en los anteriores montajes de La Candelaria.
Otro elemento importante que nos enseña "Corre, corre Carigueta" es la escenografía del pintor Pedro Alcántara, quien ha elaborado las propuestas a este nivel en los últimos montajes del grupo. Esta vez muestra un gigantesco español de cartón, que habla a través de un indígena enano, aparatosamente representado.
Por donde se mira la obra se encuentra siempre un rompimiento y un cambio en el que indudablemente hay un trabajo muy profesional no sólo de los actores, sino de los demás participantes en la elaboración de máscaras, escenografía y vestuario. La música ha sido encomendada a la Orquesta Filarmónica de Bogotá, pero con ello el grupo pierde la vitalidad que le daban a sus anteriores representaciones la presencia de los músicos en el escenario.
Aún falta por ver una obra más de las pertenecientes a esta trilogia sobre la conquista de América Latina y es en ella en la que se podrá apreciar más claramente cuáles fueron los verdaderos deseos y resultados de este rompimiento.