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MEMORIAS TERRIBLES

Todo puede pasar en las paginas que hablan de la conquista española

7 de marzo de 1983

Cronistas de Indias --Antología
El Ancora Editores Bogotá, 1982 --145 páginas.
La mención que hizo García Márquez de aquel marino que vio criaturas con cola de puerco, y de las fábulas existentes sobre la realidad latinoamericana desde antes de la conquista, nos vuelve de nuevo la atención sobre los cronistas de Indias, y los sucesos, muchas veces increibles de lo que vieron y relataron.
No se sabe qué escapa más a nuestro sentido de percepción, si las costumbres que practicaban los indígenas suramericanos, centroamericanos y mexicanos, o las prácticas de los españoles en las que entetejían la pasión por las riquezas, la vesania contra los indios a veces desamparados, el espíritu aventurero, la capacidad de afrontar la desgracia o de emprender el más descabellado proyecto. También está, por supuesto, la mirada humanitaria hacia el indigena, la imploración por mejorar su situación, la súplica por impedir el exterminio.
Algunos extractos de los viajes de Colón escritos por él mismo dan cuenta de las peripecias del viaje, hoy considerado como una empresa de lunáticos. La exposición de Michel de Cúneo, italiano que visitó a la América con Colón sobre los árboles y la flora americana, con frutos totalmente desconocidos por los europeos, es un rústico pasaje de botánica. Fray Bartolomé de las Casas termina su exposición de defensa de los indígenas denunciando las tropelías de los españoles contra los nativos, como la de hacerlos perseguir por los perros que los despedazaban vivos, incluso a los niños, bajo la mirada ávida de nuevas emociones de los españoles. Muchas poblaciones de indígenas fueron arrasadas por españoles que organizaban invasiones cruentas, en las que no quedaba ni un sobreviviente. De lo que más se duele el Padre de las Casas es de la muerte de estos nativos sin fe y sin sacramentos. En las cartas de Hernán Cortés a Carlos V, se relata su asombro por la majestuosidad de Tenochtitlán y sus plazas, "más grande que la de Salamanca", dice él, y pasa a relatar todos los artículos que se venden, desde oro y piedras preciosas hasta animales y todo tipo de artículos alimenticios, le llama la atención el poderío de Moctezuma, de su religiosidad y los ídolos que adoraban los aztecas. El relato de Bernal Díaz del Castillo, un soldado a las órdenes de Cortés, sobre la existencia de dos españoles que habían sido asimilados por los aztecas, y la disparidad entre ellos al advenimiento de sus congéneres, el uno por volverse con los suyos, el otro por permanecer entre los que ya consideraba suyos, es de los más curiosos. Luego, el relato sobre las entrevistas con Moctezuma, el papel que jugó la india Marina, o Malinche, para sojuzgar a sus hermanos de raza, se explayan en el proceso de toma de México por los españoles. Alvaro Núñez Cabeza de Vaca visitó lo que hoy es la Florida que, hasta la Colonia, está situada en la trayectoria histórica de Latinoamérica. Allí buscó Ponce de León ese otro Dorado que se llamó la Fuente de la Eterna Juventud. Pedro Cieza de León, que vino con Pizarro, estuvo en todo el proceso de conquista del Perú. Finalmente, algunas crónicas de los vencidos, de sus sacrificios y de la muerte cruenta a manos de los españoles.
Promover esta lectura es retornar a un pasado que aún no ha sido asimilado suficientemente por nosotros. Es, además, recrearse en una literatura de aventuras que fácilmente puede cotejarse con las mejores historias de Scott, Stevenson o Verne.--
Libardo González