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Romain Duris, Kelly Reilly y Audrey Tautou (‘Amelie’) son los protagonistas de esta película francesa.

CINE

Mi vida es un rompecabezas

En la última parte de su trilogía centrada en un aspirante a escritor, el director Cédric Klapisch hace un retrato cálido aunque no muy inteligente de las consecuencias humanas de la globalización. ** ½

Manuel Kalmanovitz G.
18 de octubre de 2014

Título original: Casse-tête chinois
Año: 2013
País: Francia
Director: Cédric Klapisch
Guion: Cédric Klapisch
Actores: Romain Duris, Kelly Reilly, Audrey Tautou
Duración: 117 min

Entre 2002 Y 2013, el director Cédric Klapisch ha realizado tres películas sobre el mismo grupo de gente que sirve como una especie de informe color de rosa, todo optimismo, acerca de los efectos de la globalización en las relaciones humanas.

La primera, titulada El albergue español, seguía al joven Xavier Rousseau (Romain Duris) durante un año en Barcelona, a donde había llegado a estudiar Economía y donde termina compartiendo un piso con media docena de europeos de países varios. La segunda, Las muñecas rusas (2005), volvía a él en sus 30 sin haberse hallado profesional o emocionalmente.

En esta tercera película, Xavier está llegando a los 40 y aunque ha logrado triunfar como escritor con un par de novelas basadas en sus cuitas emocionales (su editor lo presenta sin sonrojarse como “el nuevo Proust”), se encuentra tan inmaduro como a los 20. El hecho de haber tenido dos hijos con Wendy (Kelly Reilly), la inglesa que conoció en la primera película y de quien se enamoró no muy convencido en la segunda, no parece haberle ayudado.

En una entrevista, Klapisch señalaba que con Mi vida es un rompecabezas quería hacerle un homenaje a Nueva York, la ciudad donde estudió cine, y su retrato tiene una buena dosis de idealización. La gente es amable y multicultural, nadie está angustiado por conseguir el dinero de la renta y cualquiera se puede dar el lujo de pasársela sentado en un café o en un parque viendo ancianos chinos practicar taichi.

Es, como las otras dos películas, un retrato de los beneficiados inconscientes de la globalización, personajes que viven en sus pequeñísimas burbujas bien protegidas de cualquier perturbación —ya sea moral, sensorial, política o económica— que pueda producir la interconexión y posible homogenización de tantos sitios tan diversos. Aunque Xavier se queja repetidamente sobre lo caótica que resulta su vida, es un caos sentimental, individualista, desconectado de su situación histórica o económica.

La película parte de la ruptura de la relación de Xavier y Wendy. Ella se muda con los hijos de los dos a Nueva York, en donde vive su nuevo amor, así que Xavier decide seguirla para ejercer su labor paternal. En la ciudad coincide con dos compañeras de las películas anteriores: su amiga Isabelle (Cécile de France), a quien en esta ayuda a quedar embarazada, se ha mudado a vivir allí y luego llega Martine (Audrey Tautou), su primer amor, de vacaciones.

Mi vida es un rompecabezas es una película ligera e inofensiva que arma un enredo entre cómico y melodrámatico para decir muy poco sobre Nueva York, la globalización o las derivas emocionales en el mundo interconectado del presente.

A cambio de inteligencia, la película nos ofrece la sonrisa tontarrona pero encantadora de Duris y los ojos grandes y sorprendidos de Tautou que se encargan de darle un barniz humano a este panfleto bienpensante sobre una ciudad monumental pero amable, multicultural pero mayoritariamente pacífica, donde no hay rastro de desequilibrios económicos o culturales.

Cartelera **** Excelente  ***½ Muy buena   *** Buena   **½ Aceptable  ** Regular  * Mala

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