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PITOS A PITOL

Una novela desordenada sobre el desorden del pasado

16 de septiembre de 1985

SERGIO PITOL: "El desfile del amor". Barcelona: Editorial Anagrama. 1984. 253 pág.
Quizás bajo un tácito acuerdo con aquella opinión de Borges, y según la cual "podemos aspirar a todas las tradiciones", Sergio Pitol forja sus intereses intelectuales con los elementos que derivan de una cultura universal. Su última novela "El desfile del amor", ganadora del premio Herralde de 1984, es un vívido ejemplo de ello. Universalismo y desarraigo que, sin embargo, busca de nuevo su centro en el acontecimiento local. "Escribir una novela --afirma Julian Green-- es en sí mismo una novela de la que el autor es el héroe. El cuenta su propia historia... "Aquí una vez más el escritor toma como tema de su novela al escritor mismo; el desdoblamiento explícito es la estrategia del último libro de Pitol.
Sergio Pitol fue estudiante en Roma, traductor en Pekín y Barcelona, profesor universitano en Xalapa y en Bristol y ha desempeñado actividades diplomáticas en París, Moscú, Varsovia, Budapest y Praga, en donde actualmente es embajador de su país. Esta condición de su ausencia ha sido retomada por el personaje central de "El desfile del amor": Miguel Del Solar, quien regresa a México en busca de información para una novela histórica enclavada en 1942. Pitol escribe sobre la imposibilidad de dar realidad a esa novela histórica, lo que se traduce en la frustración del personaje, que a su vez frustra la novela de su posible realidad. En efecto, las versiones contradictorias de los hechos, el descubrimiento de un crimen que jamás fue investigado, los pormenores sociales y familiares, los rodeos del investigador y los caminos ciegos, conforman un pastiche que en su transcurrir serpentea tortuosamente a través de un tiempo pasado para conformar un cuadro de época. El descubrimiento del crimen desvía al historiador de su tema hacia una zona en donde la novela se hunde en la oscuridad, en la relación trivial y en el esbozo de unos personajes tan irreales que necesitan de la voz del narrador para sus interminables monólogos. Es el autor ventrílocuo. Todo el esfuerzo por dar vida a un pasado se reduce a lo que el historiador escucha de las personas que visitan quienes evocan los episodios que rodearon el misterioso crimen.
Así la descripción de ese pasado más que forjada como novela queda disuelta como crónica caprichosa y ambigua. Se dirá que es el tema de la novela, es la frustración, la imposibilidad de llegar a algo. Pero es una imposibilidad que se explica, más que por una desdichada condición humana, por el carácter del protagonista, quien desprovisto de toda vitalidad y movido por una exasperante voluntad libresca se anula en favor de las versiones que quiere aprehender de los hechos del pasado.
Afirmación de la futilidad del historiador y de la historia por sus resultados, "El desfile del amor" se convierte en la futilidad del escritor mismo. La narración de Pitol que pudo ser un excelente cuento, como novela es un ejemplo del tema malogrado por su extensión. Se puede pensar que en el hermoso cuento de Cristina Peri Rosi "El museo de los esfuerzos inútiles" hay un logro de concisión y de economía de medios admirable para un tema no ajeno al gusto de Pitol, pero también puede pensar en ese frío museo donde ha de reposar la ardua novela de Pitol.--
Enrique Pulecio Mariño