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POESIA POR LA PAZ

El Ministerio de Cultura inició en tres municipios de Córdoba el programa 'Diálogos de Nación', <BR>que lleva la cultura a regiones en conflicto.

22 de noviembre de 1999

A simple vista la imagen de un grupo de importantes escritores, como William Ospina, Oscar
Collazos, Juan Manuel Roca, Meira Delmar, Roberto Burgos, entre otros, de algunos periodistas y de decenas
de habitantes del municipio de Lorica, en el mercado público de este municipio y a la orilla del río Sinú,
escuchando porros interpretados por varias bandas musicales mientras departen un suculento sancocho
de pescado, puede parecer parte de una gran fiesta popular. Una multitud en la plaza central de un pueblo
viendo una película al aire libre, conmovida no sólo ante la historia que ve sino también sorprendida ante el
mecanismo que permite que los personajes salgan de un proyector hacia la gran pantalla de tela, puede
parecer una escena extraída de Cinema Paradiso de Giussepe Tornattore. Para quienes están convencidos
de que la cultura se reduce a las galerías de arte, a las bibliotecas y a las grandes salas de cine, imágenes
como las anteriores no pueden representar nada diferente. Pero para el ministro de Cultura, Juan Luis
Mejía, y para varios escritores que ya se han sumado a su causa, estas imágenes, que ya son realidad, son
la base de los 'Diálogos de Nación', programa que se lanzó en Cereté, Córdoba, la semana pasada, con el
único fin de descentralizar la cultura. La intención del proyecto es que los municipios empiecen a recibir
de forma más equitativa los bienes culturales que produce el país, acumulados en un 65 por ciento en
Bogotá. "Poblaciones olvidadas deben tener acceso a conciertos, a la poesía, y a los libros", anunció el
Ministro el día de su posesión y, en menos de dos meses, ya dio el primer paso. Los resultados de la
primera jornada de los diálogos han sido positivos. La acogida del público a la lectura de poemas y cuentos
de los escritores demostraron que se va por buen camino. Los asistentes se sintieron atraídos por los versos
y las historias de los invitados, por la nostalgia que produjo la constante evocación a Raúl Gómez Jattin. Y
por eso los buscaron y hablaron con ellos, les pidieron autógrafos y hasta declamaron juntos, aunque fuera
en privado, estrofas enteras de vates colombianos. "La idea es que la compenetración sea aún mayor, dijo el
ministro Mejía. Cada uno de los escritores que participe en el programa debe estar mentalizado en que no
se trata de ir a leer para después irse al hotel. Hay que estar con la población". Uno de los atractivos que más
impactó a los habitantes de Lorica, Pelayo y Cereté fue el cine. Bajo la orientación de Juan Guillermo Ramírez
se presentó un ciclo de películas colombianas y documentales del director alemán Wim Wenders. Las
reacciones fueron tan diversas como conmovedoras, incluso alguno de los asistentes no dudó en expresar
su asombro ante la cantidad de espectadores que por primera vez "iban a cine". Para el Ministerio los
diálogos son la segunda etapa de lo que se constituyó Crea, un evento de intercambio cultural en el que
las regiones se reconocían mutuamente. Ahora los artistas más reconocidos de cada parte del país serán los
encargados de compartir sus conocimientos con las poblaciones más alejadas. El programa nacional de
infraestructura 'La casa grande' complementa esta labor con la intención de crear por lo menos una casa
de cultura por departamento. En este momento la mitad de los municipios de Colombia ya tienen una, y
a finales de noviembre se inaugurarán las de Bosconia, Cesar y San José del Guaviare para continuar con
los diálogos. Y también habrá poesía, cuentos, música y cine.