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SE VA EL CAIMAN...

Javier Covo ilustra la historia del "Carnaval de Barranquilla".

5 de marzo de 1990

"Carnaval de Barranquilla".
Javier Covo Torres-Publicado por
Intercor.123 páginas.
Ahora, cuando se respira en el aire un olor a fiesta, acaba de aparecer otro libro del cartagenero Javier Covo,"Carnaval de Barranquilla". Sus libros ilustrados, con una amena carreta sobre los temas más variados, ya se han hecho famosos en Colombia. "Einstein (relativamente fácil)","Freud (para inconscientes)", "Beethoven (para sordos)" y "Gandhi (en ayunas)" son algunos de los libros publicados por este narrador costeño que, a la manera del mexicano Rius, ha puesto el formato y el estilo de la historieta al servicio de la historia.
El Carnaval de Barranquilla es mucho más que una gran parranda de baile, ron y disfraces. Es una fiesta enrraizada en la más antigua tradición de los carnavales europeos medievales, a su vez hijos de los cultos campesinos griegos y romanos, que en América se aliñó con los elementos de las culturas negra e indígena. A traves de las páginas de su libro Covo se remonta hasta las ceremonias de la antigua Grecia para explicar paso a paso, su transformación en la batahola de orquestas, bailes, ron y disfraces que hoy en día se toma las calles de la arenosa.
Estan presentes todos: los congos, el toro y el torito, los fieros animales y, como no, el caimán que se va para Barranquilla y el Joselito que resucita todos los años. Tampoco podían faltar la Guacherna, el Bando, la Batalla de Flores y la Gran Parada. En fin, se trata de un catálogo completo y ameno en el que se da cuenta de la historia de una fiesta en la que se unen lo pagano y lo católico, los ricos y los pobres, los de arriba y los de abajo. La fiesta de todo un pueblo.

"Historias de amor, salsa y dolor".
Germán Cuervo - Antología - Cuervo
Editores - 174 páginas.
William Faulkner, ese anciano de bigotes blancos y pipa siempre apagada, sentado en el porche de su casa en el profundo sur norteamericano, afirmaba que lo más doloroso de una antología donde aparacen distintos escritores es que el lector, invariablemente,se quedará con una o dos y desechará el resto porque para eso son las antologías, para que por uno o dos de sus integrantes ya se justifique la aparición del libro.
"Historias de amor, salsa y dolor" quiere ser una antología de los escritores colombianos que, a nivel literario, tienen alguna relación con la salsa, con sus cantantes y compositores, con ese mundo lleno de sudor, sexo y ansiedades que se respira a todo lo largo y todo lo ancho de ese territorio imaginario que está poblado de los personajes creados por estos escritores. Quiere ser pero no lo consigue. Con una edición descuidada, llena de errores de imprenta y una selección arbitraria (comenzando por el mismo creador del libro, Germán Cuervo quien deja la impresión de haberse inventado la antología como simple pretexto para publicar un cuento pésimamente escrito en un arranque de soberbia que hunde el libro), han sido escogidas narraciones que presuntamente reflejan esa relación música escritor y al final el lector se pregunta si se justificaba tanto esfuerzo editorial y económico y el lector piensa que si, que al final le quedan de los 10 relatos solo tres, dignos de ser recordados: "Historias de cantantes" de Roberto Burgos Cantor (tomado no del libro "De gozos y desvelos", como dice la presentación sino, de otro volumen,"Lo Amador", más juvenil y más fresco),"Lady Day: introducción al paisaje" de Julio Olaciregui y "Son de máquina" de Oscar Collazos. El resto está armado a la carrera sin criterio alguno y en cierta forma, atentando contra los mismos escritores.
Si uno piensa en todo lo que la salsa como expresión social, política, cultural y hasta económica significa para millones de colombianos, para algunos de sus escritores entonces la antología es un reflejo mezquino de esa situación. De todos modos queda el personaje de la muchacha confundida y cansada que vende numeritos de una rifa en uno de los barrios de Cartagena, mientras sueña con ese padre que conoce mal, y esa gloria que le está siendo escamoteada por una realidad amarga y salitrosa, más allá de la belleza que se desarticula mientras baila en la noche.