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SOUVENIR POLITICO

Una edición de 10 textos de la pintora Clemencia Lucena que resulta desfavorable para la memoria de su obra plástica

5 de marzo de 1984

"La revolución, el arte, la mujer" Clemencia Lucena. Editorial Bandera Roja, 1984. Bogotá. 125 páginas.
De las cosas del mundo -dice Voltaire- "la más larga y la más corta, la más rápida y la más lenta, la más divisible y la más extensa... la que hace olvidar todo lo que es indigno de la posteridad e inmortaliza las grandes cosas", el tiempo, es así el supremo juez.
Una película que vimos apenas siete o diez años atrás hoy ya tiene toda la palpación de lo histórico. Si es una obra de arte esta película como tal perdurará, incluso como documento de la época, pero ya ha dejado de hablar a los componentes del presente. Entre nosotros la total caducidad de ciertos grupos políticos nos pone de frente ante el paso despiadado del tiempo. El lenguaje coyuntural de aquellas prédicas revolucionarios ahora, nos hacen sonreir. Que estos grupos, como el Moir, alienten hoy sus expectativas de poder como lo hacían hace quince o veinte años, no es sólo manifestación de quietud mental sino también confirmación de ciego fanatismo. Aún Mao orienta sus oraciones, todavía la China de la década del sesenta representa el paraíso al que todos debemos aspirar.
De la línea Pekín, de los que sueñan aún con una revolución popular a la manera china -sueñan con sentarse en el buró político- ha emanado la publicación de este librito tardío, devocionario de anacrónicas fidelidades, que se ha titulado "La revolución, el arte, la mujer" y ha recibido la autoría de Clemencia Lucena. Pero en verdad es éste el producto de un editor que oculta su rostro tras la "Bandera Roja" de su empresa, forma democrática y anonima de responder por su trabajo. El editor ha seleccionado cerca de diez textos que la pintora de Manizales escribiera entre 1975 y 1981 y publicara, casi siempre con ánimo polémico, en periódicos y revistas. Algunas pinturas de la artista, y notas escritas con motivo de su temprana desaparición completan el volumen. Este es, de hecho, un libro producido como un souvenir político; un libro inútil; sin ningún interés, ni político,ni histórico, ni práctico, mucho menos literario; en fin, algo casual de lo cual el recuerdo de la autora debe prescindir para que la especificidad de su arte no pierda así esa ingenuidad medrosa de propaganda política que insiste en intensificar una ilusión, pero que al fín y al cabo es el más rudo testimonio de un fracaso político ilustrado con las calidades del arte que se contiene en los límites de la decoración política.
Lo que más asombra en textos como los de Clemencia Lucena es su capacidad para pensar con pensamientos ajenos, capacidad que los intelectuales del Moir parecen poseer como su mejor virtud. En estos textos se repiten las fórmulas verbales, los tristes argumentos, las delirantes pretensiones del arte como compromiso político, la función ideológica del marxismo en la pintura, etc. etc.
Desafortunada y desfavorable resulta la publicación de un folletín así para la memoria de la pintora quien merece ser recordada a través de su pintura -muy discutible por cierto- más que a través de estos textos retóricos, base insuficiente y engañosa para trazar un perfil humano como el que ella merece desapasionadamente. ¿Oportunismo de Bandera Roja Muy probablemente.