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UN ENFANT TERRIBLE

Malcolm Lowry, un hombre preso entre el alcoholismo y las enfermedades venéreas

30 de julio de 1984

Malcolm Lowry, una biografía.
Douglas Day. Fondo de Cultura Económica. México D.F, febrero 1983, 518 págs.
Pocas vidas como la suya. Malcolm Lowry, genio de la literatura, era un ser endemoniado.
Bohemio y enloquecido hizo de su escritura un viaje profundo a su soledad. Para él escritura y enfermedad iban de la mano, pues hizo de ella ocasión para la reflexión y no una mera perturbacion y peligro. Utilizó su propia enfermedad para aumentar la tensión de su espíritu y para poder sacar de ella sentimiento vital, sin por ello dejar de seguir siendo más "señor" de lo que la mayoría de los sanos acostumbran a serlo sobre su salud.
"El deseo de escribir, decía es una enfermedad como cualquier oira. Y lo que uno escribe. Si ha de ser algo bueno, debe estar arraigado en una especie de originalidad. Allí es donde me doy por vencido. Yo, soy tan incapaz de crear como de volar". Este deseo de escribir fue una enfermedad infantil que quiso degustar igual que su abandono. Las obsesiones de su infancia desgraciada en manos de unas nanas sádicas dieron al tono de sus relatos una intensidad dramática inusitada.
Lowry era un enfant terrible: un niño grande cuyos arrebatos infantiles lo acompañaron siempre. "Era como un cachorro. Se sentia muy bien mientras no se lo contradijera.
Era imposible en la vida diaria". Su fijación oral procede de su destete prematuro que lo hizo absorbente como nadie.
Y Lowry tal como Dylan Thomas o Edgar Allan Poe, se sintió devorado por todo lo que no podía devorar.
La escritura de Lowry está presa siempre de sus dos letales enemigos: el alcoholismo y las enfermedades venéreas. El alcoholismo y la sífilis no sólo aparecen para él como ejemplos de la enfermedad del genio sino que siempre las equipara. Su austeridad calvinista nunca pudo aceptar su alcoholismo como una mera flaqueza fuerte sino que constituía para él una abominación moral casi tan detestable como la peor enfermedad venérea.
"Ultramarina" su primera novela, escrita apenas a los 23 años, puso de presente su condición trágica: no sólo la de escritor autobiográfico en su itinerario marino sino en su ansiedad de perderlo todo hasta los originales mismos de sus grandes obras. Tal como su suerte con las mujeres, sus libros quedaban perdidos en cafetines, bares o perecían en tragedias incendiarias. Su infeliz situación matrimonial sale a relucir en sus cuentos como Il Le Havre y Hotel Room in Chartres.
Una y otra vez--en "Bajo el volcán", "Oscuro como la tumba donde yace mi amigo" y finalmente en October Ferry to Gabriola-, volvería sobre la angustiante situación del hombre y la mujer que se aman y que saben que aún el mínimo gesto los volvería a reunir y que, sabiendo esto, a menudo no pueden resolverse a realizar ese mínimo gesto de reconciliación.
Esta biografía de Douglas Day, fascinante como la vida misma del escritor nos trae noticias recogidas "Bajo el volcán", en Cambridge, en el mar multiforme, en mil botellas en París y Nueva York, en el amor, es delirio y el final suicidio.-
-Ciro Roldán Jaramillo -