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EL EVANGELIO SEGUN JUAN PABLO

Montoya barre récords en las pistas. Angel descresta a los argentinos. Son la nueva verdad del <BR>deporte colombiano.

11 de octubre de 1999

El pasado domingo 6 de septiembre, casi a la misma hora y en dos extremos lluviosos del
continente, un par de Juan Pablos, ambos de 23 años, hacían vibrar a Colombia.En Vancouver, Canadá, el
piloto bogotano Juan Pablo Montoya se afianzaba de manera clara en el liderato de la Fórmula Cart luego
de obtener su séptima victoria del año. Mientras tanto, en Buenos Aires, Angel, el Juan Pablo paisa,
marcaba dos goles de antología: un cabezazo al mejor estilo inglés y un taco precioso digno de Diego
Armando Maradona.Los dos confirmaban una vez más su buen momento, que avalan con sonrisas,
abrazos y, más importante aún, con estadísticas contundentes. El piloto no sólo ha pulverizado todos los
récords para un novato en la Cart sino que sus victorias le han permitido liderar varios de los registros de la
temporada, e incluso lo tienen a las puertas de igualar y romper varios de los más añejos de la categoría (ver
recuadro).Pero lo verdaderamente importante es que en la historia de esta categoría ningún corredor había
logrado unas estadísticas tan contundentes en su primer año. Todos aquellos que lideran las grandes marcas
lo consiguieron mínimo después de su segundo año en la categoría, lo que hace aún más meritorios los
logros de Montoya. Pero lo mejor es que, cuando faltan aún tres carreras para finalizar el campeonato, el
bogotano tiene grandes posibilidades de terminar de romper los récords que todavía no están en su
palmarés, como el de mayor número de victorias, de vueltas lideradas y de podios. Como si lo anterior
fuera poco, Montoya ocupa el quinto lugar del ranking mundial de pilotos, superado tan sólo por dos
corredores de Fórmula 1, Mikka Hakkinen y Eddie Irvine, y dos de Nascar, Jeff Gordon y Jarrett Dale.Les
calló la boca a todos Angel pasó del infierno al cielo. En apenas cinco fechas del torneo Apertura de 1999
borró la imagen de fracaso que marcó su primer año en River Plate.No fue fácil. Hasta hace pocos meses
debió bailar con la más fea pues heredó el puesto del chileno Marcelo Salas, quien, además de haber sido
ídolo de los hinchas de River, salió tricampeón del torneo argentino y de la Supercopa. Angel llegó a un
equipo en desbandada y tuvo que compartir el puesto con tres que tampoco convencieron: Juan Antonio
Pizzi, Christian Castillo y Sebastián Rambert. El técnico Ramón Angel Díaz intentó, sin éxito, todas las
combinaciones posibles.De la noche a la mañana River había pasado de escuadra invencible a equipo de
mitad de la tabla para abajo mientras que Boca Juniors, su archirrival histórico, se cubría de gloria.La prensa
argentina se ensañó con el colombiano. Y no era que Angel no la metiera, pues en aquel año marcó 25
goles. Lo que pasa es que los suyos, a diferencia de los de Salas, de poco o nada servían porque no
decidían campeonatos. Eran los goles de la honrilla de partidos que perdía River.Al comenzar 1999 las cosas
mejoraron un poco. El equipo de la banda roja peleó el título hasta las últimas fechas. Pero, como el
campeón volvió a ser Boca Juniors, la sensación de fracaso siguió intacta entre los hinchas.Hoy las cosas
son a otro precio. Y la razón es muy simple. El técnico Ramón Díaz decidió jugársela con los juveniles Pablo
Aimar (19) y Javier Saviola (17), quienes, además de cobrar menos que Pizzi, Castillo y Gallardo (ver
recuadro), se entienden a las mil maravillas con Angel.Los que decían en Argentina que Angel era un capricho
del técnico Díaz, los que decían en Colombia que era un consentido de la 'rosca paisa', han tenido que
tragarse sus palabras. y cambiar sus diatribas por elogios.El diario La Nación, de Buenos Aires, manifestó:
"River mata cuando surge en escena el tridente Aimar-Saviola-Angel. Es un equipo asombroso en terreno
adversario. Aimar arma y conduce. Angel abre espacios, pivotea, baja si es necesario, se entiende bárbaro
con los otros dos. Saviola define, desborda, toca con precisión".Los dos Juan Pablos, sin embargo, todavía
están lejos de la consagración definitiva. Montoya aún debe recorrer muchos kilómetros para convertirse en
el nuevo Ayrton Senna. A Angel le faltan bastantes más goles y títulos para acercarse a los Labruna,
Ferreira y Vernaza, los goleadores históricos de River Plate. Pero ahí van, disfrutando de este cuarto de hora
de gloria que, de paso, les permite consagrarse como los dos últimos grandes héroes deportivos de
Colombia del siglo. nEl River de Angel en cifrasn Angel, en poco más de un año, ha marcado 30 goles, tres
menos que Marcelo Salas en dos y medio.n River ha anotado 16 goles en el Apertura, de los cuales 15 los
marcaron entre Saviola (7), Angel (5) y Aimar (3). El gol restante fue de Astrada.n Saviola y Angel jugaron 19
veces juntos y entre los dos marcaron 21 goles, lo que les da más de un tanto de promedio por partido.
Francescoli y Salas convirtieron 22 veces, pero compartieron la cancha en 23 ocasiones.
Metió cinco goles en cinco fechas.
River paga 1.070.000 dólares de prima por Aimar, Angel y Saviola, contra los 3.300.000 dólares que recibían
Gallardo, Pizzi y Castillo. Angel recibe 520.000 dólares anuales más 7.000 de sueldo.