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El entrenador Oswaldo Guillén pidió disculpas por los elogios a Fidel y argumentó que hubo un problema de interpretación en sus palabras.

POLÉMICA

¿Se puede opinar libremente en Miami?

La sanción al entrenador del equipo de béisbol de los Marlins de Miami, Oswaldo Guillén, por su elogio al líder cubano Fidel Castro ha traído al recuerdo incidentes en los que miembros de la comunidad cubano-estadounidense fueron castigados por sus opiniones políticas.

Alianza BBC
Fernando Peinado, BBC Mundo
10 de abril de 2012

El inusual castigo ha suscitado preguntas sobre si en Miami se puede hablar libremente de política.

Oswaldo Guillén fue suspendido durante cinco partidos por la dirección de su equipo por haber expresado cierta admiración por Castro en una entrevista con la revista Time.

"Amo a Fidel Castro y respeto a Fidel Castro. ¿Sabes por qué? Mucha gente ha tratado de matar a Fidel Castro durante los últimos 60 años, pero ese hijo de... todavía está ahí", dijo Guillén, de origen venezolano.

Ante la prensa, Guillén ha pedido disculpas por sus declaraciones y ha dicho que hubo un problema de interpretación de lo que quiso decir en inglés en su entrevista con Time.

No obstante, a muchos les parece insuficiente el castigo. En Miami se han producido manifestaciones de decenas de personas pidiendo el despido del manejador del equipo de béisbol.

Concierto

En el pasado, otros miembros de la comunidad se han quejado de ser hostigados por sus opiniones favorables al acercamiento con el gobierno o la sociedad cubana. Comerciantes y artistas fueron boicoteados por este motivo.

En agosto del año pasado, grupos de exiliados intentaron que se suspendiera un concierto del cantautor cubano Pablo Milanés, percibido por muchos en Miami como un propagandista de la Revolución Cubana.

Finalmente el concierto en el American Airlines Arena, el estadio de los Miami Heat, se celebró y asistieron miles de personas. En el exterior se manifestaron contra Milanés varias decenas de anticastristas.

El promotor de aquel concierto, Hugo Cancio, le dijo a BBC Mundo que lamentablemente en Miami sigue existiendo beligerancia contra las opiniones contrarias.

"Da vergüenza que no se respeten las opiniones del prójimo. Estemos de acuerdo o no con Ozzie Guillén, es una opinión válida que debe respetarse".

Pero Cancio cree que hace 15 o 20 años la coacción era mayor. En los '90, Cancio asegura que recibió amenazas de muerte por promover conciertos en Florida de músicos cubanos y que incluso los exteriores de una sala de conciertos fue atacada con un cóctel molotov.

"Por fortuna, esos exaltados han perdido fuerza", dice Cancio. "Hoy son grupúsculos insignificantes de voces histéricas que se resisten a la democratización y reconciliación entre los cubanos. Son los últimos mohicanos".

Muchos en Miami creen que ahora es posible leer y escuchar opiniones en los medios a favor del acercamiento con la isla que hace años eran impensables.

Esa relajación se ha traducido en medidas políticas. El presidente Barack Obama ha suavizado el embargo a la isla y ha facilitado los viajes de cubano-estadounidense y el envío de remesas a la isla. Pero, congresistas republicanos intentan restaurar esas restricciones.

Relaciones públicas

La presentadora de la radio local Radio Mambí, Ninoska Pérez, es una de quienes creen que la sanción a Guillén es insuficiente.

Pero la periodista cubana precisa en entrevista con BBC Mundo que en Miami existe libertad para hablar de política.

"La sanción a Ozzie Guillén no tiene nada que ver con la intolerancia. Los Miami Marlins tienen un problema de relaciones públicas. Como negocio dependen de un público que se sintió ofendido por las declaraciones de su técnico y a la larga la popularidad del equipo depende de ese apoyo".

"Las declaraciones de Guillén son lamentables", agrega. "Castro es un dictador, lleva 53 años en el poder y la mayor parte de sus víctimas viven en Miami".

Otros comentaristas de Miami también creen que las declaraciones de Guillén han hecho mucho daño a los Marlins.

La polémica sanción se ha producido en un momento en que los Marlins de Miami acaban de inaugurar un estadio en el corazón de la comunidad cubana de Miami, la Pequeña Habana, con el objetivo de suscitar mayor afición por el equipo local.

Omar López, un portavoz de una de las mayores asociaciones de cubano-estadounidenses, la Fundación Cubano Americana, cree que las declaraciones del técnico de los Marlins son ofensivas pero le parece bien que haya pedido perdón.

"Como ha pasado otras veces, el incidente está siendo utilizado para demonizar a la cultura política de Miami", dice López.

"Pero en Miami existe libertad para expresar opiniones políticas, a diferencia de en La Habana. Antes de la visita del Papa Benedicto XVI a Cuba las autoridades detuvieron a 150 disidentes y durante una misa del Papa en Santiago un hombre fue golpeado por gritar 'Abajo el comunismo'".