Teo Gutiérrez y José Pékerman conquistaron América

Después de varios años de incertidumbres, el 2014 para Teofilo Gutiérrez resultó ser una confirmación. A principio de año, por fin, pudo hacer una pretemporada completa con River Plate –después de una transferencia novelesca- y logró alcanzar la continuidad y equilibrio que tanto le hacía falta.

El resultado no pudo ser mejor. En el primer semestre fue la pieza fundamental para que River ganara el título de la mano de Ramón Díaz como técnico. Hizo 6 goles que fueron fundamentales para que el equipo alcanzara el título 38 de su historia.

Los primeros seis meses del goleador culminaron con la participación en el Mundial donde tuvo un rendimiento aceptable. Marcó un gol, frente a Grecia en el primer partido y fue titular en cuatro partidos.

Pero fue en el segundo semestre donde explotó. Se convirtió en el intérprete principal de la sinfonía que armó el novel técnico Marcelo Gallardo. River Plate, por momentos, deleitó con su fútbol agresivo y Teo era la punta de la flecha con sus goles y apariciones sencillas pero magistrales. Terminó como uno de los goleadores del torneo argentino y salió campeón de la Copa Sudamericana.

Sin duda estos méritos lo llevaron a ser el jugador más votado en la tradicional encuesta del diario El País de Montevideo, dejando en segundo lugar a uno de sus compañeros, el uruguayo Carlos Sánchez. Desde 1.993, ningún jugador colombiano se llevaba esta distinción, el último en lograrlo fue Carlos ‘el Pibe’ Valderrama.

Pékerman el conductor ideal

Lo de José Pékerman ya es una constante. El argentino se llevó por tercer año consecutivo el reconocimiento como mejor director técnico del continente. Su trabajo al frente de la Selección Colombia y los resultados en el Mundial de 2014 fueron suficientes para lograr el primer puesto con 84 votos, dejando en segundo lugar a su compatriota Alejandro Sabella.

La labor del técnico argentino fue justa y acertada. Tomó las decisiones correctas en todo sentido y los resultados con la Selección por ahora son invaluables. Acertó en la conformación del grupo de jugadores, los tiempos y lugares de preparación antes del Mundial y sobre todo logró potenciar la mentalidad de un grupo de jugadores que están a la altura de cualquier rival en el mundo.

Durante el Mundial fue astuto y efectivo. Descifró a sus rivales con propuestas tácticas variables y bien trabajadas. Se adaptó a lo que pedía cada partido y fue llevando a los jugadores a mejorar su rendimiento partido a partido. Al final, logró un histórico quinto lugar y un memorable partido en octavos de final frente a lo que siempre había sido un coco para el combinado colombiano: el temido Uruguay.

Sus características ya son una impronta para todo el país futbolero. Pékerman es un hombre cauto, nunca se le escucha una palabra de más o una arenga disonante. En vez de dividir a la opinión pública, congrega a partir de sus formas más que conocidas y sus decisiones recurrentes y bien fundamentadas, como el conductor ideal que es.