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Sugieren suspender partidos nocturnos los días sábados en el Pascual Guerrero

POLÉMICA

Violencia de hinchas transforma las fiestas deportivas en tragedias

El Alcalde de Cali, Rodrigo Guerrero, propone que se suspendan los partidos de fútbol nocturnos en el Pascual Guerrero, y el concejal de Medellín Bernardo Guerra sugiere que se cierre el Atanasio Girardot hasta nuevo aviso.

15 de marzo de 2012

11 heridos, tres de los cuales tuvieron que ser intervenidos de emergencia, 135 personas aprehendidas y 98 armas blancas decomisadas, fue el saldo que dejó el enfrentamiento entre hinchas este miércoles, después del partido de fútbol por la Copa Postobón entre América y el Deportivo de Cali en el estadio Pascual Guerrero. Ante estos hechos violentos, el Alcalde de Cali, Rodrigo Guerrero, ha propuesto que no se programen partidos los sábados por la noche.

En un consejo comunitario de la Comuna 13 de Cali, el alcalde Guerrero expuso que cada vez que hay partidos en horas de la noche, se hace indispensable disponer de unos mil policías para que presten servicio en el campo y sus alrededores. Entonces, quedan desprotegidas las calles de la ciudad, más en los fines de semana cuando se presenta mayor incidencia criminal.

La secretaria de Deporte y Recreación de Cali, Clara Luz Roldán, explica que "el propósito, además, es que se rescate la asistencia de las familias al estadio los días domingo, como ocurría años atrás".

"La seguridad de la Policía y el compromiso de las barras funcionó excelente. Lo que hay que discutir es el horario de los partidos, pues las cifras de criminalidad aumentan ostensiblemente cuando hay partidos en la noche".

El presidente de la Dimayor, Ramón Jesurum, no ve factible la posibilidad de suspender los partidos los fines de semana, puesto que esa decisión está en manos de las televisoras que han comprado los derechos de transmisión, y no en las autoridades deportivas.

Ante ese argumento, la funcionaria respondió: "Tenemos que recordar que la autoridad del estadio es el Alcalde y él lo está proponiendo. Si los índices de inseguridad siguen subiendo, él debe mirar cómo protege la ciudadanía".

Medellín más radical

Ya la semana pasada, en el clásico entre Nacional y Medellín, el vandalismo que se registró después del partido dejó nueve heridos, 315 detenidos, 450 armas blancas incautadas y un revólver decomisado. El presidente del Consejo de Medellín, Bernardo Guerra, propuso que se cerrara el estadio Atanasio Girardot hasta tanto exista un verdadero compromiso de "no agresión" entre las barras.

En las declaraciones dadas al diario El Colombiano, el concejal dice: "Soy muy drástico en ese sentido y mi propuesta es cerrar el estadio. No prestárselo ni a Nacional ni a Medellín hasta que haya un verdadero compromiso por parte de ellos…Si no hay comportamiento adecuado por parte de los hinchas, entonces se cierra el Estadio por un determinado tiempo. Esto es un problema de ciudad. Los problemas hay que cortarlos de raíz y si no hay compromiso, no hay estadio".
 
Guerra Hoyos también apunta que una posible solución sería que los clubes profesionales contraten seguridad privada, de tal manera que las calles de las ciudades no queden desprotegidas cuando se realizan los encuentros deportivos.

En octubre de 2010, tras los hechos vandálicos registrados en un partido entre Nacional y Millonarios, en el estadio Atanasio Girardot, el concejal de Medellín había propuesto que “no se le prestara el estadio al equipo Nacional”, hasta que pudiera garantizarse la seguridad de los asistentes a los eventos.

Un día después, el alcalde de entonces, Alonso Salazar, anunció que se aplicarían drásticas medidas contra los hinchas violentos, pero que "por el momento no se contempla(ba) cerrar el estadio Atanasio Girardot para los encuentros en condición de local que juega Nacional".
 
Lo que es para muchos un momento de encuentro sano y de celebración, llega a ser para otros el escenario del enfrentamiento, la violencia y la tragedia. Los pactos de no agresión entre barras no han podido frenar los saldos negativos después de algunos partidos. Y esa falta de cultura ciudadana empaña el cristal nítido del deporte con mayores aficionados en Colombia.