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El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, dice que la economía tiene cómo ajustarse, sin traumatismos, a un escenario de menores precios del petróleo. | Foto: Guillermo Torres

MEDIDAS

El antídoto del gobierno para la caída del petróleo

El gobierno podría acudir a más deuda para hacerle frente a la caída del precio del petróleo y la menor producción de crudo.

3 de enero de 2015

Las implicaciones fiscales del descenso de los precios del petróleo y la menor producción de crudo no dejan de preocupar a los analistas. Salvo la menor inflación en los costos energéticos, la caída en la renta petrolera tendrá efectos negativos en casi todos los frentes de la economía. Se estima que por el desplome del precio del crudo, el país dejará de recibir este año 9 billones de pesos.

El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, reconoce que la situación fiscal de 2015 tiene un elemento de complejidad asociado a las menores utilidades de Ecopetrol en 2014 y a la caída en el precio del crudo que afectará los pagos por anticipos y retenciones del sector petrolero a lo largo del presente año.

Una de las principales preocupaciones de los economistas es que, ante los menores recursos públicos y las necesidades del gasto, se desborde el déficit fiscal del gobierno más allá de lo que manda la regla fiscal o que, peor aún, por aplicarla a rajatabla se ahogue la inversión.

El gobierno, sin embargo, asegura que tiene margen de maniobra. Según el ministro Cárdenas, la regla fiscal permite acomodar una parte de estos menores ingresos con algo más de deuda. Es decir, afirma, que dicha regla tolera un mayor déficit cuando los precios del petróleo están por debajo de su nivel de largo plazo. “Esto significa que aunque se cumpla la meta en materia de déficit estructural (inferior a 2,3 por ciento del PIB) es posible que el déficit observado esté algunas décimas por encima”, dice.

El cálculo es que de los 9 billones de pesos que dejaría de recibir el país en 2015 por efecto del mercado petrolero mundial, la mitad se cubriría con deuda y la otra con los recaudos esperados con la reforma tributaria.

En los últimos días mucho se ha hablado de la devaluación del peso, como el mejor antídoto para minimizar los efectos de la caída del petróleo. La mayor tasa de cambio aumenta los ingresos fiscales –medidos en pesos– provenientes del sector minero energético y del pago de impuestos por importaciones.

Precisamente, con respecto al dólar, el gobierno cree que una tasa más alta –como la actual– favorece las finanzas públicas, aunque reconoce que se encarecerá el servicio de la deuda externa.

Sumando y restando, el ministro de Hacienda sostiene que el efecto fiscal de la coyuntura petrolera será menos favorable en 2015, en comparación con las proyecciones fiscales de mediados de 2014.

Por ello, recordó que el gobierno recortó 6 billones de pesos en gastos a comienzos de diciembre con el fin de reducir la presión de recursos que se comprometen al final del año pero que se ejecutan y pagan en el siguiente. “Naturalmente, si las circunstancias lo exigen aplicaremos a lo largo de 2015 más medidas del mismo tipo con el fin de cumplir cabalmente con los postulados de la regla fiscal”.

El antídoto se complementará con una dosis de lucha contra la evasión. Cárdenas afirma que la Dian se ha comprometido con un recaudo adicional por 5 billones de pesos, proveniente de la lucha contra la evasión y el contrabando. “Es un esfuerzo monumental que ayudará a mejorar las condiciones fiscales en 2015”, dijo a esta revista.

El ministro asegura que el país y los inversionistas pueden estar tranquilos. No obstante, no todos tienen tanta confianza. El presidente de Anif, Sergio Clavijo, dice que si bien en lo coyuntural, los componentes contracíclicos de la regla fiscal permiten un poco más de endeudamiento, en lo estructural la situación es diferente. El país tiene menores ingresos y mayores gastos en salud, pensiones e infraestructura, algo que amenaza con incumplimientos fiscales para 2016-2017.

Cárdenas insiste en que el país tiene la capacidad y las herramientas para manejar la coyuntura actual sin sobresaltos.

Agrega que no se trata de simple optimismo, sino realismo. El ministro de Hacienda dice que el país se preparó para administrar incluso los peores escenarios en materia de precios de petróleo y otras variables externas relevantes para la economía nacional. Habrá que ver que nos depara el 2015 para saber qué tan preparado estaba el país.