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Mauricio Cárdenas y Cecilia Álvarez-Correa. | Foto: Juan Carlos Sierra

MERCADOS

Buenos vientos para la economía

Las acciones están al alza, el dólar comenzó a descender, se frenó la caída del petróleo y la confianza de los empresarios aumentó. ¿Cambió la tendencia?

23 de abril de 2016

Acomienzos de año solo se veían nubarrones en el horizonte económico. Las acciones andaban por el suelo, el dólar por las nubes, el petróleo en picada, y la confianza de los empresarios y consumidores brillaba por su ausencia. En general, 2016 arrancó con bastante desánimo, lo que se veía en los principales indicadores del mercado.

Pero, como suele suceder en la economía, las cosas pueden dar la vuelta y cambiar el panorama de un momento a otro. Esto es, precisamente, lo que se está viendo por estos días, cuando el péndulo comenzó a moverse en una dirección más positiva.

Los mercados están reflejando ese nuevo ambiente. En lo que va corrido del año, el índice Colcap (que muestra las variaciones en los precios de las 20 acciones más transadas) ha subido 25 por ciento, y ha recuperado lo que perdió el año pasado. Las acciones que, cuando arrancó 2016, estaban a precios de ganga, hoy se cotizan a mejor valor. El título de Ecopetrol, por ejemplo, que a mediados de enero estaba a menos de 900 pesos, ha subido desde entonces 60 por ciento, pues llegó la semana pasada a 1.425 pesos, el mismo nivel que cuando salió por primera vez al mercado de valores. La acción de Bancolombia, que a comienzos del año estaba por debajo de 20.000 pesos, hoy está en por encima de los 26.600 pesos. Es decir, ha subido 33 por ciento. La acción del Éxito se ha valorizado 25 por ciento y la del Grupo Argos 29 por ciento, entre otras.

El petróleo también ha dado un cauto respiro en materia económica. El barril Brent (referencia para Colombia) ha subido 58 por ciento desde que tocó el mínimo de los últimos años -alrededor de 27 dólares- a finales de enero. El crudo cambió su tendencia de caída y se ha sostenido por encima de 40 dólares, a pesar del último fracaso de la reunión de productores en Doha.

Un dato también favorable, con un impacto importante en toda la economía, en especial sobre la inflación, es la caída del precio del dólar. La devaluación del peso colombiano ha cedido en las últimas semanas. Desde el máximo precio de 3.434 pesos, alcanzado el 12 de febrero, la divisa estadounidense ha perdido alrededor de 500 pesos. “Con un dólar a 2.900 pesos, que es lo que estamos viendo, la economía colombiana encontró una cierta estabilidad…Esta es la mejor noticia para todas las familias porque nuestra obsesión es proteger el ingreso de los hogares y su capacidad adquisitiva y eso se logra al bajar la inflación”, dijo el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas.

Los mejores vientos también se sienten por el lado de la producción industrial, que aumentó 7,9 por ciento en los dos primeros meses del año. En febrero se completaron nueve meses consecutivos de cifras positivas en este campo. Según la ministra de Industria y Comercio, Cecilia Álvarez-Correa, la entrada a operar de la Refinería de Cartagena explica en buena medida esta cifra (el sector de refinación contribuyó con 3,5 puntos al crecimiento general del sector), pero el resto de la industria creció 5,7 por ciento. “Por estas razones reiteramos a todo el sector empresarial que debemos ver con optimismo el futuro económico del país”, dijo la funcionaria.

Un buen termómetro para conocer el ánimo del país es la encuesta que realiza Fedesarrollo, cada mes, entre empresarios y consumidores. Según la medición de febrero, el índice de confianza industrial llegó al nivel más alto para dicho mes desde 2012, mientras el de los comerciantes es el más elevado de los últimos dos años.

Según la división de investigaciones económicas de Bancolombia, estos datos sobre confianza industrial sugieren que el ritmo de desaceleración de la economía podría haberse estabilizado en febrero. No obstante, la entidad mantiene su expectativa de crecimiento para 2016, en 2,6 por ciento, inferior al 3,1 por ciento observado en 2015.

Cuestión de expectativas

Varias razones explican este cambio de tendencia. En el caso de las acciones, el presidente de Asobolsa, Jaime Humberto López, afirma que después de una caída tan profunda de los precios, era de esperarse un repunte. “Ya empezamos a ver el ascenso en la mayoría de las acciones, lo que nos induce a pensar que habrá más compradores y vendedores hacia adelante”, dice.

Para muchos analistas del mercado bursátil, los precios de las acciones en Colombia siguen muy bajos y hay espacio para nuevas alzas, que algunos estiman podrían estar entre un 10 y 15 por ciento este año.

En cuanto a la reacción del precio del petróleo, los expertos afirman que tendría que ver con el volumen de inventarios acumulado en el mundo, lo que mantendría la cotización del crudo por encima de los 40 dólares. Algunos creen que el petróleo habría tocado fondo, aunque no se espera que supere los 50 dólares, por lo menos este año. Las recientes subidas del crudo también tendrían que ver con la depreciación que ha sufrido el dólar frente a otras divisas, pues la correlación entre estos dos precios es muy estrecha. En todo caso, que el petróleo supere los 40 dólares ya es una buena noticia, por lo menos frente a los pronósticos que hablaban de crudo a 20 dólares el barril o incluso menos.

En Colombia, la caída del dólar ha sido sorpresiva. El peso se ha revaluado 14,8 por ciento desde que la tasa de cambio llegó a 3.440 pesos por dólar. Según un análisis de la firma bursátil Credicorp Capital la velocidad del fenómeno ha sido superior a la esperada y las principales razones tendrían que ver con la recuperación parcial de los precios del petróleo; la mejora gradual en el déficit en cuenta corriente; los flujos crecientes dirigidos al programa 4G y el dinero que entró por la venta de Isagén. Diversos analistas afirman que en esta baja de la tasa de cambio han jugado un papel importante las monetizaciones que ha hecho el gobierno este año, estimadas en cerca de 3.000 millones de dólares.

Ahora bien, los buenos vientos locales también tienen relación con factores externos. Concretamente con las mejores expectativas que están viendo los inversionistas en la región. Las tasas de interés en la mayoríade países de América Latina, entre ellos Colombia, están altas, a diferencia de lo que está pasando en el mundo donde los bancos centrales están inyectando liquidez. La Reserva Federal (FED), por su parte, ha dado señales de que será mucho más cauta y gradual en aumentar las tasas. Como se sabe, los inversionistas siempre buscan mayores rendimientos, y parecen estar en varios países de América Latina. Como Argentina, por ejemplo, que volvió con fuerza al radar de los inversionistas internacionales. O como Perú, donde los dos finalistas a la presidencia son pro mercado, lo que mantiene el interés de los inversionistas.

Sin embargo, suena paradójico, frente a esta interpretación alentadora sobre la región, que el FMI acabe de bajar sus previsiones de crecimiento para América Latina. ¿Cómo se explica esta aparente contradicción? Julián Cárdenas, analista económico de Protección, afirma que “malas cifras macroeconómicas este año no significan malos datos para el mercado”. Considera que cuando el FMI baja sus estimaciones, los mercados leen que probablemente vendrán mayores estímulos y esto generará mayor apetito por activos de riesgo como acciones y materias primas. Esto indica que el mercado está siempre pensando más allá de la coyuntura, y que va a otro ritmo.

Lo cierto es que, si bien estos indicadores económicos favorables son importantes, no son suficientes para despejar las preocupaciones que existen en materia fiscal, en donde según los analistas todavía la perspectiva no ha presentado cambios significativos. La aprobación de una reforma tributaria estructural que permita mantener la confianza de los inversionistas será determinante para que estos buenos vientos se mantengan.