IPC
Inflación, dura de ceder. Este año terminará por encima de 5% y hay preocupación por el impacto del aumento en el salario mínimo
Después de cuatro meses al alza, se estima que en noviembre la inflación vuelva a caer, pero levemente. Sin embargo, solo hasta 2027 volvería al rango meta del Emisor. Crecen las expectativas ante la posibilidad de que el Banco de la República aumente las tasas de interés, incluso en diciembre de este año.
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La economía colombiana ha dado buenos resultados en el corto plazo: en el tercer trimestre de este año creció 3,6 % y este registro anual resultó ser el más alto desde el tercer trimestre de 2022, mientras el desempleo se ubica en niveles históricos del 8,2 % y, según el Dane, es la tasa de desocupación más baja de toda la serie.
Sin embargo, hay un dato que preocupa: la inflación, que en los últimos meses ha venido en aumento y no da señales claras de una reducción que la lleve, en el corto plazo, a los niveles del rango meta del Banco de la República de entre 2 % y 4 %.

El dato más reciente de octubre mostró que la inflación anual se aceleró de 5,18 % a 5,51 %, acumulando cuatro meses al alza y ubicándose en su nivel más alto desde septiembre de 2024.
El aumento estuvo liderado por los regulados y, en menor medida, por alimentos, bienes y servicios. “Este incremento en todos los componentes no ocurría desde octubre de 2022. No obstante, el alza en la inflación anual también se explicó principalmente por un efecto base muy bajo, pues en octubre de 2024 alimentos, regulados y bienes habían registrado variaciones mensuales negativas”, explicó Corficolombiana en un análisis.
En dicho análisis, agrega que el 69 % de los rubros del Índice de precios al Consumidor (IPC) presentaron variaciones positivas, por debajo del promedio 2010-2021 (58%). La división de alojamiento y servicios públicos explicó el 72 % del incremento mensual con una contribución de 0,12 puntos porcentuales.

Así, la inflación acumulada en lo corrido del año se ubicó en 4,75%, por encima del 4,44% registrado en el mismo periodo de 2024.
¿Qué viene? Aunque se estima que la inflación de octubre pudo ser el techo más reciente del indicador y que en lo que resta del año el IPC pueda ceder, no llevará la cifra por debajo del 5% y, por el contrario, se mantendrá un poco por encima de esos niveles.
El pronóstico para noviembre de este año, según Corficolombiana, es una variación mensual del IPC de 0,16%. “Esperamos que los principales aportes provengan de servicios, bienes y regulados, en ese orden, parcialmente compensados por la caída de alimentos. Con ello, la inflación anual descendería a 5,4% tras cuatro meses al alza, con servicios y alimentos contribuyendo a la reducción anual, mientras que bienes y regulados tendrían un efecto neutro”, afirma en su informe.
En ese contexto, y al dividir factores que suman a este indicador, la entidad considera que la inflación anual de los regulados se ubicaría en 6,16%, con un aumento de 6 puntos básicos, impulsado principalmente por el aumento en los precios de los combustibles y en las tarifas de acueducto y alcantarillado, “parcialmente mitigado por las caídas en las tarifas de electricidad y gas”.
En cuanto a servicios, la estimación de Corficolombiana es que la inflación anual disminuiría a 5,80%, desde 5,91% en octubre, por los ajustes en arriendos, sumado a la dinámica de comidas fuera del hogar.
Frente al IPC de alimentos, la inflación anual disminuiría a 6,27%, desde el 6,64% observado en octubre, luego de 4 meses al alza. El grupo de perecederos sería el principal factor detrás de la reducción en los precios, favorecido por un crecimiento de la oferta agrícola y por la caída intermensual en los costos de producción. Por su parte, el IPC de alimentos procesados registraría un leve aumento.

En el caso de la inflación de bienes, la inflación anual se desaceleraría a 2,57% tras nueve meses de aumentos, impulsada todavía por el alza en los precios de productos farmacéuticos y cerveza. La reciente apreciación del peso colombiano comenzaría a trasladarse a los precios de los bienes transables, como los vehículos, aunque la fortaleza de la demanda interna atenuaría parcialmente este efecto desinflacionario.
“La inflación anual sin alimentos se ubicaría en 5,20%, frente al 5,25% registrado en octubre. En tanto, la inflación sin alimentos ni regulados disminuiría 7 puntos básicos, alcanzando 4,92% desde 4,99% en el mes anterior”, añade el análisis de Corficolombiana.
Con este panorama, la entidad mantiene la expectativa de que la inflación probablemente cierre 2025 en torno al 5,4%, “lo que no solo confirma la pausa del proceso desinflacionario, sino también un cambio de tendencia”. Advierte que las presiones al alza durante el resto del año provendrán principalmente de los precios de los bienes, mientras que servicios y alimentos aportarían a la moderación.

Por su parte, Anif señala que el repunte sostenido de la inflación y la dinámica de presiones inflacionarias en el último año han aumentado las expectativas sobre la inflación de cierre para 2025, ubicándose por encima de las previamente anticipadas.
“Prevemos que la inflación en 2025 cierre en 5,34%, superior al 5,2% registrado en 2024, considerando que las presiones inflacionarias se mantendrán durante los próximos meses, al igual que las expectativas de un aumento elevado en el salario mínimo, que pueden inducir incrementos de precios al finalizar el año”, señala en un estudio este centro de pensamiento.
Por su parte, un informe del Banco Popular advierte que el desanclaje de las expectativas de inflación entre analistas y el mercado de deuda pública cobra mayor fuerza tras los resultados de octubre. Y agrega que, aunque se espera que este dato marque el punto más alto de inflación en 2025, el cierre del año probablemente se ubicará por encima del nivel registrado en 2024.

Y anticipa una de las mayores preocupaciones en las presiones que tendrá la inflación: “Si bien aún no se ha definido el incremento del salario mínimo para 2026, las señales emitidas por el Gobierno reducen el margen para el optimismo. Un aumento real superior al 5%, como ha insinuado el ministro del Interior, haría inviable la convergencia de la inflación al rango meta de 2%-4% en 2026. De hecho, este ajuste incrementa la probabilidad de que la inflación permanezca cercana al 5% durante todo el próximo año”, dice el Banco Popular.
Por su parte, Anif señala: “Aunque se espera una normalización gradual de la inflación durante el próximo año, esta se mantendría por encima del límite superior del rango meta (4%), proyectándose en torno al 4,1% al cierre de 2026. Esto implica que la convergencia completa al rango meta se postergaría hasta 2027, representando un desafío adicional para la estabilidad macroeconómica del país”.

Además, el Banco Popular advierte que, si bien, la revaluación del peso en los últimos meses ha mitigado un deterioro mayor en la inflación, “es poco probable que la tasa de cambio continúe aportando en los próximos meses, especialmente considerando la incertidumbre electoral que históricamente ha generado presiones devaluatorias sobre el peso colombiano”.
Este escenario tiene implicaciones directas sobre la política monetaria del país y las decisiones de la Junta Directiva del Banco de la República en materia de tasas de interés. A juicio de Anif, reduce significativamente las probabilidades de recorte de la tasa en la decisión de diciembre, e incluso podría llevar a que el banco central mantenga su postura restrictiva durante un periodo más prolongado con el objetivo de controlar las presiones inflacionarias.
Para el Banco Popular, la postura cautelosa de la Junta del Banco de la República se percibe cada vez más acertada. “Ante las múltiples presiones inflacionarias, no se espera que el Banco de la República cuente con espacio para reducir nuevamente su tasa de intervención, al menos hasta el cierre del segundo trimestre de 2026. Esto implica que la tasa de política se mantendría en 9,25% al cierre de 2025, con un margen de maniobra limitado para 2026”.

Sin embargo, en materia de tasas no todo está dicho. Tanto en las más recientes minutas de la Junta Directiva del Banco de la República, como en una reciente presentación del gerente del Emisor, Leonardo Villar, la puerta está abierta para incrementos en la tasa, que ha permanecido inmóvil en los últimos seis meses.
“Incluso, varios miembros (del grupo mayoritario que votó por dejar las tasas estableces) señalaron que se podrían considerar aumentos futuros de la tasa de interés si se materializan algunos riesgos inflacionarios que, aunque no hacen parte del escenario central, tampoco deben subestimarse”, dicen las minutas.
De hecho, ya desde el área de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá se anticipa que se “disparan” las expectativas de inflación en Colombia “y el escenario de aumentos en tasa del Banco de la República empieza a consolidarse. Por ahora, los operadores de mercado (swap IBR) prevén con una probabilidad del 50% que el Banco Central aumentaría su tasa en diciembre”.
Para 2026, Corficolombiana prevé una reanudación gradual del proceso desinflacionario, con riesgos al alza asociados con un incremento del salario mínimo del 11%, según los anuncios del Gobierno, una demanda interna aún sólida, impulsada por el estímulo fiscal, la indexación de cerca del 45% de la canasta del IPC a la inflación de cierre de 2025 y los ajustes en las tarifas de energía y gas. “No obstante, la reciente apreciación del peso colombiano contribuiría a moderar las presiones de precios, especialmente en bienes y alimentos procesados. En conjunto, proyectamos que la inflación cierre 2026 en 4,9%, completando seis años consecutivos por encima del rango meta”, concluye la firma.



