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El exministro José Antonio Ocampo es el coordinador de la Misión Rural.

AGRO

La misión Rural y la misión Cafetera

Las dos misiones plantean cambios sustanciales pero van en contravía.

25 de octubre de 2014

Saldar la deuda con el campo

La misión rural propone una serie de políticas para saldar la deuda histórica con el campo.

La misión rural que coordina el exministro José Antonio Ocampo recomienda superar la visión asistencialista, darle prioridad a la provisión de bienes públicos y desmontar la política de subsidios directos, incluido el PIC que se diseñó para los cafeteros, hace dos años cuando realizaron un paro.
Para tener recursos suficiente para cerrar la brecha entre el campo y la ciudad, propone mantener el 4 por mil y buscar nuevas fuentes de financiamiento (impuesto de patrimonio, mayor asignación de regalías y dividendo de paz).

También plantea la creación de un gran Fondo de Desarrollo Rural (está incluido en el proyecto de ley que cursa en el Congreso) para financiar programas integrales de desarrollo productivo.
Los expertos convocados por la misión rural consideran que la asociatividad para la producción, comercialización, procesamiento y adquisición de insumos y maquinaria es clave para lograr la inclusión en el campo. En este punto hacen énfasis en el acceso a los servicios financieros. Proponen que el Banco Agrario sea más activo y tenga mucha más presencia en todo el territorio. Sugiere los subsidios temporales para promover el acceso al crédito.

Según el informe preliminar de la misión, habrá que darle un giro a los mecanismos de compras oficiales para productos de la agricultura familiar. Esto supone una reforma a la Ley 80 de 1993 de contratación pública.

Las propuestas también pasan por una revisión a toda la institucionalidad del sector agropecuario. La primera sugerencia es acabar con el Inconder, bajo el actual modelo. La misión señala que este instituto se podría dividir en dos.

Otro modelo cafetero

Comisión propone revolcón a la institucionalidad y una caficultura sostenible.

    El grupo de expertos que estudió la competitividad del café concluyó de manera contundente que este cultivo es una opción de vida importante para el país. Se trata del producto en el que residen ventajas comparativas por excelencia y que impulsó el desarrollo del país durante buena parte del siglo XX.

    Pero la misión advierte que es urgente abordar el tema de la caficultura rentable para poder erradicar la pobreza en las zonas cafeteras y para ello es crucial fortalecer los Comités Departamentales y Municipales.

    Si bien en el pasado, los cafeteros se ocuparon de la provisión de muchos de los bienes públicos de la región, la comisión subraya que ahora es el Estado el responsable de producir las carreteras, los servicios de riego y los demás bienes públicos que requieren las zonas cafeteras. El Estado debe continuar la tarea de erradicación de pobreza que ha afrontado con relativo éxito durante la última década. Y es el responsable del diseño de la política cafetera, señala.

    Uno de los puntos de más fondo y al mismo tiempo mayor debate, tiene que ver con la regulación en el café. Consideran los académicos que esta debe flexibilizarse. Hoy la Federación de Cafeteros tiene que aprobar cualquier exportación y esto genera un enorme conflicto de interés, pues esta organización regula y exporta grano al mismo tiempo.

Una buena regulación –anota el documento- debe facilitar la competencia y no intervenir los mercados con el ánimo de limitarlo y nunca debe otorgar tratamientos especiales a algunos de los competidores. Además señala que las regulaciones de calidad operan como una barrera para exportar las variedades de café que no cumplan con ciertas especificaciones.

    Los expertos se ocuparon de responder temas de gran calado ¿Debe la Federación de Cafeteros promover el modelo actual en favor del pequeño caficultor, combatir la pobreza en Colombia y remplazar al Estado en la prestación de bienes y servicios en las regiones cafeteras?

 ¿Debe la Federación exportar café y/o regular y controlar su calidad? ¿Debe esa entidad promover la producción de otros tipos de café en regiones diferentes a la zona andina? ¿Debe el Gobierno Nacional ser parte de la dirección del gremio cafetero? ¿Debe el servicio de extensión proveer solo asistencia técnica?
Las conclusiones de la misión cafetera son a título de recomendación y el gobierno decidirá si las toma o las deja. Aunque el debate es bienvenido, la verdad es que los temas que plantea pisan callos tan fuertes que su implementación no será fácil.