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LA PETRO-GUERRILLA

La tregua entre el ELN y las compañías petroleras del Arauca, motivo de buena prensa de Colombia en EE.UU.

17 de junio de 1985

Debe ser por lo que es tan escasa pero lo cierto es que la buena prensa internacional para Colombia es noticia internamente. La más reciente expresión de apoyo la dio el periódico norteamericano The Wall Street Journal la semana pasada cuando en su edición del lunes 13 de mayo abrió con un informe en primera página respecto a las posibilidades petroleras del país después del hallazgo del yacimiento de Caño Limón en Arauca. Tal como lo indica el título del artículo firmado por Yousse Ibrahim "(El) descubrimiento en Colombia señala un gran cambio en e escenario mundial del petróleo".
Aunque fue pura coincidencia, la publicación de la nota se convirtió en una de las mejores ayudas que hubieran podido recibir los miembros del equipo económico, que la semana pasada estaban en Nueva York definiendo los créditos que los bancos comerciales le van a hacer a Colombia.
Siendo The Wall Street Journal el diario de mayor circulación en los Estados Unidos y una de las lecturas obligadas de quienes se mueven en el sector financiero mundial, el artículo es una especie de examen objetivo sobre el país, por parte de una institución que goza de reconocida seriedad.
Pero más allá de los buenos comentarios que le hubiera podido producir a Colombia, la lectura del informe revela aspectos desconocidos sobre el "tejemaneje" petrolero en el país. En primer lugar, se destaca cómo las perspectivas colombianas en el mercado internacional son muy superiores a lo que se cree localmente. Tal como le asegura al matutino gringo el ahora ministro de Obras y ex director de Ecopetrol, Rodolfo Segovia, la producción de crudo pasará de 175 mil barriles diarios actualmente a 400 mil barriles en 1987, y las exportaciones podrian alcanzar los 170 mil barriles diarios.
Con todo, las metas del representante del gobierno son pesimistas comparadas con las de los miembros de la industria petrolera. Armand Hammer, el octogenario presidente de Occidental, ha dicho repetidas veces que su compañía aspira a exportar entre 200 y 250 mil barriles diarios de crudo desde mediados de 1987, lo cual deberá pagar con creces la inversión de 1.700 millones de dólares (suma aportada. en un 50% por Ecopetrol) hecha en el desarrollo de la zona de Caño Limón y la construcción del oleoducto hasta Coveñas. Una aspiración similar tienen los franceses de Elf-Aquitaine quienes afirman que de construirse el oleoducto Yopal-Barrancabermeja podrían sacar 5 mil barriles diarios, ocho veces la cantidad que extraen ahora.
Y no son sólo esos dos los que desean alcanzar esa cifra. Actualmente se encuentran en Colombia medio centenar de compañías extranjeras explorando activamente y la semana pasada Ecopetrol anunció la entrada de tres empresas más con el mismo propósito. "Estamos viviendo un boom petrolero que puede sobrepasar todos los cálculos", reconoció un miembro de la empresa estatal.
La buena suerte en ese campo contrasta con las malas referencias del país en materia de seguridad Quizás la parte más llamativa del artículo del Wall Street Journal tiene que ver con los arreglos "amistosos" que han tenido que hacer Occidental Petroleum y el Ejército de Liberación Nacional, grupo guerrillero que opera en la zona de Arauca, y que se negó a participar en el plan de paz del gobierno. Tal como lo afirma la nota de Ibrahim, la presencia del Ejército en la zona no ha impedido la intervención de los guerrilleros. A finales de 1984, estos secuestraron a dos ejecutivos de la Mannesman -la firma alemana que construye el oleoducto Caño Limón-Zulia- y en febrero, para probar que hablaban en serio, volaron una de las estaciones de trabajo en el yacimiento.
Lo anterior ha obligado a compromisos de buena voluntad con el ELN. Tales acuerdos, sostiene el artículo "incluyen pagos en dinero, comida, transporte y atención médica para las guerrillas". Semejante forma de capitalismo al servicio de la revolución fue calificada estóicamente por el ministro Segovia: "es un modus vivendi con el ambiente" afirmó al periódico norteamericano.
Más sorprendente aún, es lo que dicen los directivos de las compañías "Le estamos dando empleo a la guerrilla -le dice Hammer al Wall Street Journal-, les damos el trabajo de proveedores y nos encargamos de la población local. Ha funcionado hasta ahora y ellos a cambio nos protegen de otras guerrillas". Yves Philardeau, de Elf-Aquitaine, dice el artículo, "confirma arreglos similares". La tregua entre las multinacionales en Arauca y el ELN se extiende a Mannesman, el contratista que más ha sufrido. Ahora, los ejecutivos de la firma alemana se refieren a la guerrilla con el nombre clave de "El amigo" y los planes de desarrollo social que adelanta la compañía en la zona de trabajo le han valido carteles tan curiosos como aquel que dice que "Mannesman quiere a los niños".
Curiosamente, la corroboración de los vínculos ELN-petroleras no creó mayor malestar en el país la semana anterior. En opinión de varias personas consultadas, todo obedece a un ánimo de "vivir y dejar vivir" por parte de los conglomerados petroleros, así a Colombia el boom del oro negro le deje, aparte de muchas divisas, el curioso honor de tener petroguerrillas.