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Petrobras tiene sus esperanzas en producir crudo en el Presal, en el Atlántico. | Foto: A.F.P.

PETRÓLEO

Los colosos caídos del mundo petrolero

Las cuatro mayores compañías de América Latina atraviesan por su peor momento a raíz de la persistente caída del precio del crudo. ¿Qué les espera a las joyas de la corona de Brasil, México, Venezuela y Colombia?

2 de abril de 2016

Las estrellas petroleras de América Latina –Petrobras (Brasil), Pdvsa (Venezuela), Pemex (México) y Ecopetrol (Colombia)– ya no brillan como antes. Después de décadas de bonanza, el péndulo dio la vuelta y hoy las cuatro gigantes enfrentan una realidad muy complicada que ha puesto, incluso, en serios aprietos a los fiscos que dependen de sus ingresos.

Para estas empresas la situación cambió dramáticamente en los últimos dos años por el derrumbe en los precios del crudo, que descuadró todas sus cuentas. Hoy presentan números en rojo en sus balances, tienen pérdidas históricas y, como si fuera poco, sufren escándalos de corrupción, líos de sobrecostos en proyectos e ineficiencias.

Retomar el camino no será fácil, sobre todo si los precios del petróleo siguen por debajo de los 40 dólares el barril. Las compañías deben enfrentar duros procesos de ajuste para revertir los malos balances y volver a ser competitivas. La calificadora de riesgo Moody’s encendió las alarmas sobre las dificultades de financiación que presentan Petrobras, Pemex y Pdvsa. En este escenario la mejor librada es Ecopetrol, que realizó la semana pasada su asamblea de accionistas en medio de un ambiente muy tenso por las duras medidas de ajuste. Este es el panorama de los colosos caídos en desgracia.

1. Escándalos en Petrobras

En 2015, Petrobras registró pérdidas por 9.580 millones de dólares, las mayores en su historia y las más altas para una empresa de Brasil, privada o pública. La petrolera responsable por gran parte del producto interno bruto (PIB) del país registró, además, una caída del 20 por ciento en sus reservas, mientras que su deuda escaló a 100.000 millones de dólares.

El año pasado, las acciones preferenciales perdieron 33 por ciento de su valor en la Bolsa de São Paulo y las ordinarias cayeron cerca de 11 por ciento. El valor de mercado de Petrobras cayó poco más de 7.000 millones de dólares, hasta 28.000 millones de dólares.

Hasta hace pocos años, el símbolo de la pujanza brasileña llegó a estar entre las cinco firmas más grandes del planeta. Pero hoy el panorama es muy diferente. Petrobras también se convirtió en el centro del mayor escándalo de corrupción del país suramericano, que tiene contra las cuerdas al gobierno de Dilma Rousseff.

Políticos y dueños de las más importantes compañías de ingeniería están encarcelados por el pago de sobornos a la petrolera a cambio de contratos. Este episodio hizo rodar la cabeza de la presidenta de la compañía, Gracia Foster, a quien en 2015 reemplazó el banquero Aldemir Bendine. El escándalo se unió a la caída en los precios del crudo, a la mayor devaluación del real y al descenso en la producción.

Con una coyuntura tan adversa, Petrobras anunció que no pagará dividendos a sus accionistas ni bonos a sus empleados y que seguirá con su plan de desinversiones en activos por 98.400 millones de dólares de ahora a 2019. Con el cambio en la dirección y el plan de ajuste, espera recuperar su buena imagen en los mercados y aumentar la producción con las gigantescas reservas que se encuentran en el Presal, a más de un kilómetro de profundidad del océano Atlántico, que representan el 25 por ciento de la producción total.

2. Insólita crisis en Pdvsa

Una noticia reciente demostró la dimensión de los graves problemas administrativos y económicos de Petróleos de Venezuela (Pdvsa). A pesar de que cuenta con las mayores reservas de crudo del mundo -296.000 millones de barriles-, el país comenzó a importar petróleo. En enero de este año, le compró por primera vez a Estados Unidos 550.000 barriles de crudo liviano para mezclarlo con el crudo extra pesado de la franja del Orinoco. Pdvsa, quien también importa de Rusia, Nigeria y Angola, ha optado por esta alternativa ya que procesar el crudo pesado le sale más costoso.

Aunque no se conocen cifras oficiales sobre los resultados del año pasado, se sabe que la petrolera afronta una de sus mayores crisis. La producción bajó a 2,7 millones de barriles diarios, menos de la mitad de la meta de 6 millones para 2019. A ello se suma el mayor endeudamiento para financiar los programas sociales de la revolución bolivariana. Para ello, recurrió a préstamos por 26.200 millones de dólares con el Banco Central de Venezuela, un hecho inédito en los 100 años de la petrolera.

Desde que el chavismo tomó las riendas de la compañía, se ha quintuplicado el número de trabajadores, que hoy ascienden a 175.000, incluidos contratistas. El presidente Nicolás Maduro la utiliza como su caja menor. El 96 por ciento de los ingresos de este país provienen de la venta del crudo y sigue enviando petróleo a precio de ganga a 16 países de Petrocaribe, a cambio de productos básicos.

De las cuatro grandes del sector, Pdvsa es la que afronta la situación más incierta, porque no hay una decisión clara para volverla más eficiente y rentable. La única medida tomada este año para tratar de darle mayor liquidez fue el aumento del precio de la gasolina, por primera vez en 20 años, a pesar de lo cual sigue siendo la más barata del mundo.

3. Pérdidas históricas en Pemex

Petróleos Mexicanos (Pemex) era hasta hace poco el orgullo de ese país, no solo por ser su empresa más grande sino porque mantenía el monopolio de la producción de crudo, tema bandera de la soberanía azteca. Pero en julio de 2015 el gobierno de Enrique Peña Nieto abrió las puertas a la inversión privada, nacional y extranjera en el sector, y le quitó el monopolio que aprovechó Pemex durante 77 años. Con la mayor competencia y con el derrumbe de los precios salieron a flote las grandes ineficiencias de la petrolera, que se tradujeron en pérdidas históricas que el año pasado ascendieron a 30.000 millones de dólares.

Ante esa debacle, asumió la dirección José Antonio González, quien se estrenó con un recorte de 5.500 millones de dólares en inversiones en exploración y producción y el despido de por lo menos 10.000 trabajadores. Sin embargo, estos anuncios lucen cortos frente a una problemática desbordada. Pemex es considerada una de las petroleras más ineficientes y burocráticas del planeta –su planta de personal llega a 150.000 trabajadores, casi el doble de la de Petrobras–.

A esta estructura laboral insostenible se suman 100.000 pensionados. Esta carga es responsable de que los pasivos de la compañía asciendan a 190.000 millones de dólares. La petrolera presenta problemas de liquidez y ha retrasado pagos a proveedores. El año pasado, por primera vez en la historia, se vio obligada a importar crudo ligero de Estados Unidos para mezclarlo con sus crudos pesados y reducir costos.

4. El apretón de Ecopetrol

El año pasado, Ecopetrol, la empresa más importante de Colombia, reportó pérdidas por 3,9 billones de pesos (alrededor de 1.250 millones de dólares), algo que el país no se imaginaba. Hace tan solo cuatro años, la petrolera registraba ganancias históricas por 15,4 billones de pesos (5.000 millones de dólares). En esos tiempos el precio del petróleo estaba en lo alto y conforme crecía la bonanza, se expandía el Grupo Ecopetrol. Ahora la situación es diferente.

Lo más preocupante es que sus reservas están en declive, pues el año pasado bajaron 11 por ciento a 1.849 millones de barriles. Además, no ha logrado hacer un gran descubrimiento en los últimos años que compense esta caída.

Para salir del atolladero, la compañía puso en marcha un severo plan de ajuste, lo que incluye no pagar dividendos este año: renegociar las relaciones con todos los contratistas, suspender operaciones en los pozos no rentables y recortar costos. El año pasado, la empresa hizo un ajuste en gastos por 2,8 billones de pesos y para el presente el presupuesto de inversión se reducirá en 1,6 billones. Ecopetrol venderá activos como Propilco y las acciones en ISA y EEB, entre otros, por los que espera entre 400 y 900 millones de dólares.

Ecopetrol no se ha escapado de los escándalos. La Refinería de Cartagena –de su propiedad– ha estado envuelta en una gran polémica por los mayores costos en los que se incurrió durante su construcción. Se invirtieron 8.016 millones de dólares, el doble de lo previsto inicialmente.

Qué lejos se ven los días en los que la petrolera colombiana brillaba con luz propia. En 2013, el diario británico Financial Times reveló que la capitalización bursátil de Ecopetrol (valor de mercado) llegó a 129.500 millones de dólares, superior a los 126.800 millones de dólares de Petrobras. El diario calificó este hecho como una de las “más espectaculares jugadas en la industria energética mundial”.

Hoy, aunque la acción se ha recuperado de los mínimos que tocó a comienzos de año, sigue por los 1.300 pesos, un nivel muy bajo frente al máximo que alcanzó: 5.700 pesos.