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¿SE COLGO EL UPAC?

Disminuyen sensiblemente las captaciones del sistema de ahorro y vivienda

24 de septiembre de 1984

Al cumplirse 12 años desde que en septiembre de 1972 se creara el sistema de ahorro y vivienda que, en su época, revolucionara al mercado financiero colombiano, éste -pese a su mayoría de edad- sigue afrontando problemas de vieja data. La escasa liquidez interna que existe en la economía, así como la baja rentabilidad del UPAC en comparación a otras alternativas de inversión, han limitado a las corporaciones en sus niveles de captación, después de que en 1983 se rompieran todos los récords.
La situación se hace especialmente preocupante a la luz de la estrategia de vivienda que constituye piedra angular del plan de desarrollo económico del gobierno. Aunque hasta el primer semestre del año hubo suficiente dinero para financiar a los constructores que adelantan los planes de edificación, las perspectivas para lo que queda del cuatrienio no son muy alentadoras. Una vez más, el UPAC vuelve a ser victima de las circunstancias en que se desenvuelve la economía.
En este caso, el problema nace de las altas tasas de interés que están pagando a los ahorradores los bancos y las corporaciones financieras, las cuales están, fácilmente, 10 puntos más arriba que el tope de rendimiento que pagan -por decreto- las Corporaciones de Ahorro y Vivienda. Como consecuencia, las captaciones de nuevos fondos se han disminuído mucho en los últimos meses. Si bien el gobierno trató de enmendar la situación aumentando la rentabilidad de los depósitos en UPAC, la movida sólo produjo una timida recuperación sin alcanzarse los resultados esperados .
Lo que pasa actualmente es un amplio contraste con lo vivido en un año cuando, gracias a las medidas de estimulo adoptadas a finales de 1982, el UPAC se mantuvo entre las mejores alternativas de inversión. Ante ello las corporaciones recibieron fuertes sumas de dinero que les permitieron aumentar sus captaciones netas en un 25.8% en 1983. Sin embargo, las buenas noticias para la economía se convirtieron en malas nuevas para el sistema de ahorro y vivienda. Debido a la baja en los índices de inflación, la corrección monetaria (que es la base fundamental del sistema) debió pasar de un 23% anual a menos de un 20%, al tiempo que -contra toda expectativa- las tasas de interés de los demás activos financieros aumentaron en vez de disminuir. Según parece, esto obedeció a la relativa escasez de dinero en la economía, así como a la alta tasa de devaluación, lo cual hizo a los bancos competir por los recursos escasos subiendo sus tasas de captación libremente. En respuesta el UPAC, cuyas tasas de captacion y colocacion son fijadas por el gobierno, empezó a perder terreno rápidamente. De tal manera, de un incremento neto en las captaciones absolutas de 25 mil millones de pesos en enero de este año, siguieron cinco meses de captaciones negativas (retiros de depósitos) que se detuvieron en julio cuando hubo la leve recuperación ya comentada. Lo sucedido no alcanza, con todo, a disimular el declive. A 31 de julio de 1983 el sistema UPAC había captado más de $44 mil millones netos con respecto al comienzo del año; a 31 de julio de 1984 ese incremento había sido de sólo $13 mil millones.
Las consecuencias se han venido a sentir en los préstamos que el sistema UPAC otorga para construcción. Después de financiar cerca de 70.000 nuevas viviendas en 1983 -superando con creces los cálculos más optimistas del gobierno- y unas 38.000 en el primer semestre del año, las perspectivas para este semestre son muy malas. "Pese a que hay demanda de vivienda y proyectos en curso -anotó un especialista en el tema-, la verdad es que las Corporaciones de Ahorro y Vivienda sólo tienen plata para financiar menos de la mitad de las actuales solicitudes de construcción".
Semejante diagnóstico es preocupante tanto desde el punto de vista de los constructores, como desde el de la economía en general, pues hay que recordar que en la edificación de vivienda están cifradas las esperanzas de reactivación. Si a lo anterior se agrega que las demás entidades que intervienen en la construccion de vivienda --especialmente el Instituto de Crédito Territorial- están atravesando tiempos peores, queda claro que los próximos dos años van a ser muy difíciles. Si bien la Junta Monetaria ha intentado ultimamente mejorar la competitividad del UPAC, lo que se necesita hacer es de tal magnitud que, a menos que se dé una mejora en las condiciones de la economía, cualquier remedio va a ser inútil para curar los males que aquejan al sistema de valor constante.