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UN SOCIO EN PROBLEMAS

Occidental Petroleum intenta en vano unirse a otra compañía para sanear sus finanzas.

11 de febrero de 1985

Fue, sin lugar a dudas, el hecho más comentado en Wall Street la semana pasada. Después de meses de especulaciones sobre una posible unión entre las compañías Occidental Petroleum y Diamond Shamrock Corporation, directivos de ambas empresas anunciaron el pasado lunes que se había llegado a un acuerdo por una suma cercana a los 3.300 millones de dólares. Sin embargo, el entusiasmo inicial fue reemplazado unas horas más tarde por un comunicado que decía que las negociaciones se habían roto. "El asunto está muerto", expresó lacónicamente Frank Ashley, un vocero de la Occidental, refiriéndose al frustrado matrimonio, que hubiera creado la séptima corporación petrolera en total de activos (casi 17 mil millones de dólares) en los Estados Unidos.
Lo sucedido la semana anterior fue el capítulo más reciente de una serie de esfuerzos hechos por la Occidental Petroleum -actualmente el socio más rentable de Colombia en cuanto a la exploración y futura explotación de crudos- para superar la carga que le ha creado una deuda cercana a los 4 mil millones de dólares que, según los analistas internacionales, sigue creciendo debido a proyectos como los de Caño Limón en la intendencia de Arauca. Al parecer, las dificultades empezaron en 1982 cuando Occidental adquirió a Cities Service Company, lo cual, amén de permitirle entrar a este país, le ocasionó grandes erogaciones financieras. En respuesta, la petrolera tuvo que hacer durante 1984 una emisión de notas y acciones por unos dos mil millones de dólares, para conseguir recursos indispensables.
Pese a los ánimos mostrados por la Occidental en el sentido de mejorar sus finanzas, el año anterior no le fue muy favorable en ese sentido. De un lado, se presentaron problemas en los cuadros directivos de la compañía cuando el genial multimillonario Armand Hammer, creador y presidente de la empresa, resistió intentos para reemplazarlo y siguió imponiendo su estilo, con todo y sus 86 años de edad. Como resultado, hubo sustituciones y retiros de miembros de la junta directiva que se interpusieron en el camino de Hammer, quien acabó colocando a sus favoritos en los puestos de comando.
Adicionalmente, se presentaron escollos en los conglomerados de productos químicos de Occidental -los cuales generan una buena parte de las utilidades-, que apenas empezaron a recuperarse de la recesión que afectó a la economía norteamericana hace un par de años. Si bien se anticipa que esas dificultades ya se superaron, en su momento le ocasionaron a Occidental cargas adicionales.
Hechas las anteriores consideraciones, desde mayo anterior los corredores de bolsa de Wall Street empezaron a hablar del interés de Occidental en Diamond Shamrock. Con ventas superiores a los 4 mil millones de dólares, la empresa basada en Dallas tenía negocios en las mismas áreas de Occidental y, pese a estar también altamente endeudada, le podía genar buenos recursos a esta última a través de la venta de una serie de activos.
Según el principio de acuerdo que sólo sobrevivió unas pocas horas, la idea era la de que los accionistas de ambas compañías cambiaran sus acciones por las de un nuevo conglomerado que conservaría el nombre de Occidental Petroleum. A cambio habría una unión de los cuadros directivos que seguirían comandados por Hammer, de la misma manera que lo ha hecho durante los pasados 30 años. Para los accionistas de Diamond Shamrock, la operación les habría significado una ganancia sustancial, pues iban a recibir un precio sustancialmente más alto al observado en el mercado.
Aparentémente, fue la rigidez de Hammer en el manejo de su personal, lo que ocasionó el rompimiento de las negociaciones. En una entrevista con el Wall Street Journal, William Bricker presidente de Diamond Shamrock, criticó duramente a los ejecutivos de Occidental y exigió cambios sustanciales. "Por lo que he visto de su administración, no estoy impresionado. Occidental tiene una cuadrilla de oficinistas en posiciones que requieren profesionales", dijo Bricker al periódico neoyorquino.
El acabar siendo absorbidos por Occidental pareció ocasionar la negativa de Diamond Shamrock. "La junta directiva acordó que el trato no parecía ser particularmente para Diamond", citó el Dallas Times Herald del martes pasado.
Aparte de lo anterior, hubo gente en Occidental y analistas independientes que insistieron que la unión no habría dado resultado. Sin embargo, Hammer apoyaba la idea y pareció sorprenderse cuando la compañía de Dallas rompió las conversaciones. El respaldo de la iniciativa no impidio que cuando rumores sobre un segundo arreglo se extendieron, Hammer, a través de un portavoz, expresara que "no estamos considerando el asunto, ni lo volveremos a hacer".
El frustrado arreglo puede, en opinión de los analistas, crearle más problemas a Occidental que a Diamond Shamrock. Aunque Occidental es todavía un conglomerado muy sólido, informaciones de Nueva York afirmaron que la compañía se puede ver obligada a un régimen de austeridad, que incluiría un menor ritmo de exploración de pozos petroleros en Colombia. Como buena noticia, la prensa internacional registró el reinicio de la construcción del oleoducto Caño Limón-Zulia que ha sido saboteada por el ELN, con un atraso superior a los dos meses. Dadas las actuales circunstancias el petróleo colombiano sería la salvación de Occidental, que, a través de Hammer, ha dicho que espera extraer 250.000 barriles diarios del crudo de Arauca para junio de 1986.