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Volando alto

Bavaria está disparada. El cañonazo del Perú la sube a las grandes ligas en América Latina. Estas son las cifras.

22 de julio de 2002

A la empresa Bavaria no se le ha pasado la sed. Después de recuperar el monopolio de la cerveza en Colombia la compañía estrella del Grupo Santo Domingo ha empezado a pisar fuerte en otras latitudes. La movida más reciente tuvo lugar el lunes de la semana pasada cuando se concretó la compra del 24,5 por ciento de las acciones de Backus & Johnston, la cervecería más grande del Perú y la sexta de América Latina.

La entrada a Backus le abre un nuevo escenario. Por un lado, le da la posibilidad de formar parte de la única firma que opera en el Perú, un mercado de 26 millones de habitantes con un consumo per cápita de 22 litros anuales de la bebida. Con ventas en 2001 por 507 millones de dólares, Backus & Johnston produce anualmente 5,1 millones de hectolitros de cerveza, tiene un portafolio con más de 10 marcas, entre las que figuran Cerveza Cristal (la número uno local), Pilsen Callao, Pilsen Trujillo, Cusqueña y Cerveza Real. Además la compañía peruana tiene la franquicia de Pepsi en Bolivia y en el sur del Perú y también produce y vende agua mineral y gaseosas, incluyendo Guaraná.

El Grupo Santo Domingo pagó 420 millones de dólares por una cuarta parte de Backus con el propósito de extender su presencia en América Latina, el cuarto mayor mercado de cervezas del mundo y uno de los más competidos y apetecidos.

La millonaria operación de Bavaria con Backus levantó ampolla entre el conglomerado venezolano Polar, que también es socio de la cervecera peruana. Polar consideró que Bavaria estaba pagando un precio muy alto por las acciones. En un comunicado el grupo venezolano dijo que Bavaria había pagado 21,95 dólares por cada acción mientras que siete meses antes Polar había comprado el 12,8 por ciento de las acciones Backus & Johnston a 10.3 dólares cada una.

Para los venezolanos el mayor precio que pagó Bavaria podría deberse a que incluye la "prima de control". Según esta versión los colombianos se habrían aliado con el grupo Bentín, que tiene el 14 por ciento de Backus, para controlar la compañía. Si así fuera sería mejor para Bavaria. Pero los dos grupos sumados tienen sólo el 39 por ciento de las acciones, de manera que necesitarían más aliados para controlar la empresa. Ricardo Obregón, presidente de Bavaria, se mostró sorprendido con la versión de Polar. "El precio pagado fue justo y se obtuvo a partir de valoraciones hechas con modelos financieros. Nuestra intención es vincularnos a Backus en calidad de socios estratégicos", dijo.

De compras

Aunque el conglomerado colombiano compite desde hace varios años con las más poderosas cervecerías latinoamericanas todo indica que está dispuesto a dar un pulso por el control del continente con titanes como Quilmes (Argentina), Ambev (Brasil), CCU (Chile) y Polar (Venezuela). Al fin de cuentas Bavaria, con sus plantas en Colombia, Ecuador, Panamá y ahora Perú, tiene un potencial de producción de 30 millones de hectolitros de cerveza al año, cifra que lo convierte en uno de los 10 fabricantes más grandes de esa bebida en el mundo.

En pocos meses Bavaria ha hecho compras importantes. El año pasado adquirió el 91,5 por ciento de la Cervecería Nacional de Panamá por un valor de 285 millones de dólares. También quiso adquirir el 52 por ciento de Barú ?la segunda fabricante panameña después de Cervecería Nacional? pero el gobierno de ese país le bloqueó la transacción porque podría conformarse un monopolio. Bavaria también había perdido una partida en Honduras. Estuvo interesada en comprar Cervecería Hondureña, pero ésta última fue adquirida finalmente por South African Beverages (la quinta mayor cervecera del mundo) por 537 millones de dólares.

Lo que está haciendo la empresa colombiana es cumplir con su objetivo estratégico de crecer en el exterior por medio de adquisiciones. Bavaria cuenta con un presupuesto de expansión de 1.000 millones de dólares ?financiados con recursos propios y con deuda?. El hecho de estar presente en varios mercados incrementa el valor de Bavaria puesto que ya no tiene todos los 'huevos en la misma canasta'.

Después de estas movidas el conglomerado colombiano tendrá ventas estimadas de 1.000 millones de dólares anuales y excedentes operacionales (Ebitda) de 400 millones de dólares, aun sin contar la inversión en Perú. Con ésta empezará a parecerse más a los gigantes mundiales de la industria, como el grupo Corona, que vende al año 3.000 millones de dólares y tiene un Ebitda de 996 millones de dólares.

Pero Bavaria tampoco ha descuidado el frente interno. Entre enero y mayo de este año el consumo per cápita de cerveza, que llevaba cinco años cayendo, se recuperó un poco. Creció de 30,7 litros por habitante a 32 litros. De seguir así los colombianos podrían beber este año 1.376 millones de litros, frente a 1.320 millones de litros en todo 2001. En lo que va corrido de julio las ventas de Bavaria han crecido 16 por ciento. "Estos resultados satisfactorios se deben, en parte, al lanzamiento de nuevas marcas, como Aguila Light, que ya representa cerca del 10 por ciento de los ingresos de la compañía", asegura Ricardo Obregón.

Pugna por el mercado

La internacionalización de Bavaria no será una tarea fácil puesto que no es la única cervecera interesada en el mercado latinoamericano. Otros consorcios regionales ?así como algunos europeos y norteamericanos? han salido también de compras en la región.

En Brasil, la canadiense Molson compró a Kaiser, la rival local de AmBev, una firma que nació en 2000 tras la fusión de dos gigantes: Brahma y Antártica. En marzo de este año AmBev compró un paquete accionario de 36 por ciento en Quinsa, la empresa de Luxemburgo que controla Quilmes, la mayor cervecera argentina. Por medio de este acuerdo, valorado en 350 millones de dólares, Quilmes importará a Argentina las marcas de AmBev.

Por su parte, la chilena Compañías Cerveceras Unidas (CCU) compró 50 por ciento de Kunstmann, una cervecera local. La CCU ya había comprado a fines de 2000 a Austral, una pequeña empresa al sur de Chile que tiene presencia en el mercado argentino desde hace 13 años. Como si fuera poco, la estadounidense Anheuser-Busch y la holandesa Heineken

?la primera y la tercera mayor cerveceras del mundo? libran desde hace más de un año un pulso por quedarse con el control de la CCU. También las mexicanas Femsa y Grupo Modelo (Corona) intentan quedarse con el mercado latinoamericano.

Por lo pronto, este mercado seguirá siendo el escenario de batallas por parte de las mayores cerveceras globales y regionales. Y por lo visto el conglomerado colombiano no será un espectador pasivo en esta pelea.