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Estos empresarios profesionalizaron la rumba en Colombia y ahora exportan su modelo

Con 25 sitios de fiesta, casi mil empleados y la capacidad para atender a 800.000 personas al año, esta compañía reina en el entretenimiento nocturno. Así lo está alcanzando.

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Laura  Charry

Laura Charry

Editora Central

27 de septiembre de 2025, 4:00 a. m.
Andrés GonzálezPresidente de Evedesa En Colombia la rumba no es solo de jóvenes, sino que tiene gran demanda entre los de más de 40 años, que además manejan un mayor poder adquisitivo.
Andrés González, presidente de Evedesa. En Colombia la rumba no es solo de jóvenes, sino que tiene gran demanda entre los de más de 40 años, que además manejan un mayor poder adquisitivo. | Foto: Cortesía

Para que el negocio de la rumba funcione, no solo hay que tener buenas locaciones, licor y la música adecuada. También se requiere un intenso trabajo de administración de empresas, mercadeo y preparación que se hace de lunes a viernes y a luz del día, como lo realiza cualquier empresa seria.

Ese convencimiento es el que ha permitido que Eventos y Desarrollo S.A. (Evedesa) se haya podido convertir en la mayor compañía de entretenimiento nocturno del país. De hecho, su presidente, Andrés González, considera que gracias a sus buenas prácticas empresariales han logrado completar 20 años en el mercado y mantenerse, pese a una fuerte competencia.

En 2005, González trabajaba en gimnasios y sabía cómo llevar un negocio. Un grupo de jóvenes menores de 25 años, apasionados por la rumba y que tenían un sitio muy exitoso en su momento, llamado El Cha Cha, lo invitaron para que se les uniera. “Aunque ofrecían una buena experiencia y llenaban el sitio, no ganaban plata porque no sabían administrar. Así llegué al grupo, para aportar mi experiencia”, recuerda.

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Evedesa nació del impulso de un grupo de jóvenes apasionados por la rumba. | Foto: Getty Images

La empresa la comenzaron seis socios, pero a los dos años solo quedaron tres, los cuales siguieron avanzando con sus bares en la Zona Rosa de Bogotá, en donde tienen la mayoría de sus locales. Para 2010 ya contaban con unos cinco sitios, pero a medida que abrían nuevos puntos, iban cerrando otros que consideraban que ya habían cumplido su ciclo.

En ese momento formalizaron su operación, montando una oficina con contadores, recursos humanos y personas de mercadeo. En 2015 llegó un nuevo socio con amplio conocimiento del tema administrativo, al tiempo que se vincularon a la sociedad varios empleados que eran muy talentosos. Como resultado, hoy Evedesa tiene diez socios y casi mil empleados.

En sus 20 años de operaciones ha manejado 50 nombres de establecimientos, pues los renuevan con constancia, aunque hay algunos que duran muchos años como Matilde Lina, que lleva 19 de operaciones; 4.40 con 11 años y Furia que completó siete. Identificamos cuándo un lugar cumple su ciclo no por las ventas, sino por su acogida entre la gente. Aunque siga vendiendo, deja de estar en el top of mind, y es entonces cuando decidimos cerrarlo o hacer una remodelación total”.

Fuera de la capital

Hasta el año pasado, Evedesa solo operaba en Bogotá, pero en 2024 dieron un paso que prepararon por cinco años: abrieron tres sitios en Miami. En 2025 siguieron creciendo con aperturas en Cartagena y Barranquilla, y alistan Medellín, Cali y Lima. Su punta de lanza ha sido un formato que denominan Casa D.

Su juicio con los temas administrativos les permitió pasar la pandemia sin mayores sobresaltos, pues no estaban endeudados y aprovecharon que tenían un inventario de 3.000 millones de pesos en licores. “A mediados de 2021 ya estábamos en un 80 por ciento de nuestra facturación. Luego, en 2022 crecimos y abrimos varios sitios. 2023 fue un año de stand by y de quedarnos quietos, pero 2024, con todo y las aperturas, fue el único año en el que yo me he quejado porque las ventas se nos bajaron drásticamente.

Explica, como otros empresarios del sector, que lo que ocurrió fue que las personas siguieron saliendo, pero bajaron sus consumos, por ejemplo, del whisky se pasaron al aguardiente, que es, de hecho, el licor que más venden en todos sus establecimientos.

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Los consumos de licores han venido cambiando de los más costos hacia los de precio medio o más económicos. | Foto: Getty Images

Este año la perspectiva del negocio ha mejorado y de tener cuatro sitios en pérdidas ya solo les queda uno. Quieren seguir creciendo dentro y fuera de Bogotá. En la capital están evaluando locaciones distintas a la zona rosa. Les interesa explorar otros lugares como Salitre, Colina Campestre e incluso Chía.

González no tiene problema en contar que el año pasado invirtieron en un sitio que solo les duró seis meses, pues se equivocaron en identificar el grupo objetivo que querían atender y dice que la gracia está en corregir a tiempo.

Frente a los retos que traen los recientes cambios de la legislación laboral con el encarecimiento de las horas extras nocturnas, asegura que los ha afectado bastante y que los ha llevado a reducir su oferta en días como los jueves.

En su concepto, lo más gratificante del trabajo que hacen es que pueden generar el sustento de muchos colombianos, mientras atienden 800.000 personas al año.

No obstante, lamenta que el sector es constantemente perseguido por las autoridades, “como si estuviéramos haciendo algo malo”. Les imponen restricciones de horarios, los amenazan con impuestos, cuando su rentabilidad es similar a la de muchos negocios, y en Bogotá, la Alcaldía les había ofrecido la posibilidad de una ciudad 24 horas, pero no ha sido así.

Entiendo que hay sitios que no cumplen con las normas, que son clandestinos, pero no deben medirnos a todos con la misma vara”, subraya.

La expansión de Evedesa no solo ha servido para exportar la rumba colombiana, sino también para comprobar que, al igual que otros mercados que son muy fuertes en gastronomía –tal es el caso de Perú–, Colombia lidera en la región el desarrollo de discotecas y bares.

Así como los empresarios son serios en sus negocios, los colombianos se toman la rumba muy en serio.