Macroeconomía

Colombia presidirá el Comité Global de comunicaciones estratégicas de la Unión Internacional del GAS

La presidenta de Naturgas, Luz Stella Murgas, tendrá a cargo este rol, en la organización conformada por 150 miembros de más de 80 países.

2 de noviembre de 2022
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Presidenta de Naturgas | Foto: Naturgas

En momentos en que la discusión por el gas natural está en el primer orden del país, Colombia es reconocida para desempeñar un papel importante internacionalmente en ese sector. La Unión Internacional del GAS (IGU, por sus siglas en inglés) designó a Luz Stella Murgas, presidenta de Naturgas, como presidenta del Comité Global de Comunicaciones Estratégicas del organismo internacional, para el periodo de 2022-2025.

El anuncio se hizo durante el Comité Ejecutivo de la IGU que se celebra esta semana en Lima (Perú). La organización fue fundada en 1931 en Vevey (Suiza) y la integran 150 miembros de 80 países de los cinco continentes, que representan más del 90 % del mercado mundial del gas. Desde mayo de 2022, la lidera Li Yalan, primera mujer en llegar al cargo en representación de China, quien también es presidente de la junta directiva del Beijing Gas Group.

Naturgas, el gremio que reúne a las principales compañias del país, hace parte de este organismo internacional desde 2012. “La dinámica global alrededor de la transición energética posicionó al gas natural como el energético estratégico para alcanzar los objetivos de abastecimiento y lucha contra el cambio climático. Trabajar de la mano de la presidenta de la IGU durante este trienio nos permitirá hacer parte de conversaciones cruciales alrededor de temas coyunturales como la seguridad energética, acceso a la energía, descarbonización e incorporación de gases renovables a las economías”, expresó Luz Stella Murgas tras conocer su designación.

La polémica del gas en el país

El gas se ha convertido en uno de los ejes de la discusión de la política minera energética del país, desde que el presidente Gustavo Petro anunció que no otorgará nuevos contratos de exploración y explotación, lo cual dejaría al país, a juicio de los expertos, a expensas de tener que comprar en Venezuela.

Esto porque si se acaban las reservas de gas natural, que actualmente alcanzan para ocho años, el plan del Gobierno es acudir a las importaciones, no solo a través de plantas de regasificación en el Caribe y el Pacífico (en proceso de adjudicación) sino también desde el vecino país.

La conexión con el país vecino se hace por medio del gasoducto Antonio Ricaurte, que se construyó en 2007 y se usó para exportar gas natural desde Colombia durante siete años, desde 2008 hasta 2015. Esta infraestructura costó, en su momento, 335 millones de dólares.

Pero desde 2015 este tubo no se volvió a usar, por lo que actualmente no está en óptimas condiciones para utilizarse. “La industria ve con buenos ojos que esta infraestructura se recupere porque puede servir, no para depender del gas natural de Venezuela, sino para mantener una confiabilidad en el sistema eléctrico y el abastecimiento de gas en Colombia”, aseguró la presidenta de Naturgas, Luz Stella Murgas.

Es decir que este gasoducto podría funcionar como un seguro para Colombia en momentos cuando se registren daños operativos durante un fenómeno de El Niño o cuando el gas local no sea suficiente para abastecer las plantas de generación de energía eléctrica, que representan el 25 % del consumo nacional de este combustible.

Sin embargo, la presidenta de Naturgas destacó en el reciente congreso del sector que no existe una infraestructura que permita conectar este gasoducto con el principal campo de producción que está del lado occidental en Venezuela. Habría que hacer inversiones para poder tener una infraestructura adecuada que conecte los dos gasoductos y que permita traer gas natural a Colombia.

La presidenta de Naturgas, Luz Stella Murgas, aseguró que no ve una dependencia del gas venezolano “ni en el mediano ni en el largo plazo”.
La presidenta de Naturgas, Luz Stella Murgas, aseguró que no ve una dependencia del gas venezolano “ni en el mediano ni en el largo plazo”. | Foto: Naturgas

“Si desarrollamos el potencial de reserva que tenemos, creo que va a haber más oportunidad de que Colombia exporte gas natural a Venezuela y otros países, más que nosotros dependamos de la importación de gas natural de Venezuela”, dijo Luz Stella Murgas.

Además, manifestó que no vislumbra una dependencia del gas venezolano “ni en el mediano ni en el largo plazo”, porque la gran producción en Venezuela está en el oriente del país y no existe una infraestructura que conecte esos campos con Colombia.

Importar gas por el Pacífico

El gobierno del presidente Gustavo Petro buscará adjudicar en 2023 la construcción de la Planta de Regasificación del Pacífico, un proyecto que intentó sacar adelante la administración de Iván Duque en octubre en 2021, pero fracasó porque ninguna empresa mostró interés en desarrollarlo.

Se tiene previsto que las empresas interesadas presenten sus ofertas económicas el 3 de marzo de 2023 ante la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme), que se tomará varios días para revisarlas y anunciar al posible ganador el 31 de marzo.

Sin embargo, habrá una oportunidad para presentar contraofertas el 11 de abril por lo que, tras un proceso de evaluación, el 8 de mayo del próximo año se estaría anunciando a la empresa que estaría a cargo de construir esta planta de regasificación en el municipio de Buenaventura.

Planta de Regasificación
Planta de Regasificación | Foto: SPEC

Para llevar el gas natural que se les compre a otros países hacia el interior de Colombia, el inversionista deberá construir un gasoducto entre Buenaventura y Yumbo (Valle del Cauca), el cual ha sido considerado el gran cuello de botella para la entrada en operación a tiempo de este proyecto.

La planta de regasificación debe comenzar a operar 58 meses después de que sea adjudicado (mayo de 2023), es decir, hacia marzo de 2028. De esta manera, se busca que Colombia diversifique sus fuentes de suministro de gas natural ante las bajas reservas de gas que posee y que actualmente alcanzan para solo ocho años.

El costo total del proyecto se calcula en unos 700 millones de dólares, pero la incógnita que aún persiste es quiénes van a pagar esta inversión y en qué proporción. Algo que sí está claro es que a los colombianos les cobrarán, vía tarifa, esta plata, pero aún no se conoce la magnitud del aumento.

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