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Alejandra Carvajal, columnista

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Los llaneros “emputados”

La difícil situación por la que atraviesa el llano no da espera. El gobierno nacional debe liderar y dar prioridad a la construcción de dos vías alternas que darían solución a esta crisis.

31 de agosto de 2021

Los llaneros están emputados, ministra”. Con esa frase, el gobernador del Meta, expreso el sentir de cientos de miles de personas, no solo llaneros, sino también de ciudadanos de diferentes latitudes del país que se ven gravemente perjudicados como consecuencia de la actual situación de la vía al llano. Las pérdidas diarias se calculan en 48.000 millones de pesos.

Más allá de esta cifra se encuentra el drama humano de familias y empresarios que están completamente quebrados, que ya no aguantan más. Al mal estado de la vía se suma el alto costo de los peajes, los más caros del país. Esta carretera es fundamental para el desarrollo de Colombia, pues el departamento del Meta es el primero en materia de producción de petróleo. El 40 % de los productos agrícolas de todo el territorio nacional salen del llano, por lo que el cierre de la vía directamente aumenta los precios de la canasta familiar. El mal estado de la carretera mata al turismo, siendo uno de los sectores más perjudicados por esta situación.

Desafortunadamente, el llano nunca ha sido una prioridad para el Estado colombiano, a pesar de la importancia de esta región para el país. El Meta durante muchos años fue una intendencia, lo cual quitó representación política a sus habitantes lo cual decantó de manera inevitable en la conformación de guerrillas, que se convertirían con los años en lo que conocemos ahora. Si el llano no se hubiera descuidado, muy seguramente se hubiera evitado la muerte de buena parte de los 260.000 muertos que de acuerdo con cifras oficiales fueron ocasionadas dentro del contexto del conflicto interno, que a pesar de la firma del Acuerdo en el Teatro Colón, continúa.

La historia de la vía al llano esta llena de promesas sin cumplir, gobierno tras otro. La catástrofe de Quebradablanca no fue suficiente precedente para generar una política de Estado seria que solucionara la grave situación de la carretera. La caída del puente de Chirajara no fue muy distinta a la tragedia de Quebradablanca, pues en ambas circunstancias imperaron la desidia, el abandono y falta de planeación.

Soluciones existen. La construcción de la Perimetral de Oriente ha debido concluirse desde hace años, pero hasta ahora no hay un nuevo trazado que garantice la conservación de los nacederos de agua que colindan con la vía. El concesionario británico-israelí que está a cargo de esta operación tiene un billón de pesos guardado en el Banco, en espera de un consenso con las comunidades que con razón velan por la existencia de estos reservorios. Una vez más hay un alto componente de negligencia administrativa, pues el nuevo trazado que respete los nacimientos ya debería estar listo. Esto con relación al trayecto entre Bogotá y Cáqueza.

Ahora bien, para el tramo que hoy representa mayor conflicto, los kilómetros 58 y 66 donde los deslizamientos y caída de piedras han hecho que la carretera haya tenido cierre total durante la última semana, la solución es muy sencilla. La construcción de la vía entre Acacías y Guayabetal pasando por Manzanares se ha anunciado desde hace más de treinta años, pero por falta de voluntad por parte del gobierno nacional no ha podido ejecutarse.

No hay excusa para tanta desidia. Los llanos y el país necesitamos la construcción de estas dos vías con urgencia. Este proyecto debe ser liderado por el gobierno nacional. Ministra, ¿nos ayuda a dejar de estar tan emputados?

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