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El drama del desempleo. | Foto: Guillermo Torres

EDITORIAL

El drama del desempleo

El impacto de la pandemia se ha manifestado en forma más intensa y dramática en el empleo. La tasa de desocupación a nivel nacional se ubica alrededor de 20% y la peor parte la han llevado las mujeres y los jóvenes, que tienen tasas de desempleo de 25% y 30%, respectivamente.

1 de octubre de 2020

El impacto de la pandemia se ha manifestado en forma más intensa y dramática en el empleo.

La tasa de desocupación a nivel nacional se ubica alrededor de 20%. Con esto, hoy tenemos unas 4,6 millones de personas desempleadas, el doble de las registradas a comienzos de este año. En las ciudades la desocupación alcanzó cerca de 25%, pero hay capitales con niveles superiores a 30%. Y han llevado la peor parte las mujeres y los jóvenes, que tienen tasas de desempleo de 25% y 30%, respectivamente.

En materia económica, como advierte Anif, lo peor de la covid-19 se ha visto en el mercado laboral y, sobre todo, en los ingresos de los hogares. Ante el deterioro del empleo, estos ingresos cayeron $21,6 billones entre marzo y julio.

Todavía no es claro cómo avanzará la recuperación económica para que el país recupere la tracción que traía el año pasado y reactive el empleo. Las cifras mensuales del Índice de Seguimiento a la Economía (ISE) muestran una tendencia de menor deterioro entre mayo y junio, aunque en julio se frenó un poco la tendencia.

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El Gobierno es optimista en alcanzar una recuperación en V que le permita al país volver a finales del año entrante a los mismos niveles de 2019. Pero otros analistas consideran que la recuperación puede tomar entre 2 y 5 años.

La dramática radiografía del desempleo obliga a tomar decisiones rápidas para enfrentarlo y abordarlo. Todo para que el tejido empresarial y sobre todo el laboral no se sigan rompiendo.

Sin duda es fundamental avanzar en un escenario de reformas que permitan flexibilizar el mercado laboral. Esto para mejorar los indicadores de formalidad, evitar despidos y garantizar nuevas contrataciones con reglas de juego modernas, sin pauperizar el empleo y con las relaciones laborales vivas.

Sin embargo, hoy parece que los cambios estructurales no son viables. El poco margen de maniobra política del Gobierno en el Congreso limitará el avance en este debate. Y a esto lo acompaña, además, una profunda polarización en el país, el resurgir del descontento social y la campaña preelectoral que ya comenzó.

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Dadas estas condiciones, ¿qué podría hacer el Gobierno para impulsar el empleo y responder en el corto plazo a la difícil coyuntura? Avanza una misión de empleo que seguramente propondrá reformas estructurales de mediano y largo plazo. Pero el problema no da espera.

En esta edición, Dinero consultó a 20 analistas y empresarios para construir una gama de propuestas que en el corto plazo se puedan ejecutar rápidamente para responder a las necesidades laborales del país.

El panorama de propuestas es muy amplio. Estas van desde levantar las restricciones para dinamizar el consumo y la actividad económica y combatir el miedo generado, hasta crear empleos potenciales. Es decir, que las empresas paguen por estudiar y capacitarse, con el compromiso de trabajar para esa firma al alcanzar las capacidades para hacerlo. Ese pago anticipado se podría descontar del salario en una proporción determinada en los años siguientes.

También proponen crear programas de Estado como empleador de última instancia. Esto significa que, por un período fijo, las instituciones públicas contratan a personas para cumplir diversas funciones. Y otras iniciativas como darles vida a los certificados de reembolso tributario por crear nuevos empleos, que se puedan cruzar con impuestos en el futuro. Además fortalecer los recursos para las empresas con fondos de capital privado en los que puedan invertir con más flexibilidad los fondos de pensiones y el Fonpet. Y buscar alianzas en las cadenas productivas para dinamizar su capacidad y distribuir empleos, entre muchas otras.

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Es necesario actuar rápidamente. La reapertura por sí sola no traerá la reactivación y será necesario aplicar ‘todas las formas de lucha’ para salvar empleos existentes. Además, para crear nuevas plazas de trabajo que garanticen la demanda y rompan la incertidumbre de quienes hoy pueden perder su modo de subsistencia. El tiempo y la oportunidad de las estrategias evitará llegar demasiado tarde.