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EMPRENDIMIENTO

Emprendedores sociales confirman que la sostenibilidad no es una moda

Emprendedores de base social en todo el mundo están demostrando con hechos que el discurso de la sostenibilidad no es una moda sino un compromiso real por transformar la realidad del mundo a partir de un modelo de negocio innovador.

2 de diciembre de 2016

La Fundación Schwab para el Emprendimiento Social, con sede en Ginebra (Suiza), explica que este movimiento de empresarios jóvenes es una “tendencia global creciente” que promete cambiar el mundo.

De hecho, destaca que en la actualidad las universidades están dedicando cursos completos para fomentar este espíritu, mientras que las empresas y Gobiernos están impulsando este tipo de emprendimiento con la creación de fondos de inversión e incubadoras de negocios.

La presidenta de la Fundación Schwab, Hilde Schwab, de hecho ha manifestado que el emprendimiento social ya es reconocido como un motor de cambio en la esfera económica global.

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Esto ha sido posible, según ella, gracias a que el emprendimiento social “conjuga la disciplina financiera del capitalismo con la pasión y la compasión necesaria para crear un mundo más justo y equitativo”.

La Fundación Schawab destaca que una de las características más comunes de los emprendedores sociales, además de su espíritu innovador, es la capacidad de mantener una mentalidad abierta al aprendizaje.

Y es que en su afán de resolver la desnutrición en sus comunidades o contrarrestar  el impacto de la contaminación, tienen que concebir un sinnúmero de soluciones posibles para llegar a la más adecuada luego de un largo proceso basado en la prueba y el error.

Adicionalmente, la Fundación Schwab explica que otras de las características notables de los emprendedores de base social son sus valores personales. Entre ellos, la dignidad, transparencia, equidad y empoderamiento.

“Ellos están apasionados por el problema que tratan de resolver”, resume un informe de la fundación divulgado en el portal web del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés).

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Y agrega que en muchos casos varios de estos emprendedores “han dejado carreras potencialmente lucrativas para fundar su empresa social, motivados por un propósito más significativo”.

Colombia no es ajena a este movimiento, muestra de ello es que en los últimos años han nacido empresas de base social como Bendita Aurora, que se dedica a la producción de cosméticos con el apoyo de mujeres víctimas de la violencia o cabezas de familia. 

También destaca el caso de Siecha Sostenible, un emprendimiento que se dedica a la producción artesanal de leche de cabra gracias a la colaboración de campesinos del país.

A estos casos liderados por emprendedores menores de 30 años, se suman otras historias como la del portal de consultas médicas y gratuitas por internet 1doc3, el cual contribuye al fortalecimiento de la educación sexual en zonas marginadas.

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O también la historia de Vhera Lucci, una empresa de base social que se concentra en la sustitución de cultivos ilícitos en distintas zonas del país con la producción de Sacha Inchi (árbol de maní) para producir cosméticos naturales.

Los esfuerzos que están realizando estas compañías son transversales a toda la sociedad e impactan en áreas estratégicas como el empleo. De hecho, se calcula que el 80% de los empleos son generados gracias a proyectos de emprendimiento.

La labor que están cumpliendo estas empresas innovadoras será determinante en un futuro muy próximo, según lo confirman cifras reveladas por la organización World Urbanization Prospects y citadas por la compañía Dow en un reciente informe.

Y es que para el 2030 se prevé que la población mundial alcanzará los 8,3 billones de personas, que vivirán en 558 ciudades medias y 41 mega ciudades, “lo que implica que se necesitará 30% más de agua y 45% más de energía”.

En este sentido, la compañía dedicada a la industria química se pregunta si está preparada para asumir este cambio y qué se puede hacer para cubrir las necesidades de los ciudadanos en los próximos años desde las empresas privadas.

Precisamente, el Banco Mundial ha expresado que a pesar de que cada día más compañías están preocupadas en la sostenibilidad, todavía hay quienes se resisten a hacerlo pues consideran que es una moda o un gasto innecesario. 

“Para un emprendedor vender una nueva idea basada en esta temática puede resultar complejo, pues los tomadores de decisiones aún tienen una mentalidad escéptica frente a los beneficios e impactos positivos en mediano y largo plazo de este tipo de proyectos”, concluyó Dow.

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