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El equipo trabaja a distancia a lo largo del continente. No tienen oficinas. | Foto: Archivo particular

COMUNICACIÓN

Hacer podcast sí es sostenible: caso de Radio Ambulante

Después de 7 años y 150 episodios, Radio Ambulante, el podcast que cuenta las historias de América Latina, es un proyecto sostenible. Cuentan cómo lo lograron.

16 de mayo de 2019

Ya lo dijo el académico estadounidense Henry Jenkins hace 13 años: “Las industrias mediáticas experimentan otro cambio de paradigma”. Y eso sucede de vez en cuando. En un momento, por ejemplo, todos creyeron que la fotografía iba a terminar con la pintura, que el cine iba a matar al teatro, que la televisión iba a acabar con la radio y que internet, como amo del mundo digital, los liquidaría a todos.

Pero sucedió lo contrario. Estas nuevas tecnologías hicieron posible que el mismo contenido fluyera por canales muy diferentes. Y ahora todas conviven en un ecosistema mediático en expansión. En Latinoamérica, una región inmersa en un sinfín de complejidades, esos nuevos formatos se presentan como una oportunidad para superar barreras geográficas y culturales. Y además para explotar esa inmensidad narrativa de la región, que se pierde en los estereotipos que difunden los medios tradicionales.

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Por eso Radio Ambulante nació para llenar ese vacío y contar Latinoamérica más allá del imaginario gringo. Este podcast narrativo nace del emprendimiento de una colombiana, Carolina Guerrero, y un peruano, Daniel Alarcón, con experiencias migratorias distintas en Estados Unidos. Pero con algo en común: ambos consumían la mayoría de los contenidos que les interesaban en inglés porque no encontraban opciones en español en un país con más de 31 millones de hispanos.

“Estábamos convencidos de que este proyecto podía funcionar porque nosotros mismos éramos esa audiencia”, explica Carolina, CEO de Radio Ambulante. Siete años y 150 episodios después, la audiencia del podcast no ha parado de crecer. Según Jorge Caraballo, su editor de audiencias, solo el año pasado sumaron 5 millones de descargas.

En Facebook los siguen 38.000 personas y tienen un grupo -Club de Podcast Radio Ambulante- con más de 6.000 miembros que cada semana comentan los episodios. En WhatsApp tienen una lista de difusión con más de 3.000 personas; en Instagram los siguen 13.000 personas y en Twitter 298.000. Los dos episodios más escuchados del año pasado suman más de 100.000 descargas. En enero de este año crearon los Clubes de Escucha, donde, con un toque casi nostálgico, reúnen a un grupo de personas para escuchar un episodio, así como antaño la gente se sentaba en la sala a escuchar una radionovela.

En un principio lanzaron el proyecto en un arranque de pasión. “No hicimos estudios de mercado. Mucho menos un plan de negocio. Pero la idea era construir un proyecto sostenible y rentable, aunque no teníamos muy claro cómo íbamos a monetizarlo. Y no era algo tan sencillo, sobre todo para el periodismo de largo aliento en audio: un tipo de narrativa que solo se encontraba en la radio pública en Estados Unidos y que implicaba un proceso editorial muy duro y un trabajo artesanal muy dedicado”, explica Guerrero.

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Sin embargo, tenían la prioridad de lanzarlo. Daniel Alarcón, novelista y periodista peruano y cofundador del podcast, invirtió US$20.000, compraron equipos, crearon un sitio web y se dedicaron tiempo completo a sacar adelante el proyecto. Buscaron financiación por medio de kickstarters y reunieron US$46.000 para hacer un piloto. En 2012 publicaron la primera temporada y en 2014 ganaron el Premio Gabriel García Márquez de Periodismo en la categoría de Innovación. Pero necesitaban más recursos, así que se constituyeron como una organización sin ánimo de lucro para aprovechar la gran cultura filantrópica de Estados Unidos. No querían hacer contenido patrocinado ni depender de anunciantes.

“Nuestro contenido, además, era ideal para recibir recursos de fundaciones: contábamos historias de una comunidad subrepresentada”. Ahora reciben dinero de la Fundación Ford y de la Fundación MacArthur, pero antes de conseguirlo tuvieron que producir contenido y lanzarlo por varios años con salarios muy bajos. El proceso fue largo y difícil. Por eso entendieron que no podían monetizar solo a partir de fundaciones y tenían que encontrar otra fuente de ingresos.

En 2016, NPR -National Public Radio- la radio nacional pública de Estados Unidos, les propuso hacer parte de su familia de podcast y firmar un acuerdo de distribución exclusiva por su plataforma. Era un gran negocio: NPR no tenía una audiencia latina, y ellos tenían un contenido único y listo. Además de darles un sello de validación muy importante, les iban a pagar y a distribuir su contenido sin adueñarse de él, como pasa con otras plataformas como Spotify.

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Así construyeron un modelo de negocio sostenible. Se financian a partir del dinero que reciben de fundaciones, del que les paga NPR y de los shows que hacen en vivo. A principios de 2020 planean lanzar dos nuevos proyectos: un programa semanal de actualidad para Latinoamérica y otro sobre cultura. Además, como buena parte de su audiencia usa Radio Ambulante para aprender español, piensan desarrollar contenidos específicos para ellos.

Ya cuentan con un equipo de 18 personas de tiempo completo y 2 de medio tiempo. Este año triplicaron el presupuesto, del cual 70% se va en salarios. El resto lo invierten en proyectos de innovación. Y tiene sentido: los periodistas de la era digital, además de ser excelentes narradores, deben diseñar experiencias para diversas plataformas.