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Como presidente de la junta directiva de la Federación Mundial de Bolsas, Juan Pablo Córdoba va a estar discutiendo los más importantes temas de los mercados de valores del mundo.

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La década de Córdoba

Juan Pablo Córdoba está a punto de celebrar sus primeros 10 años al frente de la Bolsa de Colombia y logró llegar a la dirección de la Federación Mundial de Bolsas. De nuevo hay motivos para celebrar.

13 de noviembre de 2014

Hace dos años empezaron tiempos difíciles para Juan Pablo Córdoba, actual presidente de la Bolsa de Valores de Colombia (BVC). La caída de InterBolsa puso todos los reflectores sobre él. “Para construir algo en el largo plazo, es necesario atravesar tempestades”, dice el ahora presidente de la Junta Directiva de la Federación Mundial de Bolsas.

Córdoba tiene un ‘PhD’ en resolver líos. Además de haber lidiado con el descalabro bursátil más grande en la historia del país, en 1998 –entonces como director de Crédito Público– tuvo que enfrentar las dificultades financieras originadas por la crisis de final de siglo. “En una semana las tasas de interés para la deuda colombiana se dispararon 20 puntos y pasaron de 16% a 36%”, recuerda. Aún así, tuvo que salir a buscar recursos al mercado de valores y lo logró. “Ese año mantuvimos el grado de inversión”, recuerda. Luego, tuvo que administrar la parte final del saneamiento del sector financiero y la liquidación de parte de los activos que quedaron de la gran crisis de 1999.

Es economista de la Universidad de los Andes, donde contó con profesores como José Antonio Ocampo, Manuel Ramírez y Eduardo Sarmiento.

Nohra Rey de Marulanda, exdirectora de Planeación, fue quien lo encauzó en el mundo de la Economía. Córdoba trabajó en la oficina de Rey cuando estaba a punto de graduarse como economista. “Ella fue uno de mis primeros tutores”, recuerda. Luego de un año de trabajar en esa oficina, ella “lo endosó” –según dice él mismo– a Planeación Nacional. Allí, Luis Carlos Valenzuela era el director de la Unidad de Inversiones Públicas. En el DNP no estuvo mucho tiempo, pues se fue a la Universidad de Pennsylvania donde hizo maestría y doctorado en Economía. La misma Nohra Rey, quien se había vinculado al BID en Washington, le ofreció entonces un trabajo en la unidad de política fiscal de la entidad.

Apenas concluyó sus posgrados, Córdoba volvió al país e ingresó al Consejo Superior de Política Fiscal (Confis), del Ministerio de Hacienda, En 1998 ascendió a la dirección de Crédito Público. “Durante mi paso por el Ministerio trabajé con cuatro ministros: Guillermo Perry, José Antonio Ocampo, Antonio Urdinola y Juan Camilo Restrepo”, recuerda.

En Crédito Público tuvo su primer acercamiento directo con el mercado de valores, pues se estaba consolidando la construcción de la curva de rendimiento de la deuda pública y el programa de creadores de mercado.

Salió del cargo en enero de 1999 y se fue a manejar temas fiscales en el Fondo Monetario Internacional (FMI). Allí coincidió con otros economistas como Roberto Junguito, quien también estaba en el Fondo, Clemente del Valle y con Guillermo Perry, quienes estaban en el Banco Mundial.

En 2002 el presidente Uribe, recién elegido, llamó a Junguito para que fuera su Ministro de Hacienda. Junguito los “reclutó”; a Clemente del Valle para la Superintendencia de Valores, y a Córdoba para el Fondo de Garantías de Instituciones Financieras (Fogafín). De Fogafín saltó a la presidencia de la Bolsa de Valores en 2005. Todo marchó bien y con cierta normalidad hasta que vino la crisis de InterBolsa. Ahora que la mayor parte de las tormentas que le ha tocado vivir han quedado atrás, se muestra optimista sobre sus logros, del mercado de valores y del país en general.

Por ejemplo –dice– la capitalización bursátil ha crecido enormemente, se extendió la curva de rendimientos y ya hay emisores privados con títulos a 25 y 30 años. Ya el país tiene un millón de colombianos participando del mercado de valores, algo que ni siquiera Brasil puede mostrar. La liquidez del mercado es alta y el sector financiero está sólido. “Lo de InterBolsa es un revés, pero demostró que la arquitectura institucional y la regulación son bastantes sólidas”, asegura.

Su vida no sólo es la economía. Juega tenis y golf, especialmente con su familia, que conforman sus hijos y su esposa Pilar González, una abogada rosarista, quien, dice Córdoba, “ha sido un gran apoyo en todo momento”.

Destaca que en el nuevo cargo en la Federación Mundial de Bolsas va a abordar las principales discusiones sobre los retos para los mercados de valores del mundo.Si bien es imposible detectar cuándo vendrán nuevas tormentas, es claro que Córdoba está disfrutando este tiempo de sosiego que le han dado la vida y los mercados. Este es el tiempo de la revancha.