¿La educación en Colombia reconoce la diversidad?

ANIVERSARIO

Cuatro claves sobre cómo la Constitución transformó la educación

Después de 25 años de la Constitución Política de Colombia, Semana educación le expone los cambios en materia religiosa, de inclusión, de ciudadanía y democracia.

6 de julio de 2016

  1. Diversidad religiosa

 Desde la Constitución de 1991 el Estado y la Iglesia Católica quedaron separados. Colombia empezó a reconocer la diversidad religiosa, a respetar los diferentes cultos, y a garantizar que la educación pública fuera laica. Las implicaciones y dificultades no eran de poca índole, la iglesia católica había dirigido la educación en todos los niveles desde la colonia, y si bien a comienzos del siglo XX surgieron algunos colegios que no eran confesionales, la educación para la mayoría era dirigida por Roma. Sin embargo, después de la Constitución de 1991, la educación del Estado debía ser laica. Los niños no podrían ser obligados a tomar clases de catolicismo, en un país de muchos cultos.

  1. Reconocimiento del otro

 Colombia, pensaban quienes habían gobernado el país con racismo, era heredera de España, algo mestiza, desde luego, pero el objetivo era blanquear a la población con migración y educación. Los pueblos indígenas para algunos intelectuales, como José María Samper, eran tramposos, brutos y feos; los afros, perezosos, lujuriosos, y tenían escasas capacidades intelectuales. Mientras que los bogotanos y antioqueños eran blancos, bellos, inteligentes, industriosos y cultos, con inclinaciones a la poesía. La dicotomía de Samper, que compartían muchos intelectuales del XIX, era clara: los indios y negros vivían en un estado casi salvaje y los blancos se acercaban a civilización europea. Y con el mismo desdén hacia los afrodescendientes e indígenas se había enseñado en los colegios.

Las misiones para educar a los indígenas y a los afrodescendientes tenían el objetivo de que aprendieran de los saberes europeos. No obstante, desde la Constitución de 1991 el aprendizaje empezó a reconocerlos como iguales. Si bien Europa no ha dejado de ser el centro en la mayoría de los colegios, la inclusión de los pueblos de América y de África ha sido un avance, frente a una educación racista y excluyente. Se han hecho esfuerzos por escribir manuales en las diversas lenguas del país, para que la escuela sirva para preservar las tradiciones culturales.  Además se crearon cátedras como Afrocolombianidad, Culturas indígenas y se ha promovido desde la escuela los saberes de los pueblos antes excluídos. 

  1. La formación en democracia

 El surgimiento de los manuales de convivencia le ha dado a los colegios autonomía, para que toda la comunidad participe en la elaboración de las normas. El objetivo es que las directivas, los padres, los estudiantes y los profesores, discutan y decidan cuáles son las pautas de comportamiento y las sanciones por su incumplimiento. Por otra parte, en el colegio debe formarse a los ciudadanos en el conocimiento de la Constituciones, de los deberes y de las responsabilidades, en una sociedad participativa y democrática. 

  1. Entre el dicho y el hecho hay mucho trecho

 La transformación iniciada en la Constitución ha sido un avance, sin embargo, habría que preguntarse si hay una distancia entre lo que se escribe y lo que ocurre en Colombia. ¿Realmente después de la Constitución la educación pública se volvió laica? ¿La inclusión y el reconocimiento de los indígenas y de los afros en los colegios costribuye para acabar el racismo estructural de la sociedad colombiana? ¿El colegio está formando a ciudadanos incluyentes, respetuosos y con una cultura democrática?