| Foto: Indalecio Castellanos

NACIÓN

Un chico muy alto que quiere ser grande

Es el segundo colombiano más alto y ha encontrado en el baloncesto una oportunidad para superar el 'bullying' y el acoso de los compañeritos y proyectar un futuro exitoso.

10 de diciembre de 2017

Por Indalecio Castellanos

Una parte de sus 18 años ha tenido que dedicarla a sacarle el cuerpo a los comentarios malintencionados de los que lo califican como “largo acabarropa” y a responder la eterna pregunta de si “hace frío por allá arriba”.

Se llama Santiago Ochoa, tiene 2,05 metros de estatura y sin embargo no es el más grande de Colombia, porque ese privilegio lo tiene el joven santandereano, Camilo Rozo, quien tiene 2, 24 metros.

“A diario cuando salgo a la calle me preguntan cómo está la temperatura por allá arriba, si está lloviendo o hace mucho calor”, asegura este joven caleño que ha tenido que aguantarse los chistes clásicos que hacen a los hombres de su estatura.

“Cuidado una nube le puya un ojo”, hace parte del arsenal de expresiones que usan sus amigos, compañeros y extraños cuando lo ven.

-¿Cómo se ve el mundo desde arriba?, me preguntan con ganas de vacilarme y yo siempre les contesto “que se ve normal”.

Santiago asegura que ahora es chévere que la gente se le quede mirando mientras va por la calle, pero antes era agobiante porque sus compañeritos le hacían bullying y porque las niñas no se metían con él “posiblemente porque les daba pena”.

Dice que muchos de sus amigos le insinuaban que golpeara a quienes lo molestaban, pero nunca lo hizo.

-“Péguele un puño en la cabeza y lo entierra en el piso”, le decían algunos, pero nunca reaccionó  porque es un joven muy tranquilo.

“En principio no me lo tomaba bien y me afectaba mucho, pero con el tiempo empecé a darme cuenta que estaba por encima del promedio de estatura de los colombianos y finalmente un profesor me dijo que no me sintiera y mal y que por el contrario era un privilegiado”, asegura Santiago.

-“Cualquier  jugador de baloncesto quisiera tener su estatura “, me dijo y fue entonces cuando se abrió una  posibilidad que hoy lo hace inmensamente feliz.

Una carrera por lo alto

Fue en 2015, cuando cumplió los 17 años, cuando sus padres impulsaron a Santiago a hacer deporte y pensaron inicialmente en el voleibol y en el fútbol, pero llegaron a la conclusión que lo más conveniente era el baloncesto para sacarle provecho a sus  2, 05 metros.

“Desde pequeño he admirado a Michael Jordan, pero fue un especial de televisión sobre  Lebron James el que me hizo decir: Yo quiero ser como ese man”.

En Colombia su referente más importante en este momento es el jugador Stalin Ortiz, a quien considera  muy completo y a quien ha tenido la oportunidad de ver jugar.

En su primer entrenamiento el profesor le vio potencial y eso lo fue llenando de ganas para  empezar a practicar esta disciplina e ir mejorando en la cancha.

Dice que desde el primer día está trabajando fuertemente para lograr su sueño de basquetbolista, que es llegar a la NBA.

Santiago se formó en la Escuela de Baloncesto de la Liga del Valle del Cauca y actualmente hace parte de la selección departamental.

“Todos los días estoy trabajando muy fuerte para lograr mi objetivo que es hacer parte de la Selección Colombia y jugar en el extranjero”, reitera.

Se ríe cuando le dicen que con 2,05 metros le lleva “una papita” a Lebron que mide 2,03 y Jordan con 1,98 y confía en su talento para pellizcar un poco de la fama de este par de basquetbolistas estadounidenses.

“La gente me dice que ojalá llegue muy lejos en este deporte, pero mi deseo es llegar muy alto”, insiste Santiago, a quien ahora no le molesta que le pregunten “si hace frio allá arriba”.