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EDUCACIÓN

Tres universidades, a concurso de derecho internacional más prestigioso

Los 12 estudiantes de derecho estarán en Washington del 12 al 18 de abril para competir contra 700 instituciones educativas de 100 países en el ‘Philip C. Jessup 2020’.

4 de marzo de 2020

Recursividad, creatividad, excelente argumentación jurídica, oratoria avanzada y un nivel altísimo de inglés son algunas de las capacidades y habilidades que exige el  Philip C. Jessup Moot Court Competition, el concurso de derecho internacional público más prestigioso del mundo, organizado por ILSA (International Law Students Association) y que este año convoca a 700 escuelas de derecho de 100 países, entre esos Colombia.

En su edición 61, cinco estudiantes de la universidad de Los Andes y cuatro de la universidad de La Sabana (Bogotá), entre 5.° y 10.° semestre, estarán en Washington del 12 al 18 de abril para representar al país, luego de enfrentarse a otras instituciones educativas durante una semana, a través de la simulación de un caso práctico, de carácter jurídico e internacional que las naciones enfrentan en la realidad cuando deben presentarse ante jueces y tribunales internacionales. 

En esta oportunidad también viajarán tres estudiantes de la Universidad del Norte (Barranquilla), que aunque no concursará, participará en las rondas de exhibición para potenciar su aprendizaje. 

Giovanny Vega-Barbosa, profesor de la cátedra de Derecho Internacional de la Universidad Nacional, fue el administrador de la ronda nacional de la competencia. Según explica, Colombia ha tenido un desempeño destacado en el Philip C. Jessup en los últimos 30 años, y en 2009, los estudiantes de la Universidad de Los Andes se quedaron con el primer lugar. 

“La competencia comienza en septiembre del año anterior al encuentro mundial, con el caso hipotético que publica un grupo de expertos. En los cinco meses siguientes, los estudiantes se concentran con una disciplina terriblemente fuerte, dejan el tiempo con su familia, sus vacaciones y sus otros planes para crear los argumentos sólidos y creativos sobre asuntos como conflictos armados, comercio internacional, uso de armas cibernéticas e inversión extranjera”, explica el docente.

Para Mariana Reyes Múnera, estudiante de 10.° semestre y quien se desempeñó fue oradora de la universidad de los Andes, se trató de una experiencia difícil “intelectual, académica y emocionalmente”. 

Según recuerda en diálogo con Semana Educación, ella y sus compañeros se fueron a vivir juntos durante un mes, para concentrarse en la preparación que exigen las etapas escrita y oral de la convocatoria. 

“Trabajamos todos los días e incluso tomamos clases de actuación para reforzar la presentación y la oratoria. Cada vez que practicábamos, surgían nuevas preguntas y esa era la idea, que el margen de error quedara lo más pequeño posible”.

Mariana dice que el esfuerzo valió la pena. “Estamos motivados para seguir trasnochando, para llegar muy bien preparados y dejar el nombre de Colombia en alto. Este concurso aporta muchas aptitudes para la vida profesional”, apunta la joven.

Se abren puertas para los futuros abogados

Durante la semana de competencia nacional, los profesionales en formación fueron evaluados por un panel de expertos que reunió a las principales figuras del litigio internacional en Colombia como la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado; Eduardo Silva Romero, litigante en inversión extranjera, y Eduardo Valencia Ospina, considerado como el colombiano más importante en derecho internacional.

Las demandas contra el Estado ascienden a casi 425,5 billones de pesos, por lo cual es fundamental contar con espacios de capacitación en técnicas de defensa jurídica para las nuevas generaciones de abogados, asegura Vega Barbosa.  

“En la fase mundial, los participantes enfrentan a quienes serán los abogados de las empresas que están demandando a Colombia. De esta manera, se pueden dar cuenta de cuál es el nivel de litigio internacional”, señala. 

Y más allá de eso, este tipo de convocatorias pueden ser un paso decisivo para la vida académica y laboral de los jóvenes. “Los ganadores son merecedores de becas, pero además de competir contra las instituciones más prestigiosas del mundo como Harvard o Cambridge, las firmas de abogados más importantes del mundo tienen puestos sus ojos sobre estos nuevos talentos. La idea es que los estudiantes se den a conocer y hagan contactos”, añade el profesor de la Universidad Nacional.