Sebastián Hernández, cofundador de SuperFüds. | Foto: Dinero

EMPRENDIMIENTO

Caso SuperFüds: ¿Cómo facturar US$2 millones a punta de comida saludable?

SuperFüds factura dos millones de dólares al año y está lista para abrir mercados en otros países.

29 de junio de 2018

Los alimentos saludables, como frutos secos, productos empacados, endulzantes, aceites y entre otros, snacks, son la razón de ser de SuperFüds, un emprendimiento colombiano que ha vendido más de un millón de unidades de los productos que distribuye y que tiene ansias por llevar su negocio a otros países de la región.

A Sebastián Hernández, un barranquillero, administrador de empresas de la Universidad del Norte, haber tenido una exnovia vegetariana y leer al autor David Wolfe, quien en sus libros habla de mantener la juventud y fortalecer la salud con las propiedades y funcionalidades de productos como el coco, el polen de abeja y la siembra de goji berries, lo inspiraron a pensar en la creación de una empresa.

Cuando se decidió a concebirla, en el 2015, se puso en la búsqueda de proveedores que vendieran productos saludables. Haciendo llamadas, uno de los que le contestó fue el también barranquillero Nicolás Farah Abuchaibe, administrador de empresas del Cesa, que tenía la representación en Colombia de una marca  de quinua.

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Se dieron cuenta que tenían el mismo propósito de masificar la alimentación saludable, que en los supermercados no había muchos productos saludables y que los pequeños productores no tenían acceso a esas superficies, y fue ese el momento en el que se unieron para crear la compañía de distribución de la que Hernández es el CEO y Farah, gerente de proveedores.

Hoy por hoy están despachando 180.000 unidades mensuales, dándole entrada a este tipo de alimentos saludables, en su mayoría hechos por emprendedores que están empezando, a cadenas retail como la Olímpica, Farmatodo, el Éxito, La 14 y Justo & Bueno.

Sus pretensiones van más allá, porque están cerca de hacer apertura del mercado mexicano, para lo que ya tienen el visto bueno de la estadounidense Walmart.

Así mismo, acaban de cerrar una ronda de inversión en la que participaron desde ángeles inversionistas, hasta fondos de capitales privados, atrayendo la inversión de Kairos Society, basada en Nueva York (Estados Unidos) y del empresario colombiano Alejandro Echavarría, para contribuir a esa expansión que quieren hacer a otros países de América Latina. Igualmente participaron del evento Piranha Attack en República Dominicana, donde sumaron socios como la familia Pellas, propietaria del ron Flor de Caña.

Aunque nació en Barranquilla, SuperFüds ahora está basada en Bogotá, donde trabajan 25 colaboradores y desde donde manejan a 60 proveedores exclusivos a nivel nacional, con un portafolio de más de 250 productos. El 80% de ellos son colombianos y el otro 20% de los productos provienen de México, Ecuador, Perú y Bolivia.

Para la empresa, que ya superó los US$ 2 millones en ventas anuales, saludables son esos productos que tienen características orgánicas, libres de gluten, sin semillas enérgicamente modificadas, sin sodio, sin azúcar refinada, que tenga algún impacto en el medio ambiente o en la sociedad.

“Decidimos montar una distribuidora especializada en estos productos. Los productores tercerizan toda su operación comercial y logística a través de nosotros, mientras tanto ellos se enfocan en lo  que verdaderamente saben hacer que es producir y nosotros en comercializar. La ventaja que tienen los clientes en que encuentran a través de SuperFüds los productos exactamente al mismo precio. Si encuentran los productos al mismo precio, en las cantidades que necesitan y agrupar sus órdenes de compra a través de una sola relación comercial, no hay necesidad de ir a cada uno de los proveedores”, explica Hernández.

La fórmula que encontraron es que financieramente las pequeñas empresas y estos productores, se estaban gastando mucho más del margen que ellos le piden, en montar un departamento comercial, de operaciones y de cobranzas.  “Les decimos únanse a SuperFüds, el gremio de pequeños productores”.

Se toparon con que en los grandes retailers a nivel nacional no había productos con estas características y los pequeños proveedores no tenían la oportunidad de participar en estas góndolas. En efecto, pequeños empresarios que no estaban pudiendo llegar masivamente a los consumidores.

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Pero así mismo hallaron dos tipos de consumidores; personas que mantienen un estilo de vida saludable y personas que necesitan estos productos porque sufren de alguna condición.

Entre las barreras que tuvieron que resolver, está que cuando iniciaron había pocos recursos de capital. En ese momento los bancos no tenían líneas de crédito desarrollados para emprendedores como ellos, porque las ven demasiadas riesgosas, ni tampoco había el ‘boom’ de ángeles inversionistas que han llegado al país como resultado del crecimiento exponencial de varias startups.

Desde rosquitas de quinoa, hasta aceite de coco, son algunos productos que hacen parte del portafolio de SuperFüds.

Por otra parte, acceder a buen capital humano fue complejo para ellos, porque no tenían grandes capitales para atraer el mejor talento al estructurar su equipo.

Para las personas que quieren iniciar a consumir estos productos, aseveran que está comprobado que es mucho más costoso pagar tratamientos de salud correctivos que tener una salud preventiva.

Ellos creen que donde hay un producto no saludable, tienen la oportunidad de reemplazarlo con uno saludable.

Se consideran una empresa de base tecnológica, que funciona como un ‘Amazon B2B’, en el que los negocios y los proveedores se conectan a través de su plataforma, que cuenta con un sistema de pago y que degrada la tramitología que existe entre las distribuidoras y sus clientes.

Planes de crecimiento

Hernández le dijo a Dinero que en SuperFüds está repensando y convirtiéndose en la nueva generación de los bienes de consumo rápido (CPG, por sus siglas en inglés), en Latinoamérica. Tienen todo listo para montar operaciones en otros países de la región, donde están buscando categorías para entrar, así como están viendo llegar a países más pequeños con exportaciones.

No solo le están distribuyendo a retailers, también a tiendas naturistas, a universidades y colegios. En este último caso, les ha favorecido la prohibición, por decreto, del expendio de bebidas azucaradas en las instituciones educativas. De la misma manera están llevando a cabo alianzas con gimnasios a nivel nacional y con nuevos formatos de tiendas especializadas, que venden únicamente alimentos saludables.

 “La primera compañía que nos dio la oportunidad fue Farmatodo. Entendieron muy bien la creciente tendencia que viene desarrollándose a nivel mundial y la necesidad que había en el mercado. Los mileniales son consumidores asiduos de estos productos”, sostiene Hernández.

El año pasado fueron la primera compañía en vender este tipo de alimentos a través de Mercadolibre y el único canal especializado en estos productos, a través de Rappi, que también se están vendiendo en plataformas como Mercadoni.

Sus aspiraciones van en línea con tendencias globales. La firma Euromonitor Internacional estima que durante el 2017 las ventas mundiales de alimentos saludables llegaron US$1 trillón. Según el estudio La revolución de los alimentos en América Latina, hecho por la consultora Nielsen, más del 70% de los colombianos quiere ver en los supermercados, alimentos naturales en su totalidad y el 59% busca productos bajos en azúcar.

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