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Premio a un alma curiosa

La periodista Alma Guillermoprieto ganó el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades de 2018. La mexicana, que vive en Bogotá, ha sido reportera durante 40 años y será jurado del Premio de Periodismo Regional de SEMANA y Grupo Argos.

5 de mayo de 2018

SEMANA: ¿Cuál sensación le queda al ganar este premio?

ALMA GUILLERMOPIETRO: La de haber recibido un premio enorme a nombre del periodismo. Es un apoyo para los reporteros amenazados también, que realmente tiene para mí mucho peso, y que espero que se sienta así para todos los colegas.

SEMANA: ¿En qué situación siente que está el periodismo hoy?

A.G.: Los medios tradicionales siguen tratando de sobrellevar una crisis tremenda, que llegó con el internet y el periodismo digital. Y, al mismo tiempo, el periodismo está encontrando una nueva forma de expresarse, que es justamente lo digital. Los jóvenes entienden que ese es el nuevo mundo y se están apropiando de él.

SEMANA: ¿Qué siente al ser la tercera mujer que gana el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades?

A.G.: Que faltan muchas. Pero creo que la fundación está muy consciente de esa ausencia.

SEMANA: ¿Por qué tomó la decisión de vivir en Bogotá?

A.G.: No podría explicar un camino lógico que me llevó a vivir en Colombia, más que la sensación de que era un lugar que me quedaba bien. Y los afectos que se fueron formando, muy intensos y muy importantes.

SEMANA: ¿Cuál siente que es su misión como reportera?

A.G.: Retratar un momento, retratar a una comunidad pequeña, que siempre es parte de América Latina. Dar una visión completa de los latinoamericanos. Yo quiero que lean mis artículos y queden con la sensación de haber conocido héroes. Los latinoamericanos somos los grandes sobrevivientes.

SEMANA: ¿Cuál es la lección más grande que ha dado como maestra de periodismo?

A.G.: La lección de ética me la dio mi editor cuando me dijo: “Yo quiero que reporteen y entrevisten a sus personajes como si todos fueran capaces de levantarles una demanda de 5 millones de dólares”. Es decir que tratemos a todos los entrevistados con el mismo respeto que tratamos a los que en algún momento nos pueden amenazar.