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"LAS ALTERNATIVAS DE LA COMUNICACION CRECEN COMO LOS HONGOS"

19 de diciembre de 1983

Un boliviano, Luis Ramiro Beltrán, subdirector regional del CIID -Centro de Investigación Internacional para el Desarrollo, con sede en Bogotá, ganó el premio mundial "McLuhan Teleglobo ", instituido por la Comisión Canadiense para la Unesco, con el fin de destacar la tarea de quienes trabajan por la democratizacfón de la información.
Doctor en Comunicación de la U. de Michigan, ex consultor de la Unesco, ex profesor universitario y periodista activo desde los 12 años hasta hace una década, Luis Ramiro Beltrán incursionó en prensa, radio y cine, como especialista en comunicación para el desarrollo rural y ha escrito varios libros y centenares de artículos sobre la materia. En 1970, cuando surgió el debate sobre los medios de comunicación, él se convirtió en uno de los líderes del movimiento que lucha por renovar las ideas y las estructuras de la comunicación en la región.
SEMANA.: Las investigaciones y denuncias sobre la estructura de dominación de los medios de comunicación ¿los han llevado a alguna parte?
RAMIRO BELTRAN.: Quienes se benefician de la estructura colonial predominante no se resignan a ninguna propuesta de cambio y esta batalla la denuncian como ciega, extremista, peligrosa, pues conspira contra una hegemonía de tantos años que nadie había desafiado y que hoy día es imposible no desafiar. Por eso ha habido siempre una fuerte resistencia de parte de los dueños de los medios. Sin embargo, es muy significativo el nivel de expansión que ha tenido esta inquietud, el nivel de conciencia adquirido.
S.: ¿Pero las cosas no se han quedado solamente a nivel de debate?
R.B.: Hace 15 años de esto no se hablaba y hoy se ha vuelto a ratos charla de café. Nadie se ocupaba de la comunicación. Pero cuando empezó a analizarse en la comunicación el problema político de la distribución del poder dentro de los países y entre los países, surgió a flote un gran conflicto que continúa, aunque un poco atenuado. Porque lo candente del debate se produjo cuando la Unesco estableció la Comisión Mc Bride, de la cual formó parte Gabriel García Márquez, que produjo un documento, fiel reflejo del nivel candente a que ha llegado el debate a nivel mundial.
S.: Unesco fue acusada entonces de inclinarse a la izquierda...
R.B.: Por definición de labores, Unesco tiene la obligación de atender tareas de comunicación y obedeció por eso un mandato de los estados miembros. Lo que pasa es que dentro de esos Estados la mayoría es tercermundista y reclama equilibrio y justicia. Y como cada país es un voto, esto quebró el sistema de poder de quienes manejaban todo un esquema, poco después de la Segunda Guerra cuando estaban colonizados muchos países. La descolonización acelerada le dio la vuelta a la proporción. Hoy los países pequeños, por votación democrática, tienen el control mayoritario. Eso ha hecho que quienes no quieren cambios apuntan a la Unesco como eje de la conspiración contra la libertad de información. Y la denuncian como antidemocrática.
S.: Hay teóricamente un cambio de conciencia pero, ¿cuáles son las manifestaciones prácticas?
R.B.: En los países industrializados hay una actitud más abierta. Y hay, sobre todo en América Latina -en donde se originó la inquietud- multitud de experimentos de comunicación alternativa democrática. Existen los cassettes-foros rurales para comunicación campesina; en Bolivia hay desde hace 20 años la radio minera, y la radio indígena, en Aymará, hecha por indígenas; en Colombia existe ACPO desde hace 33 años que fue y es una alternativa importante; en Cali, Jesús Rincón tiene una original escuela en donde el pueblo se comunica fuera de los medios de comunicación; en Brasil hubo mil periodiquitos -la "prensa enana", la llamaban; en Nicaragua tuvieron el llamado "periodismo de catacumba". Hay por todas partes grupos callejeros de teatro. Latinoamérica es valiente e imaginativa en la búsqueda de comunicación alternativa cuando el Estado no se ocupa del pueblo y las empresas privadas no se interesan sino en el negocio.
S.: ¿Lo desaniman los resultados?
R.B.: No. Uno se adhiere a la utopía. Y quien cree en la democratización de la información lucha cuanto puede. Antes había voces solitarias, ejercicios aislados, como el que hizo Enrique Santos con Alternativa. Hoy hay alternativas de comunicación democrática mucho más numerosas; se dan como hongos. Que no trasciendan porque no están en los grandes medios no quiere decir que no existan.
S.: Ante el avance de la ciencia y la tecnología ¿qué actitud tiene?
R.B.: Este movimiento humanista ve más grave ahora la amenaza del antihumanismo, porque llegan al terreno de las comunicaciones medios impensadamente poderosos que no tienen nada que ver con lo que es hoy la prensa, la radio, la TV. Me refiero a la telemática: la conjugación del satélite con el computador. Lo que esos medios pueden hacer por el avance de la sociedad es inmenso, pero pueden hacer más grande la sojuzgación y más intensa la alienación.
S.: El premio que ahora recibe ¿qué significa para usted?
R.B.: En sí mismo, por la sola concesión a una persona que está en la causa de la democratización de la información, es un apoyo, un estímulo. Es una convalidación. Y es un mensaje que a otros que están en lo mismo les dice: sigan luchando... no todo es en vano. "Lo que he podido hacer en estos últimos 13 años ha sido de contrabando, de fines de semana, sacrificando cualquier descanso, laborando de nochecita, pues he tenido que trabajar en otras cosas para sobrevivir como profesional. Que envidia, les digo a mis amigos que pueden dedicarse a la investigación y al estudio. Para mí sería ideal ser profesor de comunicación de tiempo completo, y no hacer más que investigar y estudiar