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"NOS DIERON 48 HORAS PARA DESOCUPAR EL CASERIO"

26 de septiembre de 1983

En uno de los barrios más pobres de Barranca, SEMANA encontró una de las familias de campesinos que días antes habían tenido que salir huyendo de su pueblo, Vuelta Cuña Desde el fondo de la ,pieza y con la cara tapada por un pañuelo, el hombre, padre de dos niños, aclara: "Yo le hablo, si quiere, pero si no publica mi nombre, porque si ahora mi familia y yo corremos riesgo, con las declaraciones podemos darnos por muertos. .." SEMANA: ¿Cuando comenzó la violencia por Vuelta Cuña?
Campesino. A comienzos de mayo aparecieron civiles armados que iban en chalupas por el río, mirando hacia nuestro caserío y haciendo tiros al aire. El 20 de mayo se decidieron a entrar. A eso de las 6 a. m. llegaron a las casas, robaron todo lo que pudieron, amenazaron a la gente, y en las casas donde no encontraban nada, prendían candela. Fueron preguntando por los hermanos Olaya, y cuando los encontraron, los asesinaron a los cuatro y a un trabajador que estaba con ellos.
S.:¿Qué hicieron?
C.: Los hombres estábamos escondidos en el monte, pero cuando ocurrió lo de los hermanos Olaya, dijimos que no nos íbamos a dejar matar y a eso de las 11 a.m nos organizamos y los emboscamos. Ellos eran como veinte o veinticuatro y matamos a unos ocho. Después del tiroteo se volaron para la parte de arriba del caserío y cogieron como rehén al resto del pueblo, hasta que consiguieron chalupas para irse porque nosotros les hundimos las que trajeron. Por la noche, Caracol de Bucaramanga informó que se había tratado de un operativo combinado de la policía y el ejército, en el cual habían dado de baja a cinco guerrilleros y el CAES había tenido un soldado muerto y un cabo herido.
S.: ¿Creian que ellos eran del ejército?
C.: No que va, si ellos estaban de civil.
S.: ¿De dónde sacaron las armas?
C.: Todo campesino tiene un arma en su casa, y más por estos lados.
S.: ¿Y qué decían los que mataron a los Olaya?
C.: Que eran unos "sapos" y que habían hablado más de la cuenta; que eran unos traidores.
S.: ¿Y qué pasó despues?
C.: Al otro día el ejército taponó las dos entradas del pueblo...
S.: ¿Pero usted vio que era el ejército?
C.: Pues claro, no ve que venían uniformados y en lanchas artilladas. . .
S.: Pero la guerrilla también se viste con camuflaje.
C.: Sí, pero éstos no eran guerrilleros.
S.: Bueno, siga contando.
C.: Mientras el ejército taponaba, los ganaderos y comerciantes de Puerto Berrío llegaron a recoger los muertos del día anterior.
S.: ¿Y cómo saben que eran de Puerto Berrío?
C.: Era gente conocida, venían con sombrero blanco, de gente bien. No querían dejar llevar a Berrío los cuerpos de los Olaya, por fin accedieron, pero a la salida del cementerio mataron otro hermano de la misma familia.
S.:¿Ahí terminó todo?
C.: El 19 de junio, más o menos a las diez de la mañana, tres chalupas de ejército entraron por "Las Manchas" y luego recogieron más hombres del guardacosta que patrulla el río. Eran como ciento cincuenta entre civiles y uniformados. Como nosotros estábamos escondidos en el monte, se dedicaron a robar gallinas, marranos, se llevaron un motor Johnson de la comunidad, unas chalupas y quemaron varias casas. A los dos días, por el monte, aparecieron veinte con vestidos de camuflaje y con un brazalete con las letras MS, diciendo que eran del MAS y que venían a matar a los comunistas porque eran auxiliares y colaboradores de la guerrilla, y que mientras estuvieran ahí esa región no progresaría.
S:¿Y éstos también eran gente de la región?
C.: La mayoría no. Iban unos viejos, como de 50 años, y había hasta uno tuerto. Con ellos estaban el "loco" Ramírez, uno que le dicen "Caballo Grande" y Tabares, el agente de la policía que el 6 de agosto mató a cuatro en Berrío y que luego dijeron que se había enloquecido. Esa vez ametrallaron a Julio y a Octavio Ranes, por echarse a correr para el monte. Averiguaron los nombres de los directivos de la junta acción comunal y dijeron que éstos eran comunistas y guerrilleros.
S.: ¿Y ustedes siguieron viviendo en sus casas?
C.: No. La pasábamos metidos en el monte sufriendo mucho. Ellos sabían que nosotros estábamos escondidos, porque del caserío seguía saliendo plátano y cacao para el mercado de Berrío. Por eso el 10 de julio llegaron en las chalupas del ejército y nos dieron 48 horas para desocupar el caserío, advirtiendo que el que no lo hiciera iba a ser fusilado.
S.: ¿Y de qué están viviendo aquí en Barranca?
C.: De unos ahorros. Aquí no tenemos trabajo ni tampoco sabemos qué hacer. El lugar de nosotros está en el campo. Allá tengo ; un ganado pero no lo puedo vender porque si regreso me matan.