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QUÉ PASÓ CON

Rafael Amador, ex congresista

12 de julio de 2009

Bogotano de nacimiento y liberal por convicción, Rafael Amador, como cofundador del Nuevo Liberalismo, es tal vez uno de los políticos colombianos que más vivieron de cerca el terrorismo que azotó el país por cuenta del narcotráfico.
 
Nacido en Bogotá en 1948, se inició en la política de la mano de Luis Carlos Galán Sarmiento a finales de la década de los 70. Abogado de la Universidad Javeriana y especializado en economía en Los Andes, estuvo vinculado a la academia hasta cuando conoció al caudillo en la revista Nueva Frontera, donde empezaron a construir un proyecto “contra la corrupción, la mediocridad y la miseria”.
 
Para Amador fue una experiencia irrepetible, “Galán me llamó como tesorero y yo le dije que estaba loco, no tenía experiencia política, fui un coronel inventado en la batalla”, asegura este hombre para quien la ardua lucha política durante la década de los 80 equivalió a hacer un “máster y un doctorado en Colombia”.
 
Después del duro golpe que significó el magnicidio, Amador apoyó a César Gaviria y ocupó una curul en la Cámara; cuatro años después fue elegido senador. A pesar de su recorrido, se lanzó para ser concejal de Bogotá, donde a pesar de no haber votado por Antanas Mockus, apoyó sus políticas ciudadanas: “fue una experiencia interesante por el contacto directo con la gente y los problemas de la ciudad”, asegura.
 
En 1998 Amador volvió al Congreso, a la Cámara, donde estuvo hasta 2006. Al no ser elegido de nuevo, Amador prácticamente desapareció de los medios. Hoy, el ex congresista impulsa la fundación Observatorio Colombia, con la que les hace seguimiento a los temas de coyuntura nacionales y capitalinos.
 
Incansable lector y estudioso, asegura que nunca ha dejado la política, ni sus curiosidades, tanto, que está acompañando a Rodrigo Rivera en la defensa del referendo reeleccionista.