"Los tambores me quitan los dolores"

SEMANA: ¿Cómo recibió la noticia de su nominación al Grammy Latino?

Petrona Martinez: Como un privilegio. Así no me lo gane, la nominación es lo que yo recibo como un regalo de amor.

SEMANA: ¿Y qué le dicen en Palenquito, su pueblo?

P.M.: Me dicen: "¡Buena, Petrona!". La gente anda muy alegre con la noticia. Ellos están entusiasmados, yo muy serena. Hay que coger la cosa suave.

SEMANA: Por lo general las estrellas que se llevan estos premios son gente joven. ¿No es curioso que a usted le haya llegado la oportunidad a los 64 años?

P.M.: Como dice el dicho: "Lo que conviene a casa viene". A mí me llegó a esta edad y a esta edad lo recibo. Le pido a Dios que me dé fuerza para seguir llevando esta música fuera de Colombia.

SEMANA: Pero la fuerza usted la tiene. Cuando uno la ve sobre el escenario siente un despliegue de energía enorme?

P.M.: La música es la que me hace salir esa energía. Cuando siento los tambores se me quitan todos los dolores del cuerpo.

SEMANA: ¿La música es una tradición de su familia?

P.M.: Sí, porque mi tatarabuela Francisca, mi bisabuela Carmencita y mi abuela Ofelina cantaban. Mi papá era compositor. Yo también canto y mi hija va a heredar el trono. Eso sí, yo fui la primera en grabar.

SEMANA: ¿Y ya puede vivir de la música o todavía se sostiene recogiendo arena?

P.M.: En este momento estoy comiendo más de la música que de la arena. Eso es bueno porque el médico me prohibió agacharme mucho y para seguir cargando la arena me tocó comprarme un burro.

SEMANA: A propósito, los animales aparecen mucho en su música. Usted les canta a los monos, el sapo, la iguana...

P.M.: Es una tradición. Yo tengo un burro, 25 gallinas y un gallo. Mi abuelita me enseñó a querer a los animales.

SEMANA: ¿Y si se gana el Grammy compraría más animales?

P.M.: No. Termino un trabajito que estoy haciendo de ampliación de la casa.