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ALI EN MANOS DE ALA

El mal de Parkinson lo vuelve a convertir en noticia y radicaliza su misticismo

1 de julio de 1985

Se siente cansado, muy cansado. Las medicinas que toma un día si y el otro no, no lo curaran el mal de Parkinson que padece pero en cambio lo ayudan a mantenerse alerta aunque cada vez le cueste más trabajo expresarse. Para corregir ese defecto, toma clases de pronunciación y ejercicios musculares de la garganta algunas veces a la semana.
Todos los días se levanta a las cinco y media para rezar sus oraciones, mirando hacia La Meca. A los 43 años se le ve tan vigoroso y tan fuerte como 21 años atrás cuando le quitó a Sonny Liston el campeonato mundial de los pesos pesados. Pero los amigos saben que sus movimientos ahora son lentos y él prefiere no excederse porque le acometen mareos y nauseas.
Además, ese terrible cansancio que no lo abandona. Es lo único que reconoce en las numerosas entrevistas que ha concedido desde cuando el problema del Parkinson lo trajo de regreso a las primeras páginas de los periódicos.
Cassius Clay ya no es Cassius Clay, por supuesto, y el Muhammed Ali que recibe a los periodistas y amigos en su mansión de tres pisos en Los Angeles, cubierta en su mayor parte con alfombras traidas de los paises islámicos, es más cauteloso, menos agresivo aunque sigue siendo el mismo egocéntrico y charlatán de siempre.
A los visitantes los asombra mostrándoles 31 cajas llenas de cartas y mensajes recibidos en los últimos cuatro años. Desde Bangladesh le llega una carta dirigida a "Mi tío desconocido" y muchas tienen la direción del New York Presbiterian Hospital donde estuvo recluido hace un año cuando se le declaró el sindrome de Parkinson. Un desorden nervioso. Ya no escribe poesias pero cuando los visitantes lo presionan entonces recita de memoria algunos de sus versos favoritos.
No echa de menos las peleas. Tiene una frase simple que resume su actitud ante la vida, ante la muerte, ante las victorias, ante las derrotas: -"Cuando suena la campana, cuando se acaba el combate, tú no sigues hablando de lo mismo, te preocupas por otras cosas". Se ve a sí mismo como un hombre muy ocupado. Ocupado respondiendo las cartas que le llegan. Ocupado con los fanáticos que todos los días inauguran otro club de admiradores en sitios tan distantes como Irlanda o China.
No se siente un inútil a pesar de sus actuales limitaciones: "Siento que m misión actual y futura es una sola contribuir a que haya más predicadores islámicos, a que se organicen más templos y comunidades de este credo".
Su propia transformación del cristianismo al islamismo se produjo hace 21 años pero el tema sigue siendo válido. "Entre Cassius Clay Muhammed Alí hay las mismas diferencias que entre el día y la noche Clay era popular en América y Europa. Muhammed Alí tiene más de un billón de fanáticos en todo el mundo Cassius Clay no sabía quién era. Pensó que Clay era su verdadero nombre pero descubrió después que Clay significa sucio, sin ingredientes, un nombre de esclavo. En cuanto a Cassius, no sé que significa. En cambio, Alí quiere decir "el más alto" y Muhammed significa "el que reza".
Cassius Clay tenía imágenes caucasianas de Dios en las paredes de su cuarto. Muhamnrled Alí aprendió que no existen imágenes de Dios. Hay grandes diferencias entre ellos".
Vive actualmente con su tercera mujer, Verónica Ali y sus dos hijas, Hana, de ocho años y Laila, de seis.
Tienen una sirvienta y sus otros seis hijos viven con sus dos ex esposas. Su mujer actual enloquece con las antiguedades y él se complace en revelar los altos precios que paga por los adornos de la sala y los cuartos.
La mansión está llena de alfombras y fotografías de Alí con numerosas figuras con Elvis Presley, con Stallone, con Sinatra.
Le preguntan por algunas campañas que se adelantan contra la violencia en el boxeo y comenta: "Creo que se producen más muertes con el fútbol que con el boxeoy nadie ataca al fútbol. Lo que pasa es que muchos negros están triunfando como boxeadores y por eso los blancos atacan este deporte. Ahora, mire las carreras de coches, siempre hay muertos y nadie intenta prohibir esas carreras".
No se deja sondear sobre el tema de la nostalgia ni sobre el recuerdo de sus triunfos: "Le repito: cuando la pelea se acaba, ya nadie habla más de la pelea".
Supuestamente debe tomar cuatro veces al día una medicina que no lo cura pero en cambio lo mantiene despierto, más vivo. Se llama L-Dopa y la finalidad es excitar el cerebro aunque el sistema nervioso se encuentre alterado.
Curiosamente, Ali ha decidido que se encuentra en las buenas manos de Alá y que la medicina no es obligatoria. Por eso la toma cuando le provoca y sólo cuando los amigos lo presionan porque debe aparecer en público, entonces acepta seguir la medicación. Niega que durantes los 25 años de su carrera lo hayan golpeado demasiado .
Quizás la mejor definición de cómo ve la vida un hombre tan famoso y rico como éste, se halle en la respuesta que le da a un periodista cuando le pide que le indique cómo hace para, en un acto de magia, convertir dos pelotas de caucho en cuatro pelotas y éstas a su vez, en una caja de fósforos: " Va contra las leyes de los magos, revelar los trucos... Lo que pasa, es que éste es un mundo de trucos, un mundo tramposo". -