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ANFITRIONA DE LUJO

30 de noviembre de 1998

La misma semana en que su esposo Luis Alberto Moreno presentó credenciales como embajador de Colombia en Washington ante el presidente Bill Clinton, Gabriela Febres Cordero tuvo una de las jornadas más agitadas de su vida. Y no sólo por tener que estrenar su condición de esposa de embajador durante la visita de Estado que el presidente Andrés Pastrana hizo a la capital de Estados Unidos. Al fin y al cabo era la segunda oportunidad en que asistía a un evento como este, pues en el gobierno de Carlos Andrés Pérez hizo parte de la delegación que acompañó al mandatario venezolano en su visita de Estado, esa vez en calidad de ministra de Comercio Exterior de su país. Además del protocolo de ocasión, Gabriela atendió el jueves un almuerzo con una de las mujeres más influyentes de Washington: la directora del diario The Washington Post, Katherine Graham. Sin embargo la tarea más ardua fue conseguir entre sus amigos personales pinturas de reconocidos artistas colombianos para decorar las paredes de la casa de la embajada, donde se llevarían a cabo varios actos oficiales de la visita de Pastrana. El resultado fue impresionante: tres cuadros y una escultura de Botero, un tapiz de Amaral, dos cuadros de Santiago Cárdenas, uno de Obregón, otro de Barrera, uno de Manzur y dos de Ana Mercedes Hoyos. En la lista de préstamos también ingresaron dos obras de Chagall y un Picasso. Los invitados quedaron maravillados con la muestra pictórica.