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Aniello Arena está preso desde hace 22 años. Su debut en el cine ha sido tan bien recibido por la crítica que incluso medios como ‘The Guardian’ lo han comparado con Robert de Niro y Al Pacino. | Foto: AFP

CINE

Arenas, el malo de la película

Después de pertenecer a la mafia italiana y de ser sentenciado a cadena perpetua, Aniello Arena descubrió su verdadera vocación: actuar. Ya debutó con éxito arrollador en el cine y tiene un permiso especial para presentar sus obras de teatro en el país.

23 de febrero de 2013

A pesar de que es la nueva estrella del cine italiano, nunca asiste a los estrenos ni a las galas de premiación. Y no es porque sea un divo que odia las cámaras y las alfombras rojas. Al contrario, él más que nadie habría dado lo que fuera por estar en la entrega del Gran Premio del Jurado que se llevó Reality, su nueva película, en el pasado Festival de Cannes. Pero esa vez no pudo ir y la próxima seguramente tampoco, por una simple razón: el actor Aniello Arena está pagando cadena perpetua en la prisión de máxima seguridad de Volterra, en la Toscana. 

La Justicia italiana lo sindicó de asesinato en 1991. El crimen ocurrió cuando Arena era solo un veinteañero convencido de que la única posibilidad de triunfar en la vida era formar parte de la Camorra, una organización mafiosa originaria de Nápoles. El joven participó en una guerra por el control del tráfico de drogas que terminó con la muerte a bala de tres sicarios de una banda rival y de una octogenaria que sufrió un ataque cardiaco mientras observaba la escena desde su balcón.  

Ese fue el fin de su carrera criminal y el comienzo de la artística. Arena vive en una cárcel que alberga a La Fortezza, una compañía de teatro fundada hace 25 años por el actor Armando Punzo para darles a los presos una segunda oportunidad. El experimento resultó tan exitoso que el grupo no solo se ha ganado varios premios internacionales, sino que cada tanto sale de gira con obras inspiradas en William Shakespeare o Bertolt Brecht. Gracias a esto, cientos de penales en Italia se animaron a crear sus propios programas de teatro.      

Aunque al principio Arena no quería participar, Punzo estaba seguro de su talento en las tablas y lo convenció de entrar a la compañía. “Es un actor muy profesional y puede sacar adelante cualquier papel que le pongas”, dice. Y tenía razón. En 2006 el director Matteo Garrone asistió a uno de los ensayos en la cárcel y quedó tan fascinado con Arena que le ofreció protagonizar Gomorra, película basada en el best-seller de Roberto Saviano que narra la historia de la mafia napolitana. Sin embargo, como el personaje que debía interpretar era un asesino, a las directivas del penal no les gustó la idea. 

Garrone no desistió y seis años después volvió a solicitar permiso para que dejaran a Arena  participar en un nuevo proyecto, Reality, una cinta que retrata la obsesión de un pescador por ganarse un cupo en Gran hermano. Esta vez, le dieron el visto bueno con dos condiciones: Arena podía salir de Volterra a filmar en Nápoles y Roma bajo la estricta vigilancia de los Carabinieri y solo si en las noches, en lugar de quedarse en un hotel como el resto del elenco, se registraba en una cárcel local. Eso sí, le advirtieron que no tiene permiso para desfilar por la alfombra roja, pues les parece un exceso que el recluso ?a quien varios medios en Europa y Estados Unidos comparan con Robert de Niro y Al Pacino? aparezca en las fotos al lado de celebridades como Brad Pitt o Nicole Kidman.    
      
Por suerte, Arena ya aprendió a convivir con los dos papeles: el de convicto y el de ídolo. Por eso, a pesar de que ha tenido la oportunidad de huir varias veces, hoy ya ni siquiera lo contempla. Como le dijo a The Guardian en un reportaje reciente: “Yo ya no me siento un presidiario solo porque me toca dormir en una cárcel. Todo está en la mente y me siento libre”.